5.02 Culpa

5.6K 697 33
                                    


Después de escuchar esa historia, no pude evitar sentirme responsable por lo sucedido.

- Así que... ¿Homura?

- Kyoma, está bien.

- Entonces... Ky... ¡Kyoma!

Otra vez se puso roja. Si no es un resfriado, debe ser otra cosa. Espero no sea nada grabe.

- ¡Kyoma! Te agradezco por tu ayuda.

- ¡No te preocupes!

Después de todo, esto es mi culpa.

- ¡Sucede algo, Eline!... has estado mirando a todos lados.

- ¡No! No, no es nada... Pero... Kyoma ¿eres un noble?

¿Ah?

- ... ¿Por qué lo dices?

- ¿Por qué? Tu casa es enorme. Además, tienes unas ropas exóticas.

¿Exóticas?

- Creo que lo estas malinterpretando.

- ¿Estoy equivocada?

Y ahora, ¿Qué le digo?

Al final, me invente una historia. De cómo una comunidad vino a vivir a las montañas y con el pasar de los años construyeron esta casa. Ahora solo quedamos Rena y yo.

- ¿Rena?

- Ella... es como mi hermana.

- ¿En serio?

- ¡Sí!

Si le quitamos el hecho de que es un reno gigante... y que no tenemos relación sanguínea... y...

- ... ¡Espera! Dijiste que estábamos en la montaña.

- ¡En la cima!, para ser precisos.

Con una expresión dudosa. Eline salió de la casa a gran velocidad.

- ¡Oye! ¿A dónde vas?... aun no te has recuperado. Aun necesitas descansar.

- ... ¡Imposible!

Cuando Eline salió de la casa, pudo observar las montañas adyacentes, los prados y lagos. Todo desde el punto más alto.

- ¿Realmente, estamos en la cima de la montaña?

***


Después de confirmar mis palabras. Regresamos a la casa y durante un rato, Eline estuvo interrogándome. Afortunadamente fui capaz de excusarme, hasta que se durmió.

¡Afortunadamente se quedó dormida!

- ... y ahora, ¿Qué debo hacer?

Cuando Eline se durmió, salí de la casa y me puse a pensar en lo que debía hacer.

Lo mejor hubiera sido ignorarla. Pero...

Durante un tiempo, estuve teniendo un conflicto moral sobra mis acciones.

- ¡Ah!... Olvídalo ¡Lo hecho, hecho esta!... Ahora necesito saber ¿Qué hacer?... Desearía que Rena estuviera aquí.

Sentado frente a la casa. Empecé a pensar en las posibles soluciones.

- ... Lo mejora, será sacarla de la casa...

¿Y si es asesinada por un monstruo?

- No, ya no es mi problema. ¡Ya la salve! No tengo que hacer más, ¿verdad?

... Pero su situación... ¡Todo, es mi culpa!

Después de debatir conmigo, me decidí. Pero ya había oscurecido.

- ... ¡Mañana! ¡!, mañana se lo diré.

***

¿MI TRABAJO?... ¡REY DEMONIO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora