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—Este es el proyecto que estoy trabajando—mencionó Logan, el padre de Keyla. Gastón se encontraba a su lado mirando con atención todo lo que le estaba enseñando.

—Me gustan los colores que escogió.

—Sí, ¿verdad? A mí también, es una buena maqueta por los colores—continuó hablando—. ¿Refleja la calidez del día?

—Lo creo, pienso en el verano cuando veo los colores.

—Excelente, porque necesito que sea así.

Gastón continuó mirando la presentación de Logan, era la maquetación del diseño y promoción del producto de la empresa con la que estaba trabajando en ese proyecto. Cuando Logan se mostraba muy amable con él le gustaba, lo hacía sentir parte de la familia, era como una forma para él de saber que su padre lo aceptaba.

—Por cierto, ¿cuándo cree que termine Keyla de arreglarse?

—No sé, creo que estaba peinándose.

—¿Puedo ir a verla?

Logan alzó una ceja con curiosidad. Luego mostró un gesto serio y sin expresiones, algo diferente a lo que era.

—Se supone que la cita siempre espera en la sala y el padre, o sea yo, debe hacer preguntas para incomodarlo.

—Puede hacerme las preguntas, contestaré con sinceridad.

—¿Te gusta mi hija?

—Sí.

Logan intentó ocultar una sonrisa.

—Lo supuse; se te nota en la cara, chico, muy obvio—respondió—. ¿Ella lo sabe?

—No todavía—le dijo—, quiero hacer las cosas bien.

Quizás Gastón sabía cuáles eran las palabras perfectas que él quería escuchar.

—¿Ya puedo ir?

—Sabes en donde queda su cuarto.

Gastón rio y se levantó del sillón para luego caminar hacia el pasillo en donde se encontraba el cuarto de Keyla. Tocó la puerta y esperó a que ella le indicara que podía pasar.

—Keyla, necesito que... wow—dijo al verla—. Es-estás hermosa.

—Me he puesto un poco de maquillaje, ¿te gusta?

—Deblin sí—la miró y se le acercó un poco. Tomó su mano y la colocó en su pecho—. Me has hecho ponerme nervioso con verte—le sonrió juguetonamente, Keyla bajó la mirada rápido ocultando el sonrojo en todo su rostro.

Gastón llevó un mechón de su cabello detrás de su oreja para luego acariciar su mejilla. La hizo mirarlo y le sonrió, bajó su mano hasta colocarla en la cintura.

—Key—dijo bajo acercándose a ella—. Me gusta mucho cómo te ves.

Ella no pudo ignorar sus labios al decirle eso. Tragó saliva y bajó la mirada con vergüenza, ¿qué se debía hacer? Intentaba pensar en todo lo que había visto en las películas pero su mente estaba en blanco, no quería arruinarlo.

—Me gusta cómo te ves siempre—le dijo—, tan sencilla que siempre llamas mi atención—besó su mejilla con suavidad.

Era una oportunidad para él, pero no quería tomar ventaja sin saber si ella quería besarlo también. Miró sus labios, había soñado ya varias veces con besarla y no podía esperarse tanto.

El teléfono celular comenzó a sonar, Gastón se echó hacia atrás por instinto y luego se arrepintió, qué importaba el celular cuando tenía a Keyla frente a él.

—Esperaré que termines de alistarte. 

...

Cuando llegaron a La Perla Tapatía, el restaurante mexicano más famoso de la ciudad, ya se encontraban Stuart y Charlie esperándolos; con ellos estaban dos chicos, Clara y su amiga, supuso Gastón. Una de las chicas tenía el cabello corto y rubio, se imaginó que era Clara por lo poco que su amigo le había mencionado de ella.

Stuart y él no hablaban mucho sobre chicas, a menos que fuese algo realmente serio.

—¡Hey!—dijo Stuart al verlos.

Gastón tomó la mano de Keyla y caminó con ella hasta la mesa, saludó a sus dos amigos y se presentó con las dos chicas para luego presentarles también a Keyla. Clara, la chica rubia de cabello corto, les sonrió a ambos y presentó también a su amiga, Emma.

—¿Qué quieres comer?—le preguntó a Keyla el chico, Keyla miró el menú y señaló las enchiladas—. Vale, ya regreso.

El resto de los chicos ya habían pedido su plato, por lo que ya tenían su comida lista. Stuart comenzó a hablar sobre un proyecto que tenía con su hermana en ese momento.

—Usa toda la información para ver si es compatible con el chico que le gusta—mencionó, Charlie lo miró curioso.

—¿Eso son los tests de los que mi hermano y tu hermana se la pasan hablando?

—Sí, ¿no es loco?

—Sabía que tenías que estar con eso, ellos no son tan listos como para hacer todo un programa—murmuró, Stuart rio.

—Lo peor es que no me pagan por esto.

—Deberías pedirles algo a cambio—mencionó Clara—. Que hagan tus tareas de la casa o algo.

—Sí, eso ya está listo—rio el chico. Keyla miró con interés todo.

—¿Qué pasa si sale la compatibilidad al cien?

—Es tu alma gemela según mi hermana—respondió—. Minerva cree en las almas gemelas, pero tengo una teoría de que las almas gemelas, de existir, sean lo que le falta al otro.

—El perfecto "los opuestos se atraen"—mencionó Emma.

Charlie miró a Keyla y la codeó ligeramente.

—Así como Gastón y tú—le dijo bajo.

Para ser un chico callado, sabía siempre qué decir.

Era cierto, Gastón y ella eran tan diferentes que eso le provocaba un revoltijo de nervios. ¿Cómo se llevaban tan bien siendo tan diferentes? Encajaban perfectamente el uno con el otro. ¿no era eso algo único?

Siempre había pensado que si eso llegaba a ocurrir, no debería dejarlo pasar.


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1/3 capítulos!!! 

Lo Que Quieren Los ChicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora