✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐄𝐏𝐓𝐈𝐎𝐍, teen wolf²

37. Super Moon's Eve

[¡ÚLTIMOS DOS CAPÍTULOS ANTES DEL EPÍLOGO!]

PRIMER ACTO | capítulo treinta y siete

La Víspera de la Super Luna

Suspiré pesadamente una vez que coloqué un par de botellas de agua mineral y algunos refrigerios dentro del bolso que utilizaríamos esa noche, y volteé a enfrentar a mis mejores amigas. Ellas estaban igual o más asustadas que yo en ese preciso momento. 

Era cuestión de tiempo que llegara el anochecer y, con ello, mi primera transformación en mujer lobo y no sabía muy bien cómo actuar. ¿Desesperada por no saber lo que podría llegar a pasar esa misma noche, afligida por mi nueva condición  o calmada porque ya había pasado un par de lunas llenas conteniendo a un hombre lobo? La verdad era que se trataba más de una mezcla de sentimientos que me impedían actuar de forma consciente. Ni siquiera sentía que mi cuerpo fuera mío, estaba perdida.

—Maya. —me llamó Cher, despertándome de mi pequeña y aterradora ensoñación. —¿Ya has encontrado el mejor lugar para escondernos esta noche? —preguntó. Casi pude sentir su pulso acelerado cuando ella me dirigió una mirada asustada. 

—Sinceramente, no. —respondí frunciendo los labios. —Pero supongo que no nos vendría mal usar el lugar en el bosque donde nos reuníamos con Scott y Stiles tratando de... 

«Retener a Liam» terminé la frase en mi mente, ya que no pude hacerlo en voz alta. Mi garganta se había cerrado en el acto, al igual que mi corazón. 

Era increíble lo rápido que terminó todo para nosotros. Cómo una persona podía entrar a la vida de aquella que te movía el piso con tan solo una mirada y destruía una relación tan corta pero intensa como la nuestra. 

Habían pasado pocos días desde nuestra separación, pero el dolor seguía siendo tan desgarrador como el momento en el que sus labios se separaron de los míos y supe que era el último. Y aunque al final los dos nos terminamos haciendo daño reprimiendo los sentimientos que experimentábamos hacia otros, aún extrañaba despertarme en la mañana y apresurarlo para que saliera de mi habitación antes de que mi padre o mi hermano se dieran cuenta.

Eran momentos felices y no lo sabíamos. 

—Está bien, Maya, no tienes por qué seguir esa oración. —esa vez fue Ariana quien me dirigió la palabra, y lo único que pude hacer fue asentir agradecida mientras ella posaba su mano en mi hombro, tratando de reconfortarme.  

Cher se aclaró la garganta. 

—Entonces tu nos diriges. Nunca hemos estado allí, así que supongo que tendremos que ir bastante temprano, antes del atardecer, para que aún estés consciente como humana. —expresó, tratando de alejar la imagen sonriente de Liam que se había posado en mi mente en cuanto dije aquellas palabras.

Fingí haberme animado y empujé todos mis pensamientos de él hasta el fondo de mi cabeza. Asentí frenéticamente, agarrando el bolso sobre mi cama. 

—De acuerdo, ¿tenemos todo lo que necesitamos? —cuestionó Ariana, observando su alrededor tratando de encontrar algo en mi habitación que tal vez nos pudiéramos estar olvidando. 

—Si por "tenemos todo lo que necesitamos" te refieres a las cadenas que mi hermano y Malia usaban hasta hace unos meses para contenerla en luna llena y son lo único que sabemos con certeza que nos puede ser de ayuda... —comencé a decir, agarrando dichas cadenas de abajo de mi cama y parándome derecha una vez que ya las tenía en mis manos.  —Pues sí, tenemos todo.