La reencarnación de Xena ¿Hija de los dioses?

Ahora soy tu hija

Cómo se atrevían a no ponerme sobre aviso.

Bien, me había quejado de que no me dejaban descubrir un poder por mí sola, pero cualquiera avisa, por ejemplo siendo hija de Poseidón es obvio que puedo controlar los mares, controlar los ríos y agua en general aunque toma un poco más de fuerza pero se puede, de Zeus los aires, los rayos, tormentas con rayos incluidos, de Hades a los muertos las sombras etc etc, y para rematar a Frank sí le habían puesto sobre aviso con lo de ser un transformista, pero a mí ni una sola palabra, eso era con respecto a los dioses lo presentía, mi padre no me hubiera dado ese poder ni en un millón de años, tampoco creía que mi familia y la de Frank se relacionaban, después de todo mi madre hubiera soltado algo indicios por lo menos además sentía que eso era imposible; los dioses me iban a tener que dar una explicación porque por un segundo sentí pánico.

Despotricando contra los dioses llegué a la sala del trono para encontrarme algo completamente alucinante, es decir era algo que en algún momento a sucedido y sucederá pero no pensaba que lo iría a ver.

Madre - grité para que supiera que yo estaba ahí, surgió el efecto esperado, en menos de dos segundos pude ver todo el escenario completo Afrodita detrás de Ares que la protegía de una furiosa Artemisa a punto de clavarle uno de sus cuchillos de caza en la parte del tórax con el brazo derecho mientras que el izquierdo lo tenía alzado cruzado para clavarlo en Afrodita, 3 flechas de plata estaban clavadas en la parte de atrás del trono de Ares viendo el ángulo de las flechas y la posición del resto Afrodita había sido el objeto de caza de la diosa; Apolo estaba atrás de Artemisa más que evidente era que la quiso parar, el resto del consejo se encontraba alrededor cerca pero no lo suficiente como para intervenir si trataban de matarse aunque si iban a dejar que se lastimaran.

Conclusión: Afrodita provocó a Artemisa, adiós a mis esfuerzos.

¿Qué ha pasado madre? - dije acercándome a Artemisa ignorando la mirada de los demás dioses, las armas ya habían sido guardadas de parte de la diosa de la caza

No tiene importancia Graciela - dijo con un falso tono tranquilo

No me vengas con eso, creí que al menos iban a respetarse las dos, pero veo que ustedes solo viven para pelear - espete exasperada

Ella me provocó - se defendió madre Arty

Ella se salió de control - contraatacó Afro

Porque algo dijiste Afrodita, te conozco lo suficiente para saber que has dicho algo que la a puesto así - la enfrenté

Nada que no sea verdad - se jactó - pero ya que se a puesto de esa manera, porque no lo aclaramos, ella está aquí - dijo mirando al resto, eso no pintaba bien para mí

A qué te refieres madre - dije sonando dura en la última palabra, después de todo ella tenía un brillo malicioso en sus ojos, no crean que trataré bien a mi "madre" si me piensa atacar

Bueno, Artemisa y yo discutíamos del porqué no pasas tiempo con la caza, dinos tus motivos hija - lo dijo con un toque de veneno esa palabra que me tensó automáticamente, como pude ser estúpida ella lo sabía

Las miradas de los dioses cayeron con más intensidad sobre mí, con el único que había hablado de eso era con Hefesto, estaba jodida, era algo que quería hablar primero con Artemisa en privado pero no me armaba de valor además suponía que lo sabían al principio, pero Hefesto me dejó en claro que no, la única que debía saber era Afrodita porque caía en su jurisdicción maldita sea mi suerte, yo qué mierdas le hice, cambié un instante miradas con Hefesto el cual me mandó un mensaje claro: Dilo

Eso es algo que solo le compete a la diosa de la caza madre, después de todo es de ella la caza, a ella y solo ella le debo dar cuentas - dije mirando a las 2 ignorando al resto