Te lo imploro

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Maratón (3/3)

Mi salud mental empeoraba, mi ánimo estaba aún peor, luego de esa plática con las diosas tenía miedo de dormir, no porque las pudiera ver de nuevo frente mío al despertar, si no que estaba teniendo pánico por lo que sentía y veía al dormir.

Hubo un tiempo en el que Xena se volvió loca por la sed de sangre y venganza cuando murió su hermano dejándose engatusar fácilmente por la guerra, sus emociones le habían jugado en contra; ahora me pasaba lo mismo a mí, solo que yo sentía la locura que una vez le perteneció a Xena.

Me sentía más enfada, quería ir a Olimpo y volver eunucos a todos los dioses, quería destrozar los tronos, los templos, las estatuas, quería ir y demoler Olimpo para luego quemarlo y solo quedara cenizas, no muy diferente a lo que quería hacerle a los hijos de la guerra, cada vez más me resultaba difícil no ir y despedazarlos uno a uno, pero ellos no tenían la culpa, me limité a ignorarlos a todos, menos a Percy, mi hermano mayor estaba echándose la culpa por lo que pasó, cuando fue él con Nico los únicos que fueron a ayudarme a penas se enteraron, yo había mandado aviso a los dioses antes ellos tenían la culpa; al menos eso me decía una voz en mi cerebro, me estaba volviendo loca yo lo sabía, tenía que controlarme y no dejarme guiar por mis emociones, pero lo que me enteré ese 4 de enero las desbordó por completo.

Mi bisabuela era una señora de edad, 100 cumplidos, la única que permanecía viva de 8 hermanos, perdió a su madre a la corta edad de 13 años (siempre se echó la culpa), su padre le siguió 10 años después; con un hijo, 5 nietos y muchos bisnietos, su esposo murió a la joven edad de 35 años, era pescador, un día salió a pescar pero lo cogió una fuerte neblina, murió de neumonía, sus defensas habían estado bajas y el mar de mi país tiene las corrientes frías eso sumándole que era invierno pues la dejó con un pequeño hijo, no volvió a buscar pareja alegando que la muerte la perseguía y que había muy pocos hombres de bien en el mundo, ella junto a mi abuelita me habían criado a mí de niña, era la única pequeña en casa porque mis primos mayores no vivían ahí, pasaba todo el día con ellas desde que regresaba del colegio y luego de hacer mis tareas obviamente, era la engreída de ambas pero no por eso me mal criaron, sí me concentian pero no era tan extremadamente, ellas eran mi mamá; mi bisabuela caminó sin necesidad de un bastón hasta la edad de 99 años y 4 meses que fue cuando se accidentó de las escaleras, que tercamente bajó sola, fracturándose un pie, fue la primera vez que mi madre me abrazó para evitar que llorara, pero fue ella la que terminó llorando.

Nosotros sabíamos que ella tenía que partir en algún momento, debo ser sincera y aceptar que todos lo esperábamos, años y años de escucharla decir: "De este año no paso", sinceramente creía que ella era inmortal, luego de que pasaba el plazo decía: " aún me falta por enseñarte, pero de este año no paso ", pero este año no dijo esa célebre frase que era costumbre para todos junto a su reclamo de: "Carajo no tengo marido que me controle y me vas a venir a controlar tú" que siempre nos decía cuando le preguntábamos a dónde iba o qué hacía, pero a pesar de todo el conocimiento y la anticipación que tengas, aunque ya sabes lo que pasara, nada te prepara para sentir como alguien que quieres va a morir.

Y eso yo lo sentí, sentí la muerte sobre ella y supe que si no iba ahora no podría despedirme.

Así que ignoré los toques en la puerta de la cabaña 8 y utilicé el fuego para aparecer en el lugar donde crecí, me encontraba en la sala, al parecer habían terminado de almorzar y mis tíos junto a sus hijos que no vivían en esta casa estaban presentes, mis piernas se movieron solas llevándome a través del pasillo hasta el último cuarto donde estaba la cama de mi bisabuela, se le veían los huesos, su poco cabello blanco y rizado siendo tapado por esos grandes pañuelos que ella siempre usaba, una frazada la cubría, dolía, dolía verla así cuando siempre fue alguien alegre, una alegría que todos habíamos heredado, esas ganas de joder que siempre latían en nosotros y aún se presenciaba en ella por como hablaba a mis tíos pero ahora en sus ojos veía que estaba consciente de que se iría.

La reencarnación de Xena ¿Hija de los dioses?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora