Parte 2: Capitulo 6

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26 de Enero. 11:00 am.

El funeral había terminado y la mayoría de los oficiales y familiares habían dejado ya el cementerio. Él no era la excepción. Caminaba colina abajo por entre los largos senderos de piedra, meditando sobre la situación, la pérdida, las mentiras. Namjoon no había tenido ni tiempo de pensar en el pesar de haber perdido a un compañero de uniforme con el cual por varios años tuvo una buena amistad porque sus días estaban siempre llenos de una mierda tras otra, haciéndole casi imposible para él seguir el ritmo. Pero lo intentaba, no muy seguro a veces si se lo permitía aceptar, pero lo intentaba, por lo menos quería creer que estaba haciendo un mejor trabajo manejando todo ese caos que cualquiera de sus compañeros detectives podrían hacer... Fuera eso cierto o no, por lo menos quería ser optimista en ese tornado de problemas.

Problemas al cual ahora tenía que agregar las mentiras del oficial Jeon.

Si, era obvio que el joven novato ocultaba algo. No dudaba de él cuando decía que no había podido ver el rostro del atacante, y tampoco dudaba cuando le dijo que no hubo nada que pudiera haber hecho cuando fue diezmado en combate mano a mano, pero cuando pregunto si había visto algo que el sospechoso pudiera haber dejado atrás, si no encontró nada sospechoso, o si logro arrebatarle algo al asesino mientras peleaban... Bueno, la verdad era que el joven no había sido actor por falta de talento al mentir, porque la imagen la tenía. 

Definitivamente Jeon Jungkook sabía algo sobre aquello pero este desvío la mirada y dijo no saber nada, aseguró no haber notado nada extraño o peculiar. "Todo fue muy rápido". Dijo el joven.

"No pude ver nada".

Nada mis... Pensó irritado. ¿Por qué nadie podía cooperar para atrapar a un asesino serial?

En medio de sus cavilaciones el sonido de su celular le sacó de golpe al mundo real.

—Oportuno... — gruñó mirando el nombre en la pantalla. —Madre. — intentó saludar sin sonar irrespetuoso o molesto.

—Querido, necesitamos hablar. — dijo su madre seriamente y el se detuvo a mitad de camino, rodeado aún de lápidas y árboles.

—Madre, ahora no es un buen momento. Estoy... —

—Lo sé. Por eso mismo necesito que hablemos. Hoy, de preferencia. — le interrumpió insistiendo.

—¿Hoy? — preguntó casi incrédulo.

—Ahora, para ser más específicos. Te esperaré en una hora. — y dicho eso la matriarca Kim colgó.

El detective apretó el puente de su nariz y cerró los ojos suspirando cansinamente. Realmente nadie parecía querer cooperar.

Antes de volver a andar hasta su auto y dirigirse a la casa de sus padres Namjoon tomó su teléfono para hacer una última llamada.

—Hoseok, necesito que me hagas un favor. — soltó a su compañero.

Llegó a las afueras de la ciudad en poco menos de 50 minutos. Seúl no era muy grande geográficamente pero era una ciudad super poblada lo que hacía un infierno el manejar por las calles de la ciudad, su única ventaja fue la hora ya que la mayoría de las personas estaban en el trabajo o en casa. Cosa que para él no aplicaba. No, él están ahora entrando por el gran portón de una mansión veraniega cercas de la ciudad. Aunque en realidad no era una mansión vacacional; en un país como Corea donde el espacio disponible para viviendas es tan escaso y los precios inmobiliarios rozaban los cielos atravesando los techos, una propiedad como aquella no era un lujo de verano, era una vivienda de reyes.

Con un amplio patio verde, con plantas exóticas y coloridas, árboles perfectamente podado, un camino de grava exportada de Europa y una gran fuente de agua frente a la entrada, el hogar de los Kim era un sueño idílico e imposible para el 99.5% de la población del país. Y esa casa de 10 habitaciones, 5 baños, dos pisos, tres albercas, jacuzzi, cancha de tenis y estacionamiento para 5 carros, era el lugar donde su madre había decidido vivir permanentemente. Incluso si le tomaba más de una hora en llegar a Seúl. (Algo que su padre siempre intentaba explicar a su mujer.)

The CopycatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora