La reencarnación de Xena ¿Hija de los dioses?

Secretos eternos

En el Olimpo

Poseidón estaba hablando con Ares mientras caminaban al salón del trono cuando sintieron el poder que liberaba un dios dentro; no lo pensaron dos veces para aparecer ahí, encontrándose algo que no esperaban.

Hércules estaba que liberaba todo su poder mientras Zeus trataba de controlarle, pero sus ojos destilaban locura y enojo, parecía dispuesto a demoler el Olimpo piedra por piedra hasta que fijó su vista en su hermano mayor.

Tú maldito bastardo - gritó abalanzándose hacia él propinandole un golpe en el estómago que lo envió contra un trono

Basta - dijo Poseidón deteniendo a Ares de regresar el golpe, mientras Zeus tomaba del brazo a su otro hijo

Me dijiste que murió - reclamó Hércules - hiciste que me casara con Hebe

Ella no es Xena idiota - respondió Ares - ella murió, tu aceptaste casarte con Hebe

No trates de seguirme engañando idiota - espetó - ya sé la verdad, ella volvió y tú le quitaste a su hija, mi hija

Era MI hija - reclamó Ares

Ares basta - dijo Poseidón deteniéndolo de irse contra su otro sobrino

No estuviste en su nacimiento - le reprochó - ni te atreviste a cuidarla de Zeus cuando soltaron su profecía maldito cobarde

¡Ya basta! - gritó Zeus

No trates de calmarme, eres tan culpable como él - señaló a su hermano - pudiste decirme antes de que me casara con Hebe, me quitaron de nuevo la oportunidad de ser feliz, ni siquiera me enteré que el jarrón se había vaciado

Porque prefieres jugar al hombre de la isla que poner atención a las reuniones - le provocó Ares

Me las pagarás Ares - gritó Hércules antes de desaparecer a su isla de nuevo

¿En serio? - le regañó su tío - tenías que provocarle más, sabes que eres culpable sobrino

No he dicho nada que no sea verdad - se defendió

Callate Ares - ordenó Zeus - por tu bien espero que esto no cause problemas porque entre ustedes voy a preferir a mi hija oíste

Sí padre - gruñó Ares para luego irse

¿Qué problemas crees que cause esto hermano? - preguntó preocupado Poseidón

No lo sé - admitió - pero mi hijo no se veía bien, no entiendo cómo se enteró del engaño de Ares

En algún momento lo sabría, ni siquiera los dioses tenemos secretos eternos - trató de consolarle - solo lo atrasamos unos años

Será mejor tenerle vigilado - reconoció Zeus - ¿puedes mantener un ojo en su isla? - pidió

Claro hermano - aceptó un sorprendido Poseidón de que su hermano pida en vez de ordenar

Ambos se fueron del salón del trono, uno a hablar con su esposa para que le ayudara con la aparente locura que albergaba en su hijo de nuevo, y el otro a su palacio en el fondo del mar para enviar a unos tritones a vigilar la isla que habitaba su sobrino.

En el fondo de un río

Bien hecho Aqueloo - felicitó una voz que podía helar la sangre de cualquier mortal - tu venganza contra Heracles está cerca

En el Olimpo no sabrán que fui yo el que le dijo toda la verdad - preguntó algo temeroso el viejo Dios del río

Un trato es un trato Aqueloo - le dijo impaciente - los olímpicos deben de estar sopesando las probabilidades de un enfrentamiento entre esos dos dioses

Pero yo quiero que él sufra - gritó furioso - que no tenga a la mujer que quiere, arrebatársela como él hizo conmigo

Y así será - aseguró la voz - la locura se adueñará de él, y podrás atacarlo, no podrá salir de ésta isla, para el solsticio de invierno darás el golpe final

Sí mi señor - contestó feliz

No me falles Aqueloo - advirtió sin ningún tono de amistad en su voz - o preferirás que Zeus sea el que ponga sus manos sobre ti.