Cuartel general de Policía de Seúl, 7:32 a.m.
Park Jimin entro tan rápido como pudo a su pequeña oficina llena de pantallas encendidas y dejo caer la caja con papeles en el piso para cerrar rápidamente la puerta tras él. Odiaba tanto trabajar en ese lugar, odiaba tratar con esos descerebrados y sobretodo odiaba no tener las agallas de decirles que cerraran sus hocicos que solo sabían tragar donas glaseadas. Con gran desanimo se sentó en su silla ergonómica que le daba soporte a su columna y encendió la pantalla principal en su escritorio, las demás pantallas estaban empotradas a la pared y había una puerta en la parte trasera de su oficina que daba a los servidores principales del cuartel y básicamente de toda la red policiaca de Seúl, todo el tráfico de información que viajaba en la red oficial del departamento de policía llegaba y se almacenaba a metros de Jimin.
La pantalla quito el protector y un pequeño recuadro debajo del sello policial pedía usuario y contraseña, tecleo rápidamente ambos requisitos y accedió al sistema con facilidad. Activo el programa de reconocimiento de placas como cada mañana, que hacia un análisis en busca de coincidencias con las series de autos robados o boletinados y luego de eso, si los resultados daban negativos Jimin se dedicaba a los casos especiales.
Recordó que hacía dos años cuando comenzó a trabajar en el cuerpo de fuerzas públicas había sido un infierno para él, el sistema era casi obsoleto pero a los técnicos de ese momento no les importaba mucho pues todos eran unos dinosaurios mayores de cuarenta años que apenas sabían diferenciar de una interfaz gráfica a un código abierto. Después de un tiempo no lo resistió más y metió su mano en el sistema, reconfigurando ligeramente el código para hacerlo más eficaz pero se sorprendió que los ancianos lo notara y se quejaran de su trabajo que dicho sea, había sido excelente. Tuvo que enfrentarse con su jefe directo en el departamento técnico para que dejaran su sistema y luego de regañarlo y un par de amenazas, se vio obligado a regresarlo a su estado original, luego fue mandado a robo de autos y registro de ofensores. Y todo para nada, pues meses después le "pidieron amablemente" que programara un sistema más actualizado que pudiera seguirles el paso a los delincuentes.
Pero claro, siguieron dejándolo en robo de vehículos.
Suspiro ligeramente, la única razón de porque estaba tan cercas de los servidores era porque en todo el edificio era el único capacitado para reparar cualquier daño que estos pudieran llegar a sufrir.
Hablando de empleados explotados.
Miraba por las pantallas mientras el sistema de reconocimiento de placas aun corría y se puso a imaginar, a soñar como sería el renunciar a ese trabajo; con sus habilidades estaba seguro que podría hacer algo mejor y ganar mucho más, pero luego se quitó esas ideas utópicas de la cabeza.
Cada mañana Jimin se imaginaba a si mismo entrando a la oficina de su jefe y gritarle que renunciaba, pero como cada mañana, solo llegaba a la estación, subía al ascensor y se metía en su madriguera donde permanecía todo lo posible con tal de no toparse con los detectives del piso superior.
La búsqueda del sistema termino.
0 resultados encontrados. Ninguna coincidencia.
Tomo su taza de café, la cual se había preparado antes de ser ordenado ir por las nuevas peticiones de series que debían ser agregadas, así como los nuevos nombres que entrarían al sistema de ofensores y los pedidos de archivos y registros penales. Su café ya estaba frio cuando dio el primer trago mientras abría los programas que necesitaba pero no le importó, ya estaba acostumbrado a tomar sus bebidas y comidas frías, algo que solía pasarle mucho cuando estaba inmerso en los programas. A veces incluso olvidaba que tenía que comer, solo por estar pensando en cómo resolver los códigos de los numerosos programas que desarrollaba para el departamento de policía y también uno que otro trabajo para la milicia, pero de ello no podida decir nada.
ESTÁS LEYENDO
The Copycat
FanfictionNamjoon es un oficial de policía recientemente ascendido a detective después del arresto de un traficante de blancas. Su nuevo ascenso y la popularidad con el público le hacen el enemigo indirecto de los demás detectives. El capitán mira un gran a...