IX

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Dragos.- ¡Neulai! — lo escuche gritar. Abrí los ojos y lo vi en la rama del árbol que estaba al lado — Sabía que vendrías — Dragos entendía a la perfección el inglés, pero no lo podía pronunciar bien, por lo que empezó hablar en rumano y yo también.

Yo.- ¿Cómo estas tan seguro?

Dragos.- Eres una chica lista. Jamás desaprovecharías una oportunidad así.

Yo.- Tienes razón — lo miré — Jamás desaprovecharía esta oportunidad — sonreí.

Dragos.- Y bien, ¿Dónde está Decebal?

Yo.- Vive en un Hotel, pero seguramente ahora estará en el bosque.

Dragos.- Sí, pero en donde.

Yo.- En un estado — se comenzó a molestar.

Dragos.- Sí, lo sé — dijo intentando calmarse —. ¿Pero en que estado?

Yo.- En uno de Estados Unidos — saltó al árbol en el que yo estaba. Me levanté y comencé a flotar —. No te voy a decir en donde está.

Dragos.- ¿Por qué no? — comencé a dar vueltas alrededor de él — Tú y yo tenemos un trato.

Yo.- No, no te equivoques. Yo jamás firmé nada y mucho menos te di mi sangre.

Dragos.- Pero... Es la oportunidad perfecta para que puedas matar a Decebal.

Yo.- Yo no necesito de tu ayuda para matarlo. No necesito la ayuda de nadie para matar a un lobo estúpido. 

Dragos.- ¿Entonces por que no lo has matado?

Yo.- Por que no quiero. Todo se volvería muy aburrido por uno o dos mil años si lo mato. Además, yo nunca quise matarlo, sólo disfruto pelear con él y con todos los lobos estúpidos como tú.

Dragos.- Al parecer mi hijo no es ningún idiota. Incluso logró manipularte para que digas todo esto.

Yo.- Él no me manipulo y no es ningún idiota. El idiota eres tú si crees que en algún momento podrán matarme.

Dragos.- Eres una maldita...

Yo.- ¡Ni te atrevas a decirlo! Yo no soy nada — me acerqué a él hasta estar a centímetros de su cara —. Y que ni se te ocurra hablarme de nuevo para pedirme algo así, porque juro que te mato en ese momento — estuve a punto de irme.

Dragos.- ¿Qué hacías besándote con Decebal? — eso provocó que me detuviera y me volteara a verlo — ¿Qué hacían juntos en ese restaurante?

Yo.- Yo no lo besé. Decebal fue quien me besó, además, ¿qué te importa que estábamos haciendo juntos? Ah, ¿Y cómo te enteraste?, ¿No que no sabía donde estaba Decebal?

Dragos.- Como me entere es lo de menos. Sólo te advierto que si te vuelves acercar a Decebal juro matarte a ti a ese idiota.

Yo.- ¿Y por qué no me matas ahora? 

Kyle

—... Y recuerda que debes de estudiar mucho. No quiero que bajes tus notas.

Yo.- Sí mamá, ya lo sé, ya no soy un niño pequeño para que me estés recordando.

— Está bien. Ya debo colgar, me están llamando, hasta luego amor.

Estúpidos humanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora