Parte 1: Capitulo 3

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Gangnam–gu 9:25 am

Jung Hoseok entro como cada mañana a su pequeña oficina en el piso 32 del edificio Elkorn. Era aún temprano pues su despacho abría a las diez de la mañana en punto por lo que se tomó con tranquilidad aquella rutina pre–trabajo. Abrió la puerta de cristal que tenía su nombre en grabado en cristal y cuando cerro tras él se dispuso a abrir su oficina personal después de encender las luces de la sala de espera. Aquello era usualmente trabajo de la secretaria que debía llegar antes que él mismo para abrir y tener todo preparado pero por cuestiones de seguridad y privacidad así como la fiel desconfianza con la que solía tratar a sus pocos trabajadores, siempre llegaba tiempo antes que ellos y revisaba hasta por debajo de la recepción.

Limpio. Todo limpio, se dijo muy orgulloso de sí mismo con gran animo pues adoraba las mañanas sin malas noticias y sobre todo sin oídos escondidos escuchando.

Después de checar toda la oficina y de dejar ya sus cosas en su lugar mientras su pc encendía, Hoseok fue a la pequeña cocina donde puso la cafetera y se sentó esperando mientras leía el periódico, a pesar de los grandes avances tecnológicos a los cuales no era para nada ajeno, aun encontraba cierto encanto en leer las noticias en papel, con la textura rugosa bajo sus dedos y el sonido indiscreto que hacían los grandes pliegos al dar vuelta a la página. Era un encanto que no se desvanecía y del cual disfrutaba aunque sus empleados le dijeran anticuado, por supuesto, no en su cara.

–Señor Jung. – llamo la voz de su secretaria quien acababa de llegar a tan solo quince minutos antes de abrir. La joven era sin duda hermosa y vestía de manera elegante y discreta pero no fue su apariencia lo que le llevo a contratar a Lee Soomin sino su gran intelecto analítico. –Buenos días. – saludo con un ligero cabeceo y tomo asiento en una de las sillas en la cocina.

–Buenos días Soomin. ¿Lista para otro día de trabajo?– pregunto animadamente y la chica sonrió educadamente, su personalidad era otra de las razones que le llevaron a contratarla por encima de muchas mujeres más experimentadas y curtidas en el mundo de la secretaria, no era una chica que se dejara llevar por las emociones, podía ser una joven de menuda complexión con un rostro casi aniñado, pero era firme, astuta y sensible cuando era necesario. No por nada la había visto lidiar con un hombre de 1.80, 98 kilos, iracundo y aun así logro calmarlo solo dialogando con él.

–Como siempre señor. – dijo asintiendo.

Hoseok asintió complacido ante su respuesta, después de seis meses de haberla contratado sabía que no se había equivocado al elegirla, pero eso no quitaba el que cada mañana revisara con detenimiento cada centímetro de su área de trabajo.

En su área de trabajo la confianza estaba sobrevalorada.

Elkorn era un gran edificio situado a mitad del distrito Gangnam en la zona empresarial, esta enorme edificación contaba con 40 pisos dedicados solamente a negocios, cada piso era más caro que su inferior y aquí era donde encontramos su pequeño despacho.

Pero ciertamente la palabra "pequeño" no era el descriptivo para el inmueble, que contaba con una amplia sala de espera, una cocina, baño propio y una oficina minimalista con la mejor vista desde el ventanal a su espalda en el piso 32. Y a pesar de ser uno de los edificios extranjero más caro en el distrito más caro de Seúl y de que las grandes compañías se tragaban a las pequeñas empresas, aun así Jung Hoseok se encontraba en uno de los pisos más altos ¿Y cómo?

Porque era el mejor en lo que hacía.

–Señor Jung. – llamo Soomin desde el intercomunicador.

– ¿Que sucede?– pregunto al presionar el botón en el teclado del teléfono.

–Hay alguien que desea verlo, señor. – en esas simples palabras Hoseok ya sabía un par de cosas sobre su nueva visita. Uno: que no tenía agendada una cita con él o de lo contrario Soomin se lo hubiera informado como solía hacerlo, dos: aquella persona que quería verlo seguramente era alguien de autoridad y poder, pues no era fácil intimidar a su secretaria y sabía por experiencia que no había forma alguna, por lo menos no común, en que Soomin accediera a comunicarlo con alguien sin cita, por lo que esta persona tenía el poder de doblegar el duro y astuto carácter de la chica. Y tercero, esta persona estaba desesperada por encontrarse con él, pues era bien sabido que no era de su agrado las visitas sorpresas.

The CopycatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora