Parte 1: Capitulo 8

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Bajo de su auto en el estacionamiento del cuartel general para comenzar a dirigirse directamente a la oficina de su capitán. Tenía un mal presentimiento y su paciencia rayaba los limites después de su encuentro con el forense, no podía negar que Seokjin era sin dudas el mejor forense de Seúl y por ello fue contratado para trabajar exclusivamente con la policía, no le cabía la menor duda de que el hombre mayor a él estaba más que capacitado y que su ayuda con el excelente trabajo que entregaba era una de las razones por las cuales la ineptitud de sus compañeros detectives podía pasar desapercibida; dicho esto, Namjoon detestaba al médico. Era aquella arrogancia tan desmedida o quizá demasiado acertada, no lo sabía y le molestaba; una persona como él simplemente no podía soportar ver la mirada de desprecio a su persona y su trabajo, tal vez estaba obligado a tener que soportar a su capitán y sargento, quizá incluso debía tragarse sus palabras con los demás detectives, pero ese era su límite. No más y sobre todo no Seokjin; el forense desalmado.

Toco con sus nudillos la puerta de madera de aquella oficina para que la voz del interior le indicara que pasara un segundo después, y así lo hizo. Justo al entrar noto entonces que su reunión no sería privaba por lo que controlo sus facciones para evitar fruncir el ceño; su paciencia se redujo un poco más cuando miro el rostro del hombre sentado en una de las sillas frente al escritorio quien había girado su cabeza para observarle.

-Tome asiento Joven Kim. - un gruñido se atoro en su garganta y su expresión se volvió aún más profesional, mas impenetrable a la mirada inquisidora del joven hombre de traje gris que incesantemente seguía cada uno de sus movimientos con sus escrutantes ojos; no planeaba dejar que nadie notara la molestia y humillación que se escondía en su interior al ser denigrado con aquella manera de llamarle de su capitán.

Tomo asiento en la silla de cuero marrón a lado del segundo hombre, le observo por un momento antes de mirar el rostro de su capitán pero solo eso necesito para saber más del desconocido.

Su traje de cachemir estampado a rayas plateadas parecía confeccionado a la medida y dejaba ver claramente el cuerpo bien desarropado que este tenía; piernas largas, amplia espalda, brazos fuertes y de alguna manera aun así el hombre lograba verse estilizado, incluso su pierna cruzada sobre la otra era elegante y dejaba a la vista aquellos perfectamente lustrados zapatos Louis Vuitton que tanto destacaban. No necesito más de un segundo para sondear su figura y notar el Rolex de plata y titanio en su muñeca derecha que le decía cuál era su lado dominante; también el pañuelo de seda naranja metálico que llevaba en el bolsillo de su traje y su corbata estampada del mismo color; toda su imagen sugería riqueza, poder e influencia de alguna clase por lo que mentalmente tomo nota de ello. A pesar de todos estos detalles que tanto revelaron, lo que más llamo su atención había sido lo fuerte que su figura y su postura eran, supo que ese desconocido no era ningún indefenso hombre de negocios, era como si su presencia misma fuera suficiente para sofocar y dominar.

Aunque debía ser dicho que no le sorprendía del todo esta aura, él mismo había crecido rodeado de hombres como él; hombres que con sus simples auras era suficiente para llevarlos a altos mandos y darles la supremacía que regía el mundo, un poder realmente cruel y traicionero, el poder del dinero.

Para él, aquel desconocido se sintió casi familiar.

Su rostro fue lo último que observo y aunque había sido cuestión de milésima de segundos ya se había hecho una idea clara e inequívoca de ese hombre; era una serpiente, una víbora escondida detrás de esa sonrisa de cordialidad e inocencia.

-Le presento al Sr. Jung Hoseok. - presento el capitán en cuanto sus ojos se encontraron.

-Mucho gusto Detective Kim. - dijo estirando su mano hasta él mirándole intensamente y con aquella educada y casi dulce sonrisa que podría haber engañado a cualquiera, menos él. -He escuchado mucho de su trabajo Detective y estoy realmente impresionado a decir verdad. - comento justo cuando sus manos se unieron, el apretón fue firme pero noto que Jung intentaba darle terreno a él, en busca de confianza. Era claro que también sabía leer a las personas y aquello sonó sus alarmas, era peligroso, ese hombre era peligroso.

The CopycatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora