Una plática con un zombie

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Aquí estamos - suspiré triste cogiendo la manito de Nico
No puedes mostrarte triste, lo harás sentir mal - reprendió mi primo

A veces no controlo mis emociones Nico - mascullé

Hay que tocar el timbre, vamos - cargó él a mi pequeño Nicolás

Muchas cosas pasaban por mi mente, como la pequeña despedida que le dieron los chicos en el desayuno, Percy le entregó un pequeño peluche de delfín diciéndole que era para su sobrino favorito, lo mucho que traté de parecer tranquila pero separarme de él me dolía, a Nico igual pero manejó bien sus emociones en cambio yo no pude del todo, estaba tan sumergida en mi mente que por poco no escucho a la señora hablar.

Gracias gracias - decía mientras abrazaba a Nicolás - por favor pasen, cuentenme cómo lo encontraron

Nico y yo pasamos a una bonita sala de estar, nos sentamos en el sofá al frente de Nicolás y su tía, como habíamos acordado yo iba a hablar

Verá - comencé - junto con mi familia habíamos ido de excursión al bosque, ya sabe para alejarnos de la ciudad, con mis primos nos dispusimos a caminar por el bosque cuando vimos a Nicolás corriendo y a unos tipos detrás de él, lo agarramos y nos alejamos, lo llevamos a nuestro campamento, cuando volvimos el sábado los empezamos a buscar y henos aquí - terminé

Muchas gracias, no sé cómo agradecerles - sonrió su tía

No tiene qué, es un gran niño, le cogimos cariño, no sé si...- me interrumpió

Pueden venir a verlo cuando quieran, por ustedes está en casa - agradeció

Nosotros ya tenemos que irnos - intervino Nico, creo que por fin él también se iba a arrepentir

Tiene razón, vendremos pronto - aseguré - adiós Nico

Él se me acercó a abrazarme y no perdí la oportunidad de susurrarle - te vendré a ver hijo, o te mandaré un mensaje iris, no me olvides mi pequeño

Nunca - respondió y lo abracé un poco más, lo alejé un poco y le di un beso en la frente

Adiós pequeño - fue turno de Nico para despedirse y le susurró: gracias por ayudarme hijo

Antes de que alguno de los dos nos arrepintamos de dejarlo nos fuimos de ahí.

Cree que tenemos cosas de que hablar - rompió el silencio Nico

Oh, en serio - pregunté sarcástica - creo que no Nicolás, en lo absoluto

Bien me lo merezco - aceptó - no debí portarme así, lo siento

Te parece un café - ofrecí estableciendo paz entre nosotros, después de todo él se había cegado por el dolor y yo conocía muy bien ese sentimiento.

A unas cuadras había un café, ingresamos, nos sentamos lo más alejado posible del resto y nos pedimos unos dulces, si se preguntan de dónde íbamos a sacar dinero para pagar lo resumiré en 3 palabras: tarjeta de crédito, ¿de dónde? Regalo de Hera para movilizarme en el mundo mortal con la condición de no abusar (mientras lo dijo me guiñó un ojo) pero tenía la misma función que las tarjetas del Hotel Casino Lotus.

Bueno - rompí el silencio - de qué quieres hablar

Quería pedirte disculpas por no poder entrenarte - dijo sin levantar la cabeza

El único que me entrena es Percy, ni Jason, Thalia o Hazel lo han hecho - expliqué

No quieres verle - cuestionó

Ya quisiera, él no me quiere ver, supongo que es mejor a tratar con su indiferencia por no haber salido como quiso, pero de qué querías hablar en sí, eso no puede ser - le dije

La reencarnación de Xena ¿Hija de los dioses?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora