✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐄𝐏𝐓𝐈𝐎𝐍, teen wolf²

3. Look But Not Touch

PRIMER ACTO | capítulo tres

Mirar Pero No Tocar

—Así que ejecutaste una verificación de antecedentes, ¿y todo lo que has encontrado es una multa por exceso de velocidad? —preguntó Malia una vez que subimos los escalones que nos dirigirían al establecimiento de Beacon Hills High junto a Stiles.

Resulta que mi hermano mayor era extremadamente desconfiado que hasta me sorprendía que confiara en su propia sombra. Había pasado casi toda la mañana tratando de convencer a mi padre de que le diera registros de la familia Raeken para así tener pruebas que fundamenten que Theo volviera a Beacon Hills sólo para hacer daño. Sin embargo, en mi opinión, resulta que Stiles tiene miedo de que Theo le usurpara su lugar en la manada y por consecuente, rompiera todo lo que tenga que ver con ésta. Incluso su amistad con Scott lo que es demasiado tonto, incluso para mi hermano quien parece ser el rey de los tarados.

—Una multa firmada por el padre de Theo hace ocho años. —respondió con extrema emoción, como si ello respondiera a toda interrogante y todos sus problemas de confianza.

—¿Lo cual significa...? —dejé en él aire aquella frase puesto que no entendía a lo que mi hermano quería llegar.

—¿Quien corre? —preguntó. —Gente intentando huir de algo.

—Bien. —Malia tomo las riendas de la conversacion, clave mi mirada en ella. Desde que intentamos tener una buena relacion, trato de escucharla todo lo posible. Eso sí, si lo que decia me aburria, pues sinplemente me iría a reencontrar con mi novio y Mason. —¿Cuantas multas tienes?

—Ninguna.

—¿Cuantas tendrías su tu padre no te librara de ellas? —cuestionó Malla una vez mas, reparando su error.

—Diecisiete. —mi garganta comenzó a picar y las lágrimas quisieron atacar mi ojos con suma rapidez. No pude frenar aquella carcajada que se resbaló por mis cuerdas vocales. Sinceramente, no se quien le regaló él registro de conducir a mi hermano.

—No sé, Stiles. —hablé tratando de secar mis lágrimas. Pasaron algunos segundos los cuales aproveché para regomponer mi postura, puesto que la había perdido segundos después de la confesión de Stiles. —Quiero decir, veo porque te preocupa. —me decidí por hablar una vez que mi respiracion se normalizó. —Él es muy atractivo. —suspiré recordando el gran trabajo que la pubertad hizo con él. —Tiene un pelo espectacular, un cuerpo perfecto. Definitivamente deberías sentirte amenazado.

—Gracias. —agradeció más que sarcásticamente. —Porque lo hago, ahora más que nunca.

—¿Quieres que lo torture? —Malia preguntó con él ceño fruncido de confusión a lo que reí.

—No, no quiero que lo tortures.

—Estoy bastante segura de que puedo con él. —insistió la mujer coyote prestándole atención a las facciones de Stiles mientras que yo observaba al rededor para encontrar a mis amigos; Liam y Mason.

—Tengo un plan, ¿de acuerdo? Hay pasos para hacer esto bien.

—¿Cuales son?

—Conseguimos la historia. Verificamos los hechos, encuentras la pieza que no encaja y... y lo atrapas en el acto. —liberó un suspiro por el aire que habia gastado ante tal discurso y hablo de vuelta; —Así es como lo haces.

De un momento a otro, la mirada de Stiles se fijó detrás de mí y la de Malia le siguió por lo que decidí hacer lo mismo que ellos.

Me encontré con el cabello perfecto de Theo y su rostro angelical. Él nos observó con suma atención y luego alzo su mano con una sonrisa indefensa en sus labios. Sonreí de vuelta e hize un pequeño movimiento con mis manos para responderle, a lo que él respondió con un guiño.

