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—Hola Gastón—le dijo Keyla al pelinegro cuando se acercó a él. Este se encontraba sentado en una de las mesas de la cafetería principal mientras leía un libro.

Se quitó los audífonos y la miró desinteresado, no le gustaba cuando interrumpían su lectura. Pero no le dijo nada, era preferible para él no darle muchas explicaciones.

— ¿No tienes acaso amigas a las que puedes molestar?

Tenía muy poco tiempo en la ciudad y no era buena haciendo amigos.

—No, sólo te tengo a ti—mencionó, Gastón alzó una ceja y la miró esperando que fuese una broma. Al ver que la chica no contestó, bajó los hombros y suspiró.

—Vaya suerte—dijo con un característico toque de sarcasmo, cosa que siempre se repetía en su diálogo cada día.

Keyla notó varias cosas sobre él en ese momento: (1) No le molestaba decir las cosas justo cómo las pensaba, (2) no era muy amigable cuando no te conocía (o quizás era así siempre) y (3) era de esa clase de persona que le fastidiaba un poco estar con otras.

Y eso, en vez de apartarla, le hizo querer conocerlo aún más. Era una persona que se veía interesante de conocer.

Gastón dejó el libro a un lado y la miró fijo.

— ¿Qué me preguntarás hoy? —preguntó, Keyla sonrió ante su disposición. Sacó de su bolso la libreta que tenía dentro y la abrió en una página específica, en donde tenía sus preguntas anotadas.

— ¿Te gustan las chicas que toman la iniciativa?

—Creo que esto ya lo hablé contigo.

—Sí, pero no, no en todo el contexto si no sólo en uno—comentó, el pelinegro asintió y pensó en una respuesta aceptable para ella.

Como ella lo había mencionado, había tenido una respuesta en un solo contexto, pero Gastón veía la pregunta muy ambigua, necesitaba tener un contexto en específico para responder. También dependía de la persona o del momento, a veces le gustaba ser él quién tomase la iniciativa, otras quería que la chica lo hiciera.

—Tienes razón, pero responderé si respondes a mi pregunta primero—Keyla asintió estando de acuerdo—. ¿Cuál es la razón de esto? ¿Quieres acercarte a un chico?

—No—el pelinegro alzó una ceja sin creerle nada. Keyla bajó la mirada sonrojándose, no quería ser obvia.

—Mmm...quizás...¿Oliver? ¿Miguel? ¿Mike?

—No sé quiénes son ellos—respondió.

—Pero sí es un chico, tu cara está completamente roja.

No le tocó de otra que admitirlo.

—Vale, pero no creo que lo conozcas. Trabaja en la cafetería que me gusta ir, lo he visto desde que llegué a la ciudad y pienso que es muy lindo, pero lo que tiene de lindo lo tiene de inalcanzable.

—No es tan inalcanzable porque te has ingeniado un plan para poder hablarle.

—¿Por qué piensas eso?

—¿Me equivoco?

Negó, él tenía toda la razón. Hacía eso sólo para poder acercarse a él y hablarle, lo que no sabía era si Gastón era muy listo o ella muy obvia.

—Me lo esperé—respondió encogiéndose de hombros—. Eres de esas chicas que creen que el chico va a hablarles primero, ¿no es así?

—Quizás lo sea pero quiero hablarle yo primero—confesó, eso le gustó de ella—. Ahora te toca responder a mí pregunta.

—Sí, me gusta que tomen la iniciativa pero al mismo tiempo prefiero tomarla yo. Creo que lo que más me gusta es que ellas muestren el interés en mí, eso hace que se vean como más lindas de lo que ya eran.

»Puede que a ese chico también le pase, es algo que tenemos todos en común; si nos habla la chica primero nos sentimos con más seguridad, claro, en caso de que nos parezca linda, sino nos dará muy poca importancia lo que ésta haga.

—Entiendo, qué harías si te hablo yo primero.

—Ya lo has hecho.

—Me refiero si fueses el chico—murmuró con timidez por la pregunta que iba a hacer—. ¿Me consideras linda?

Eso lo tomó por sorpresa, no creyó que ella le preguntaría eso. Él la miró por un momento, observando con cuidado su rostro y luego quitó la mirada de ella.

—Se acabó el tiempo Keyla, debo irme a clases—intentó levantarse del banco pero Keyla sostuvo su brazo para que no se fuera.

El chico alzó una ceja, un gesto repetitivo en él.

—Responde mi pregunta primero—le dijo mirándolo—, por favor.

Él le devolvió la mirada, manteniendo el contacto visual y provocando que ella se pusiera nerviosa por ese acto.

—Sí me gusta alguien, se llama Kenzie pero es igual de inalcanzable que el chico que te gusta a ti—ella frunció el ceño. Esa no era la pregunta que le había hecho.

— ¡Deja de responder a las preguntas viejas!

—Empieza entonces a especificar lo que quieres que te responda—sonrió burlón.

—Gastón...

—Me debo ir ya, Keyla, tengo clases—soltó su brazo y se alejó de ella tomando sus cosas.

Ella lo observó irse y suspiró, ¿acaso no la consideraba bonita y por eso había decidido irse para no decirle la verdad? Gastón era un chico muy complicado pero a ella le agradaba eso.

Lo Que Quieren Los ChicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora