No todo se resuelve con magia

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Maratón (2/?)

Quisiera poder decirles que lo que pasó no me afectó.

De verdad me gustaría poder contarles como había superado con éxito en tiempo récord lo que viví por culpa de esos estúpidos.

Pero lamentablemente no puedo mentir.

No puedo decir que no me afectó, todo lo contrario me afecto de sobremanera.

¿Comer? ¿Cuidar mi higiene? ¿Entrenar? ¿Fingir? ¿Hablar?

Todo eso lo hacía Xena por mí y le estaré eternamente agradecida, ella prácticamente había activado el piloto automático de mi cerebro.

Sin ella posiblemente todo el campamento sabría la verdad de lo que pasó por mi comportamiento, pero habían cosas que no podía evitar como el hacer sufrir a la cabaña 5, tuve que hacer crecer hierba alrededor de Clarisse para que sepa que no la quería cerca por el momento, ni a ella ni al resto de sus hermanos.

Está bien esa no fue mi intención al principio, cuando la vi acercarse simplemente quise desmembrarla con ayuda de la hierba pero Xena me hizo entrar en razón gracias a los dioses y no lo hice, la verdad no quería hacerlo es mi amiga pero en ese momento simplemente no era yo, la verdad espero me perdone por mi actitud.

El primer día fue uno de los peores, luego de caer desmayada me encontré con un sueño, al principio pensé que era una memoria por la situación que tenía al frente, una estúpida memoria que en ese momento me parecía una burla.

Estaba en una tienda de acampar era grande y oscura iluminada con antorchas y una cama de pieles, sin duda su dueño tenía que ser el general del ejército; y yo sabía quién era el general, o debo decir la general, la espada de Xena reposaba a un lado de la cama mientras ella estaba ingresando a la tienda con un gran plato de uvas en mano y un racimo llevándolo a la boca.

Se paseó un rato por la tienda mientras yo la observaba sentada a un lado esperando a que me mostrara lo que tenía que ver, al menos me sentía tranquila en ese momento.

Que duró muy poco.

No estoy para tus juegos Ares - dijo volteando en dirección a la cama donde también pasó mi vista para ver como Ares estaba ahí, vestido con un pantalón y chaqueta sin mangas de cuero negro que poseía adornos de ¿cobre?, no era oro que estaba algo sucio, su cabello negro ondulado y una barba recortada, su apariencia era de 28 a 33 años

No supe en qué momento mi cuerpo se paralizó, si cuando lo vi o cuando escuché su nombre, pero mi sangre pareció helarse, quería ir y golpearle hasta verlo a punto de desaparecer, curarle y volver a iniciar con los golpes; pero también quería esconderme, quería ir a tomar una de las pieles que habían en la habitación y cubrirme toda con ella mientras me hacía bolita.

No me culpen por tener un pensamiento tan cobarde, yo misma me golpearía por no acerar mis nervios pero la herida estaba reciente, y el miedo me comía el cerebro.

Xena, mi querida Xena - habló mandando una corriente por mi columna vertebral - dejame decirte que te ves adorable cuando vas a batalla

¿Adorable? Entonces me tengo que esforzar para no ser tan adorable - dijo con cierto tinte de burla

Siempre a la defensiva querida - dijo acercándose a ella - sabes por lo que estoy aquí

No estoy interesada Ares - dijo dándole la espalda - tengo mis propias batallas que pelear por el momento

Proteger a tu pequeña aldea - agarró su cabello y lo acomodó a un lado del cabello para acercar sus labio a su cuello - pero si conquistas el mundo no tendrás que preocuparte por ella y tendrás tu venganza

La reencarnación de Xena ¿Hija de los dioses?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora