Ese día, cuando Keyla fue a buscar a Gastón en el campus de la universidad, no lo encontró solo como solía hacerlo, estaba sentado hablando con un chico de lentes. ¿Sería bueno ir con ellos? Quizás podía pasar el rato con Alexa o quizás sola.
Miró al chico, o quizás debía ir a saludarlo al menos, ya se encontraba ahí.
Dio un paso con duda para dar los siguientes segura de ir hacia él. El pelinegro estaba enseñándole algo a su amigo sobre el comic que estaba leyendo.
— Gastón—le dijo un poco tímida, Gastón y su amigo voltearon a verla.
—Hola—le respondió, ella se sentó a su lado.
El chico la miró con curiosidad, no estaba muy seguro, pero ese día llevaba un aura diferente a como siempre estaba.
—¿E-estás bien? ¿Qué sucede? Estás extraña—la castaña negó rápido y le dio una fugaz mirada al chico de lentes. ¿Era amigo de Gastón? Era lo que parecía, pero con Gastón todo era posible.
—Nada, sólo no sabía si debía acercarme.
Gastón estaba seguro de la razón por la que ella no se había acercado antes, su mejor amigo. Aunque no le vio un problema a eso por lo que prefirió presentarlos.
—Stuart te presento a Keyla. Keyla, él es mi mejor amigo Stuart—presentó a ambos chicos.
Stuart le sonrió amigable, completamente diferente a algo que haría Gastón. Le tendió la mano y se presentó con total confianza.
— ¿Esta es la chica de la que me hablaste ayer? —le preguntó el castaño a su amigo, Gastón le dio una mirada seria al chico para luego asentir como si todo eso fuese algo normal.
Keyla se sintió nerviosa con esas palabras, ¿qué le había dicho sobre ella? ¿Era algo bueno o algo malo? ¿A Evan también le había hablado sobre ella? ¿Qué significaba eso?
— ¿Qué le dijiste de mí?
—Cosas que no te interesan, Keyla—Ella rodó los ojos.
—Realmente sí lo hace porque era algo de ella—mencionó Stuart, el pelinegro volteó a verlo y éste le sonrió cómplice.
Gastón se acomodó en el asiento y carraspeó un poco la voz. Keyla lo miró de reojo, había optado por un comportamiento poco común de él.
— ¿Qué sucedió? ¿Vienes por más preguntas? —ella asintió. —Dale, pregunta. Stuart también puede ayudar; le gusta un chico y quiere que la ayudemos—le explicó a su mejor amigo.
—¡Que genial! Estoy dentro—comentó Stuart—. ¿Quién te gusta? ¿Es de la uni?
—Evan—confesó ella, estaba segura que él lo conocía. Stuart le dio una mirada a su mejor amigo para luego responder.
—Ugh Evan, siempre intentando llevarse el corazón de las chicas lindas.
— ¿Acabas de llamarla linda?
—Sí, ¿tienes algún problema con eso? —Gastón rodó los ojos y negó—. Puedes empezar, Keyla—le sonrió, la castaña asintió y sacó su libreta del bolso.
— ¿Dirían que los chicos son complicados? —preguntó sentándose al lado de Gastón.
—No, somos demasiados básicos, ustedes son las que complican todo—respondió Gastón, Stuart asintió estando de acuerdo.
—Es cierto, uno puede decir que se ven bonitas y ya ustedes estás maquinando un plan que supuestamente creamos para llevárnosla a la cama, sólo digo que estás bonita porque realmente estás bonita, sin nada más que decir entre líneas.
—También cuando creen que les damos señales sobre si nos interesan; si estamos interesados te lo haremos saber con hechos, no con señales de humo que se inventan—continuó Gastón, Keyla frunció el ceño.
—Los chicos también dan indirectas—se defendió.
—Nunca dije que no lo hacemos—respondió—, ¿pero acaso somos nosotros lo que se crean una historia de amor en la cabeza sólo porque alguien nos sonrió? Ustedes son las que se ilusionan solas y terminan luego con el corazón roto—Keyla lo miró con desaprobación y Stuart se dio cuenta del momento que estaba empezando a ocurrir.
Gastón no era la mejor persona para estos temas.
—Mejor cambia la pregunta, Keyla—le dijo el de lentes antes de que Gastón siguiera hablando.
Él conocía a su amigo, había momentos en los que él no medía sus palabras y éste podía llegar a ser uno si no lo detenía. Keyla suspiró y miró su libreta en busca de otra pregunta.
— ¿Cuál es su tipo de cita ideal?
—Ir al cine para ver una película de Liam Neeson y luego ir a mi casa para comer pizza—dijo Stuart animado, le gustaba responder a esas preguntas. Volteó a ver a Gastón esperando su respuesta.
Éste se quedó unos segundos callado pensando y luego sonrió.
—Me gustaría llevarla a caminar por el parque un rato y luego ir a mi restaurante de comida mexicana favorito para quedarnos charlando sobre sus temas preferidos toda la tarde—respondió—. Aunque no sé para qué haces ésta pregunta, Evan es más de hacer cosas extremas.
— ¿Cosas extremas?
—Sí, no es tan de vamos a comer y ya—respondió—. Al menos era así en la secundaria.
— ¿Algo más? —preguntó Stuart con ganas de seguir respondiendo. Keyla negó y miró a Gastón.
—Eso era todo, los veré mañana—les dijo y se marchó de allí, Gastón la vio con el ceño fruncido, ¿algo le había sucedido?
—Interesante chica—mencionó Stuart cuando ella ya no estaba, Gastón sólo se encogió de hombros.
—Sí, no es de las que está con la corriente.
—Y eso te gusta, ¿no?
Gastón lo miró y levantó una de sus cejas, no estaba del todo seguro si Stuart se refería a gustarle cómo una posible amigo o en el sentido amoroso, por esa razón decidió solamente encogerse de hombros y fingir que eso no lo había escuchado.
Quizás porque él no sabía la respuesta correcta.
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Lo Que Quieren Los Chicos
Teen Fiction¿Qué quieren los chicos? El objetivo de Keyla desde que llegó a su nueva ciudad fue conquistar al lindo chico que atiende cada día en su cafetería favorita, pero no sabe cómo acercarse por lo que prefiere recaudar información sobre ellos para usarl...