Gastón estaba centrado en su batido de fresas cuando Stuart llegó a su lado. Miró al chico sin entender por qué miraba tanto al batido y no se lo tomaba.
—¿Estás bien?
—¿Ah?—volteó a verlo—. ¿Cuándo llegaste?
—Hace unos cinco segundos—mencionó—. ¿Te encuentras bien? Estabas mirando fijamente el batido.
—Estaba pensando un poco—murmuró, apoyó sus manos sobre la mesa, Stuart lo observó con curiosidad, estaba teniendo un comportamiento que no era propio de él. Normalmente no parecía verse en las nubes.
No sabía si preguntarle más, Gastón tendía a cerrarse con sus problemas. Si Sierra estuviese ahí sería más fácil, ella lograba hacerlo hablar.
—¿Crees que Keyla y Rita se parecen?
—No—respondió al instante, no había que pensarlo mucho—. No se parecen.
—¿De verdad lo crees?
—¿Por qué piensas en Rita en este momento?
—No lo sé, fue sólo una idea que tuve.
Continuó viendo su batido, ¿por qué tenía que pensar en ella? Rita había sido la razón por la cuál Gastón se cerraba tanto a todas las nuevas emociones. Se sentía inseguro que todas las personas que conocía fuesen como ella, le aterraba, prefería mantenerse alejado de todos.
—No pienses en eso—le dijo—. Mejor tómate tu batido.
—No sé porqué escogí este sabor, no me gustan tanto las fresas.
—¿Compro uno de piña y te lo cambio?
—¿Podrías?—le sonrió al chico, Stuart asintió y se levantó para ir a la barra y poder pedir el batido de piña.
Gastón miró por la ventana, había estado toda la noche pensando en lo que Evan le había dicho. ¿Realmente le gustaba Keyla? ¿O sólo lo había dicho para ponerlo celoso? Conocía a su amigo, pero se encontraba sin entenderlo en ese momento. ¿Qué pasaba si realmente le gustaba Keyla? ¿Podría aceptar verlos juntos?
Desde que aceptó ayudarla con él, había intentado hacerse creer que era lo mejor. Evan era bueno para ella, Keyla no necesitaba un chico que no era realmente bueno como él.
—Le di un sorbo porque vi que también le diste un sorbo al batido de fresas—dijo Stuart llegando frente a él, tomó el batido de fresas y le dio el de piña—. Ahora estamos a la par,
—Gracias.
—Sí, vale, ¿me dirás lo que te pasa?
—A Evan le gusta Keyla.
—¿De verdad? Pensé que estaba saliendo con ella porque quería hacerte entrar en razón—Gastón lo miró.
—¿Tú también lo crees? No es propio de Evan jugar con las chicas.
—No juega con ella—mencionó—. Es algo mutuo—murmuró, Gastón prefirió ignorarlo, no quería preguntarle demasiado.
Tomó de su batido y pensó un poco en las palabras que le había dicho Evan. A él le gustaban los códigos, ¿por qué no seguirlos? Se sintió tonto, a Gastón ni siquiera le gustaban los códigos que habían creado, le parecían tontos, ¿por qué pensaba en ellos en ese momento?
Que horrible era que te gustase alguien.
Tenía que rechazarlo.
—¿Qué harás mañana?—Stuart lo miró con confusión.
—Emm posiblemente me quede en casa intentando formatear la computadora de mi padre.
—Vayamos a una cita doble.
—¿Tú y yo?
—Una chica me invitó a salir, puedo decirle que vaya con una amiga.
—No sé, Gastón, eso de salir en citas no es lo mío.
—No es lo tuyo porque no lo intentas.
—Claro, ¿cómo se llama la chica?
—Emm, Cristina...creo—mencionó intentando recordar el nombre de la chica—. Me dio su número por si estaba libre.
—¿Crees que salir en una cita con Cristina te ayudará a superar a Keyla? Porque así no funcionan las cosas; tú mismo te has quejado hace unos minutos de que no se debe de jugar con las chicas.
—¿Crees que está mal? No sé qué hacer—echó su cabeza sobre la mesa y suspiró con frustración. Necesitaba sacarse a Keyla de la cabeza.
Stuart observó con preocupación a su mejor amigo, le estaba afectando. Gastón normalmente era seguro con esas cosas, si una chica le parecía interesante iba directo a ella, no dudaba pero en ese momento estaba viendo a la versión aterrada del chico. Al chico que no veía a Keyla sólo como una chica para salir un par de citas, Stuart podía notar que poco a poco, estaba cayendo por todo lo que ella era.
...
—¿Por qué estás aquí sola? Estás alejada de todos—le dijo Gastón a la chica cuando se la encontró en el campus universitario.
—Estaba pensando en algo—le dijo—. ¿Te gusta mi ropa?—el chico la miró, no era algo que solía vestir pero sí, le parecía bonito, le gustaba cuando las chicas usaban ese estilo de ropa.
—Sí, está linda.
Ella bajó la mirada.
—¿Crees que vistiéndome así logre captar la atención de Evan?
—¿Qué?
—Es lo que a los chicos les gusta—Gastón frunció el ceño y luego se negó a esa idea.
—No creas eso—tomó su mano y le sonrió suave—. Existen muchos chicos, todos tenemos gustos distintos.
No pasó ni un minuto cuando Keyla empezó a llorar, Gastón la miró asustado y luego cambió a una expresión de preocupación. Se acercó a ella y la rodeó con sus brazos apoyando la cabeza de la castaña en su pecho.
—¿Ha pasado algo?
—No...yo...estoy un poco asustada.
—¿Asustada?
—He salido con Evan ya tres veces—se separó un poco de él, Gastón la ayudó a limpiar sus lágrimas—, pero no veo que realmente le guste, ¿son así todos? ¿Algo me falta?
—No te falta nada—le dijo—, así como eres le gustas a muchos, sólo que son tontos y no te lo dicen.
—¿Tú lo crees?—¿lo creía? Él era uno de esos.
—Claro, confía en mí—ella le sonrió y volvió a abrazarlo.
—Gracias por ser tan bueno conmigo—le dijo—. Eres el mejor.
Gastón comenzó a darle palmadas en la espalda a la chica. No tenía duda, quería besarla en ese momento y poder demostrarle que no tenía nada qué temer y esa idea le asustaba tanto. ¿Cuál era el efecto que ella tenía sobre él?
—Gastón—dijo Keyla aun abrazada a él.
—Dime, ¿qué sucede?
—Te quiero—Gastón sonrió y frotó la cabeza de la muchacha haciéndole cariño.
—Yo también te quiero, Key.
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Casi todo este capítulo es nuevo 🤗
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Lo Que Quieren Los Chicos
Teen Fiction¿Qué quieren los chicos? El objetivo de Keyla desde que llegó a su nueva ciudad fue conquistar al lindo chico que atiende cada día en su cafetería favorita, pero no sabe cómo acercarse por lo que prefiere recaudar información sobre ellos para usarl...