XXXVII

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Decebal

Un mes después

Velkan intentó golpearme, pero lo esquive. Él intentó darme con el otro brazo, pero lo detuve. Le di un golpe en el estómago. Dejó de poner fuerza, lo solté y él se puso de rodillas con los brazos tocándose el abdomen.

Yo.- ¿Estás bien? — se quejó un poco.

Velkan.- Creo que... el entrenamiento está funcionando... — intentó recargarse de un árbol. Se volvió a quejar — Quizás tendrás que... buscar a alguien más que quiera... entrenar contigo. Ya no puedo.

Yo.- ¿En serio crees que he mejorado? — asintió rápidamente. Yo sonreí. Dragos siempre dijo que yo ya no podría mejorar mi fuerza, que era ridículo que siguiera intentando — Que ganas me dan de ir con Dragos y presumirle todo lo que he logrado.

Velkan.- Quizás eso tenga que esperar. Mientras sigue entrenando, pero contrata a alguien o simplemente golpea al árbol.

Yo.- No es lo mismo. Además, ¿a quién podría contratar? Dudo mucho que alguien quiera tener un tipo de relación conmigo a excepción de ti. 

Velkan.- En tres meses podrás pelear todo lo que quieras con Neulai.

Yo.- Te dije que no la...

Velkan.- Es la reina — Me quedé callado unos segundos, después le respondí.

Yo.- ¿Y? ¿Eso qué?

Velkan.- Ahora está en su entrenamiento. En tres meses todos los lobos tendrán oportunidad de atacarla. Le quitaran sus poderes y será casi humana. Muchos aprovecharán para matarla.

Yo.- Que lo hagan. No me importa, no quiero verla.

Velkan.- Puede ser tu oportunidad. Podrás desquitar lo que te ha hecho.

Yo.- ¿En serio quieres eso? ¿No decías que ella era tu mejor amiga?

Velkan.- Lo era. Tú eres mi mejor amigo, te conozco desde mucho antes. Te prefiero a ti, tú eres igual que yo... Neulai en cualquier momento intentaría hacerme lo mismo que hacía contigo. Además, tampoco estoy diciendo que la mates, sólo te digo que puedes pelear con ella.

Yo.- Lo pensaré, aunque lo más probable es que no haga nada.

Velkan.- Como quieras. De todas formas tendrás que buscar a alguien con quien entrenar. Ya no tengo la misma fuerza que tú.

Yo.- Es una lástima. La pasaba muy bien entrenando contigo — él sólo me miró.


Dos meses después

Velkan ahora sólo me animaba para seguir entrenando. Yo hacía todo lo que se me ocurría. Velkan cree que ya llegué al 100% de mi poder, yo opino lo mismo, pero aún así sigo entrenando para no perder el físico.

   Velkan estaba sentado, yo estaba haciendo lagartijas. Él en algunas ocasiones me dijo que debería de dejar de entrenar todos los días. Sé que tiene razón, por eso decidí que hoy sería el último día que entrenaría diario. Ahora lo haría al menos una vez a la semana. De repente Velkan habló.

Velkan.- ¿Oíste eso?

Yo.- ¿Qué?

Velkan.- Escuché unas pisadas... Hay alguien aquí... — él se levantó y miró a todos lados. Este tiempo estuve demasiado preocupado en mi aspecto físico que me olvide de mejorar mis sentidos. También miré a todos lados, pero no veía nada. De repente sentí que llegó alguien por la espalda. 

Estúpidos humanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora