Estúpidos humanos

XXXIX

Decebal

Cerré la puerta, las ventanas y apagué todo. Estaba totalmente oscuro, no había ni un solo ruido. Velkan me dijo que es así como él empezó a practicar para desarrollar sus habilidades. Dijo que aunque todo este oscuro, debo de cerrar los ojos y concentrarme, aunque no menciono en que me debería de concentrar.

   Me senté en el suelo y cerré los ojos. Supuse que debía concentrarme en algún ruido. Hice todo lo que pude, pero no escuché nada

Emmeran.- ¿Qué haces? — abrí los ojos. Él estaba parado junto a la puerta. Definitivamente no sirvo para esto. Ni siquiera pude escuchar cuando el abrió la puerta.

Yo.- Intento practicar. Tú no me diste ningún consejo para empezar.

Emmeran.- ¿Por qué estabas a oscuras?

Yo.- Velkan me dijo que...

Emmeran.- No debes de hacer eso y mucho menos confiar en Velkan. Encerrarte y estar a oscuras no te servirá para nada, sólo te aisla de todo. No ves ni escuchas nada. Es ridículo. Levántate, vamos a entrenar.

   Lo seguí. Fuimos a la ciudad. En todo el camino nadie dijo nada. Cuando llegamos a una cafetería él habló.

Emmeran.- Sé que no debo decirte eso, es algo que tenías que descubrir tú solo, pero tienes poco tiempo. Pon atención. Si sigues los métodos que enseñan a todos en la escuela, jamás podrás desarrollarlo bien. Siempre te dicen que te encierres e intentes escuchar los ruidos de afuera. Eso es inútil. Perfectamente puedes hacerlo en el exterior y siempre es mucho mejor.

Yo.- ¿Por qué?

Emmeran.- Antes lo enseñaban así, pero con el tiempo se empezaron a crear mitos de que si te encerrabas, lo harías mejor y así empezaron a enseñar a los pequeños hasta que se creyó que en verdad funcionaba mejor y olvidaron la antigua técnica.

Yo.- ¿Cómo lo sabes?

Emmeran.- No sé si lo sepas, pero hay algo llamado libros. Últimamente todos se preocupan más de pelear, enamorarse de alguien o tonterías como esas y se olvida de aprender sobre su historia, sus antepasados, las tradiciones... En fin, lo que quiero enseñarte es que debes de concentrarte en todo. Por ejemplo, mira a esa pareja de allá — señaló una pareja que estaba en la esquina — míralos fijamente. ¿Qué piensas que estén diciendo?

   Sólo podía ver la cara de la chica ya que el chico estaba de espaldas. La chica tenía los ojos cristalinos y se le podían ver algunas lágrimas. Él chico sólo estaba parado, no hacía nada por consolarla. La chica miraba a todos lados, menos a el chico.

Yo.- Creo que el chico discutió con la chica.

Emmeran.- No. 

Yo.- ¿Entonces?

Emmeran.- Míralos bien. Intenta escucharlos. Concéntrate solamente en ellos, no escuches nada más.

   Hice lo que me dijo, pero no escuchaba nada. Sólo los murmullos de las demás personas. Lo intenté una vez más, pero nada.

Yo.- No puedo. No escucho nada más que los murmullos de la gente — él me miró, no dijo nada. Suspiré y lo intenté de nuevo.

   Estuve un poco más de rato. Estuve por darme por vencido. De repente no escuché los murmullos de los demás, sólo una voz femenina.

— ¿Entonces qué haremos? No lo puedo acercarme ni un poco al hospital, porque piensan que le haré algo.

— Tranquilizate, pensaremos en algo. Estoy casi seguro de que tu hermano está bien, sólo debes de esperar.

— En verdad eso espero. No me pueden dejar más tiempo con el pendiente.

— Oye, sé que todo esto es mi culpa. Tú no estarías sufriendo de esta manera si no fuera por mí. Creo que es mejor que nos separemos por un tiempo. Así podrás decirle a tus padres que terminamos y te dejarán ver a tu hermano.

— No, ¿cómo puedes decir algo así? Es ridículo darle gusto a mis padres de terminar contigo sólo por no ser de la misma clase social. Además, ellos no pueden dejarme mucho tiempo sin saber de él. Tarde o temprano alguien me dirá cómo está él.

Yo.- La chica está preocupada por su hermano, pero no puedo verlo porque sus padres están molestos con ella porque es novia de alguien que no es de su misma clase social — Emmeran sonrió.

Emmeran.- Muy bien. Tardaste menos tiempo del que pensé. Dime, antes de que los escucharas, ¿que pasó?

Yo.- Deje de escuchar el murmullo de los demás. No oía nada.

Emmeran.- Entonces está funcionando. Con la técnica que Velkan te dijo, te tardarías más y no te hubiera pasado eso de no escuchar nada. Seguirías escuchando los murmullos de los demás. Tienes que seguir practicando eso, para mañana ya lo debes de tener dominado. Mañana te enseñaré a escuchar sin tener que mirarlos directamente.

Yo.- ¿Mañana? ¿No es muy pronto?

Emmeran.- Es tiempo sufiecinete. Tienes bastantes horas para practicar.

Yo.- Está bien... Oye... Quisiera aprovechar para preguntarte algo, ya que según lees mucho, has de saber muchas cosas acerca de vampiros y lobos.

Emmeran.- Ajá.

Yo.- Yo tuve una amiga que hizo lo que pudo por enamorar a un vampiro, pero ella le hizo creer que era humana para que la mordiera.

Emmeran.- El vampiro iba a morir.

Yo.- Lo sé. La cuestión es que mi amiga es un lobo y ella lo que quería era convertirse en un Vhamlof. Ella escuchó que si un vampiro está enamorado de un lobo y lo muerde, se convertirá en un Vhamlof.

Emmeran.- Yo... He escuchado sobre eso... Hace muchos años, cuando los lobos y vampiros podían estar juntos sin ningún problema, los vampiros que estaban enamorado de los lobos no soportaban ver el sufrimiento de los lobos cuando estaban por morir, así que los mordían con la esperanza de convertirlos en Vhamlof para que no murieran. En ese tiempo, no estaba prohibido hacer eso, así que los vampiros no morían al morder a alguien. Con el tiempo, los Vhamlof empezaron a atacar a todos. Era demasiado poder el que tenían que no podían controlarse. Sólo algunos lograron mantener la calma. La Reina Lilith prohibió a los vampiros morder a los lobos o humanos. No importa cuanto lo amen, estaría prohibido. Cualquiera que lo hiciera, moriría. Puso un hechizo especial en todos los vampiros. Dicen que ese hechizo durará para siempre mientras la magia de la reina siga en este mundo.

Yo.- ¿Y cuál es esa magia?

Emmeran.- Ella dejó un amuleto, es el que elige a la siguiente gobernante. Tiene magia de Lilith. Por eso es tan importante.

Yo.- Si destruyen el amuleto, ¿la magia desaparecerá?

Emmeran.- Sí... Al menos eso dicen los libros.

Yo.- ¿Y cómo es que Lilith dejó un amuleto? Se supone que los vampiros son inmortales, pero ella lo preparó para cuando muriera, ¿no?

Emmeran.- También hay historias sobre eso, pero no te las pienso contar. Tú mismo tendrás que leerlas. 

Yo.- ¿Y las puedo leer ahora? En verdad estoy interesado en saber todo eso.

Emmeran.- Podrás hacerlo cuando domines tus habilidades y estés listo para enfrentar a Neulai. Digamos que será como tu regalo — se levantó, pasó al lado de mí — Cinco días.