—¿Por qué sospechas tanto de éste chico? —le cuestioné a Stiles sin despegar mi mirada de la de Theo. En verdad parecía un chico amable, o por lo menos lo aparentaba.

—Porque recuerdo a Theo de cuarto grado, ¿de acuerdo? —respondió. —Ese no es Theo.

—Todo el mundo, tome asiento. —el profesor Yukimura pidió a toda la clase, a lo que obedecí. Ese hombre no sólo era él padre de Kira y él suegro de Scott sino que también era una persona amable y hasta podría decirse que un poco divertida. Y a decir verdad, Historia comenzó a interesarme gracias a las clases de este señor. Y eso mi padre lo aprecia mucho.

Me senté delante de Mason, donde a mi lado, había un asiento desocupado que pronto Liam utilizaría, aunque algo pareció molestarle a mi novio ya que comenzó a buscar un nuevo lugar por todo él salón.

—Genial. —susurró resignado.

—Liam. —el profesor Yukimura lo llamó. —No vas a quedarte ahí, ¿verdad?

—Tal vez.

—¿Durante todo el semestre?

—Tal vez.

—Liam, siéntate. —le susurré sonriente al ver que no quería dar su brazo a torcer, él hizo lo que le pedí como el novio obediente que era.

Aquella muchacha de cabello castaño y rulos, que se encontraba a un lado de mi novio, parecía tener algún tipo de autoridad o aura oscura que intimidaba a Liam de una forma extraordinaria. Sin contar que aparentaba tener planes para hacerle la vida imposible a mi novio. Lo que en un principio me enojó de sobremanera puesto que Liam no tenía porqué tener a una muchacha que lo jodiera todo el día, hasta que recordé que aquella chica era yo y se me pasó.

Una vez que el trasero del chico de ojos celestes tocó el banco, él comenzó a removerse por el mismo y al alzar una de sus pompas se encontró con un chicle pegado en su pantalón.

Mason y yo no aguantamos la risa y con una sonrisa en el rostro, acerqué mi rostro hacia el de la muchacha cuyos ojos eran de un marrón oscuro y le susurré. 

—Tienes que contarme tu secreto...

—Hayden. —completó mi frase con su nombre.

—Hayden. —sonreí. —No lo vi tan asustado desde el día que un elefante se quiso aproximar a él en el zoológico. —terminé por susurrar. Liam me observó con cara de pocos amigos mientras ella reía y Mason la seguía.

—Mason, es él primer día de colegio. ¿No deberías estar pensando en otras cosas como... como el equipo de fútbol? —Liam le dijo una vez que salió del baño de caballeros para cambiarse los pantalones con chicle en la nalga derecha, mientras yo caminaba a un lado de mi mejor amigo gay y nos dirifiamos al casillero de Liam para dejar sus pantalones sucios.

—¿Que crees que voy a hacer? —cuestionó. —¿Seguir al equipo al campo y verles entrenar mientras finjo estudiar?

—Están buenos. —Liam habló, sorprendiéndome a mi misma. —Y probablemente estarán sin camiseta.

—Yo podría acompañarte. Tengo período libre y mirar a otros muchachos a demás de Liam me haría bien. —me dirigí a Mason, llamando la atención de mi novio cuyo rostro tenía el ceño fruncido. —¿Nunca has oído de la frase "mirar pero no tocar", Liam? Se aplica para parejas también así que no estaría rompiendo ninguna regla. —sonreí inocentemente, a lo que Liam me observó conservando su ceño fruncido pero con más intensidad. —¿Sabes que te quiero y que eres el único chico que se encuentra en mi mente las veinticuatro horas del día, verdad?

—Desde luego.

—Entonces no te preocupes, nadie podría superarte en lo que a cualidades de novio se refiere. —lo observé sonriente y me acerqué a él para acariciarle la mejilla izquierda y luego besarlo. —Te quiero, tonto.

—Yo te quiero más, Maya. —sonrió.

—Por cierto, lindos pantalones.