—Hey, te traje un regalo—habló Keyla luego de saludar a Gastón, el chico la miró con curiosidad, ¿un regalo?
Observó cómo ella sacaba de su mochila una pequeña bolsa de regalo de color rosada.
—Ten, feliz día.
—Hoy no es mi cumpleaños—respondió—, ¿por qué me lo das?
—Lo vi y pensé en ti—se lo entregó, Gastón lo sacó y frunció el ceño al verlo.
—Emm, ¿esto es un collar de pareja? —preguntó con duda.
—Sí, son collares de la amistad—el pelinegro la observó y luego se rio dulcemente, que cursi era Keyla.
— ¿El ying y el yang?
Miró el collar, si no estaba equivocado, le había dado el yang, por lo que suponía que ella tenía la otra pieza.
—Ya sabes, todo lo bueno tiene algo malo y todo lo malo tiene algo bueno. Yo tengo el otro, ves—le mostró el dije que llevaba guindado en su cuello—. Nos complementamos al igual que ellos, por eso lo escogí.
—Está bonito—murmuró y se colocó el collar, la chica lo miró mientras lo hacía, le parecía genial poder compartir algo como eso.
— ¿Y por qué debo ser yo el malo?
—Porque eres el amargado.
—Me dolió porque sé que es verdad—se llevó una mano al pecho fingiendo sorpresa y Keyla rio—. Está muy lindo tu regalo, Key. Gracias—le sonrió—. Yo no tengo nada para ti, me tomaste por sorpresa.
—No necesitas darme nada, es algo que quería hacer. Además, me diste esta gorra—sacó la gorra de los Knicks de su mochila—, es de mis favoritas.
—Me alegra que te guste.
El celular del chico comenzó a sonar, Gastón lo sacó de su bolsillo y notó que era su hermano que lo llamaba, le indicó a Keyla que tomaría rápido la llamada y se levantó un momento para alejarse un poco y contestar.
Ella lo miró mientras hablaba, el ceño fruncido era muy característico de él. Se le hacía incluso gracioso cada vez que lo hacía. ¿Cómo era Gastón antes de conocerla? La primera vez que le habló estaba completamente segura que era un chico con personalidad fría y que era de esas personas que prefería ignorarte antes de entablar una conversación.
El chico volteó a verla y le sonrió para luego continuar hablando con su hermano. Ese pequeño acto la dejó sorprendida, ¿por qué se estaba sintiendo así? Lo vio acercarse nuevamente a ella y sentarse a su lado.
—Lo siento, mi hermano estaba preguntándome por la cena—mencionó.
—Ahora, quiero preguntarte algo.
—A ver, dime que quieres saber esta vez.
— ¿Cómo sé si un chico me está coqueteando? —Gastón la miró interesado.
—¿Lo consultas por Evan?—preguntó intentando que no se le notara que realmente le interesaba conocer la respuesta—. Él es bastante coqueto, así que puede ser un poco difícil al principio porque él suele coquetear sin darse cuenta, es parte de su personalidad.
— ¿Pero si es con un chico en general?
—Te hará cumplidos, demasiados—dijo—, aunque es importante que sepas que no todo cumplido es un coqueteo, a veces sólo quieren decirlo—hizo una mueca—. Eso es más de ustedes, pero en ocasiones nos pasa igual.
— ¿Qué otra cosa puede pasar?
Se detuvo a pensar un momento en una mejor respuesta.
—Puede hacerte esto—llevó un mechón suelto a la parte detrás de la oreja de la castaña—. Si lo hace varias veces, es porque te estaba coqueteando.
—Tú lo has hecho varias veces,
Él sonrió y luego la miró fijamente. Cuando lo hacía, lograba ponerla nerviosa.
—No es como si fuese un secreto que te estaba coqueteando en ese momento.
Mostró una expresión seria en su rostro para no parecer nervioso por su respuesta. Pero ¿a qué le tenía miedo? Posiblemente Keyla ni siquiera pensaría que le estaba diciendo claramente la verdad.
— ¿Algo más?
Quería preguntar miles de cosas, pero tenía su cabeza con la duda de lo que acaba de suceder.
¿Estaba coqueteando con ella en ese momento?
...
Su papá estaba terminando de servir la comida en la mesa, Keyla estaba de pie al lado de ella mirando hacia un punto fijo, cosa que le llamó la atención a él. Dejó la bandeja con la comida en la mesa y le indicó para sentarse.
—Cariño, ¿estás bien?—le preguntó—. Te noto muy extraña, estás callada.
Keyla se sentó frente a él y tomó un plato.
—Si un chico te dice "no es un secreto que te estaba coqueteando" ¿qué significa?
—Que te estaba coqueteando—respondió, ella lo miró—. Es muy simple, no hay que hacerle mucha cabeza a eso.
—Pero, ¿por qué me estaba coqueteando?
—Pueden existir muchas razones—mencionó—. La primera es la más obvia, le gustas.
—No creo que esa sea la razón, ¿cuáles son las otras?
—¿Por qué no crees que sea eso?
—Porque es Gastón—murmuró, su papá la miró sin entender la respuesta.
—¿Y eso qué tiene?
—No le gusto, le gusta alguien más—le dijo—. No soy su tipo ni siquiera.
—¿Eso fue lo que te dijo?
Algo que no entendía su padre era la firmeza en su idea. ¿Cómo podía estar tan segura de eso? Él no conocía a Gastón como ella, pero un padre sabía cuando alguien gustaba de su hija, eso lo podía detectar a miles de kilómetros de distancia.
Quizás ninguno de los dos estaba al tanto de ello.
Sólo querían intentar seguir como si nada pasase entre ambos.
—No, pero lo sé.
—Vale, entonces sólo estaba siendo amable.
—¿Amable?
—Hay personas que le cuesta expresarse, Keyla—dijo—, quizás sea de esos chicos. No lo conozco lo suficiente, pero se ve de esas personas.
—Sí, creo que lo es.
—Ahí ves—habló y comenzó a comer la cena, Keyla también lo hizo, sin embargo su mente estaba un poco perdida esa noche.
No le tomaría mucha importancia, pero sí necesitaba asegurarse que sólo había sido un comentario, Nada fuera de lo común, ellos tenían esa relación, era algo normal.
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Lo Que Quieren Los Chicos
Roman pour Adolescents¿Qué quieren los chicos? El objetivo de Keyla desde que llegó a su nueva ciudad fue conquistar al lindo chico que atiende cada día en su cafetería favorita, pero no sabe cómo acercarse por lo que prefiere recaudar información sobre ellos para usarl...