20. The Devil's Smile

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PRIMER ACTO | capítulo veinte

La Sonrisa del Diablo

Estacioné la camioneta de Garrett en el aparcamiento del instituto y luego de haber recogido mis cosas, bajé de la misma completamente dispuesta a buscar mis libros para las clases que tendríamos a continuación. 

La otra noche no pasó mucho luego de aquel extraño abrazo con Conan en las escaleras de emergencia de la institución mental de Beacon Hills. En cuanto sus brazos me envolvieron sentí algo extraño en mi interior que inexplicablemente me parecía placentero. No lo percibía como cuando Liam me abrazaba o me besaba, era una sensación muy diferente y a la cual no estaba acostumbrada, por lo que no encontraba las mejores palabras para describirlo. 

Aquella noche, el momento en el que Conan me abrazó y me acarició el cabello para que mi llanto cesase, se sintió tan diferente que me vi obligada a separarme de él un par de minutos después. De ahí en adelante recuerdo muy poco pues ambos corrimos escaleras arriba con tanta rapidez y confusión que al parecer mi mente quería que aquel recuerdo fuera efímero, que no durara mucho tiempo allí, en mi memoria, haciendo presión y volviéndome loca. 

Con cada escalón que subíamos, una pregunta se plantaba en mi mente, provocando que yo no me concentrara en la escena que presenciaba. Es decir a un lastimado Scott tirado en el suelo en las afueras del edificio con Kira sobre su pecho y al muchacho doctor, Conan, que se encontraba a escasos pasos de mi cuerpo, caminar hacia sus pacientes para tranquilizarlos. 

Afortunadamente, y en el momento justo en el que quise ayudar a Scott, tanto mi hermano como Lydia, Ariana y Cher caminaron hacia nosotros con prontitud saliendo del establecimiento con los rostros pálidos. 

—¡Qué diablos fue eso! 

Había escuchado a Cher gritar con la voz temblorosa mientras ella bajaba los escalones de la entrada de Eichen House con pasos agigantados y me abrazaba fuerte. Mi sorpresa fue tal que me tarde unos minutos en responderle el abrazo, pero la verdad era que yo también lo necesitaba. Nunca, en estos cuatro años de amistad, la había visto tan aturdida y asustada. 

Podía sentir su respiración agitada ondeando mi cabello hacia atrás y si todos los presentes se quedaban en silencio, incluso podía escuchar el corazón de la muchacha sufrir de taquicardia. Intenté no observar a Ariana confusa pues seguramente ni la pelirroja podría explicarme lo que había sucedido allá abajo. Sólo me limité a encerrar mis brazos alrededor del cuerpo de una de mis mejores amigas, y a cerrar los ojos para poder disfrutar de lo que estaba sucediendo, pues ese tipo de contacto con Cher no solía suceder muy a menudo.

Stiles y Lydia ayudaron a Scott a ponerse de pie, negándose a escuchar al alfa quejarse de sus heridas y Ariana se encargó de hacer lo mismo con Kira, pero de forma mucho más amable. 

Cuando quise darme cuenta y el abrazo había terminado, Conan había desaparecido sin dejar rastro. Ya no podía observarlo de entre las ventanas del lugar ayudando a los pacientes que lo rodeaban, se había ido de allí dejándome confusa y con Cher temblando a un lado mío.

Sacando mis libros del casillero, pude escabullirme de aquella ensoñación, que aunque sabía que todo aquello era real y había sucedido varias horas atrás, aún no quería dejar de lado el hecho de que todo aquel recuerdo podría desaparecer de mi mente como Conan lo había hecho de Eichen House.

—¡Carajo! —maldije, dejando caer todos mis útiles escolares al suelo.

Había intentado revisar algunos de mis apuntes de matemática para prepararme para la clase que tendría en cuanto el timbre sonara, pero tenía tanto sueño que no me dí cuenta de que las hojas de papel cortaban. Me puse en cuclillas, succionando la sangre de mi dedo y maldiciendo en mi interior. Quise creer que el cuerpo que se acercaba a mí era Ariana o Cher, pero mis ilusiones cayeron al suelo al igual que mis libros, cuando observé que se trataba de Theo.

—De acuerdo, tengo que dejar de encontrarte en el suelo. —me saludó arrogantemente, al mismo tiempo que me ayudaba a recoger mis cosas. —Pensaré que estas tratando de huir de mí.

—Por más que me encantaría escapar de tu rostro, no todo tiene que ver contigo. —respondí, sujetando los libros que él me entregaba, pero aún bebiendo la sangre que salía de mi dedo. —Me he lastimado con un apunte de matemática, ¿contento? Ya puedes ir a regodearte a otro lugar.

—¿Quien diría que una Ahereen, supuestamente experimentada, se lastimaría con una simple hoja de papel? 

Al hablar, recostó su hombro sobre el casillero contiguo al mío y se cruzó de brazos mientras una sonrisa egocéntrica se dibujaba en su rostro. Rodeé los ojos molesta, recargando mis cosas contra mi pecho.

—Adios, Theo.

Comencé a caminar hacia mi próxima clase, intentando evitar que mis ojos voltearan a ver lo que él estaba haciendo.

—¡Espera! —sus pasos no tardaron en escucharse y cando menos me di cuenta, Theo se encontraba a un lado mío. —Estaba a punto de encontrarme con Scott, ¿quieres venir?

No me confié mucho en lo que me decía pues mi hermano tenía sospechas de él, y aunque me costara admitirlo, por un momento pensé que podrían ser reales. Sin embargo, Theo me había observado con una sonrisa encantadora y no me podía negar.

En cuanto comenzamos a caminar juntos por el pasillo del colegio, no pude parar de maldecir por dentro.

Maldita sea mi debilidad por los galanes.


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¡LO SÉ! No es lo que esperan jaja pero prometo que llegará lo chido pronto JAJAJ

Nos leemos luego, 

besos, 

-queenscrown

✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐄𝐏𝐓𝐈𝐎𝐍, teen wolf²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora