Una semana había pasado. Una semana y la frustración había encontrado niveles nuevos y estratosféricos, niveles jamas alcanzados por nadie en ese edificio. Y ni siquiera se podría decir que era solo uno de ellos o ambos. No, el problema era que el fracaso, la decepcion y el desespero aumentaba por segundo en cada uno de los trabajadores de ese edificio, desde la cabeza en la cima hasta el ultimo de los oficiales patrullando.
Y todo había comenzado hacia tres días.
Aquel 5 de febrero el volcán había hecho erupción y desgraciadamente no era como que nadie no lo hubiera visto venir, no, la tensión se debía en gran medida a que todos ellos lo habían estado esperando, habían visto mutar la escena mediática que pasó de una simple noticia, al caos y la confusión, hasta el total descontrol y acusaciones sin tapujos. Asi fue como todos habían estado expectantes de aquel rabioso circo, pero ni siquiera eso los había preparado, apenas había pasado una semana y ya habían perdido el control de la situación. En vez de sentir que se habían estado preparando mentalmente era como si solo se hubieran tensado esperando el golpe fulminante, una bofetada que se había convertido en pedradas ejecutoras.
"¿HA VUELTO? VICTIMAS DE ASESINO SERIAL PARECEN ASEMEJARSE A ANTIGUO CASO SIN RESOLVER DE HACE 10 AÑOS".
"VUELVE DEL INFIERNO, ASESINO SERIAL: EL COPYCAT, VUELVE. ¿SERA LA POLICIA CAPAZ DE APRESARLO FINALMENTE?".
"MENOS DE DOS SEMANAS, TRES ASESINATOS EN SEÚL. LA POLICIA NO DA DECLARACIONES".
"¿VOLVERA EL COPYCAT A BURLAR A LA LEY?".
"¿QUIEN SIGUE? EL COPYCAT HA VUELTO".
"POLICIA VUELVE A QUEDAR EN RIDICULO EN MENOS DE DOS SEMANAS".
"COPYCAT vs. LA POLICIA. DOS DECADAS DE INCOMPETENCIA".
Los títulos de los artículos podían ser clasificados en dos categorías, en aquellos escritos por fuentes de noticias profesionales y confiables, que trataban de mantenerse objetivos y no acusarlos... demasiado de inútiles. La otra cara de la moneda eran los sitios web. No había probablemente nadie que supiera el hoyo de mierda infinita que eran los sitios web de Corea mejor que la policía, eran ellos quienes tenían que lidiar con las demandas de acoso, abuso, difamación, y cosas aun peores. Asi que no era como que les sorprendiera la cantidad de acusaciones, resentimiento e insultos que hervía como nido de gusanos. Se reproducían sin control, desde las opiniones de "ciudadanos preocupados" hasta aquellos keywarriors que solo servían para avivar las llamas del descontento. Insultos para encender la ira, burlas hacia la institución y hacia los servidores públicos, asi como aquellos que solo creaban rumores, los cuales solo servían para hacer a los mas idiotas creer en acusaciones sin fundamento, a los inmaduros actuar como sabelotodos, a los inconscientes, inútiles, boca sueltas, hipócritas sin cerebro ni razonamiento lógico el seguir estúpidamente la corriente de un rio de mierda del cuando ni siquiera tenían idea de como realmente funcionaban las cosas y...
-¿En que estas pensando? - Una voz a su espalda le hizo salir de su ensimismamiento.
-Nada. - dijo doblando el periódico que tenia en sus manos sin permitir que el pelirrojo leyera el titular para luego girar a verlo y dedicarle una ligera sonrisa que hizo incomodar al chico. -¿Que tal, Jimin? ¿Estas en tu descanso? - decidió cambiar de tema para evitar espantar al analista.
-Eh, si. Si. - dijo mirando su caja de almuerzo entre sus manos, su nerviosismo había vuelto. -Y-yo, bueno te dejo comer a gusto. -
-¿Por que no te sientas conmigo? - pregunto moviendo un poco sus cosas para hacer espacio para Jimin, este por unos segundos pareció indeciso mirando hacia ambos lados como escaneando la cafetería para ver si otros estaban mirándolo con alguna mirada cínica o burlona. -Tranquilo que no muerdo. - bromeo pero solo logro hacer al chico ponerse igual de rojo que su cabello.
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The Copycat
FanfictionNamjoon es un oficial de policía recientemente ascendido a detective después del arresto de un traficante de blancas. Su nuevo ascenso y la popularidad con el público le hacen el enemigo indirecto de los demás detectives. El capitán mira un gran a...