Capítulo 19 -Hechos

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-¿Esa no era Cathy?

Asentí con la cabeza y la polaca se quedó boquiabierta.

-¿A qué viene?

Esa misma pregunta era la que yo me hacía.

-No lo sé, viene a ver a Mats, la he escuchado. -Dije nerviosa-

Anna torció el gesto, preocupada y se sentó en una silla tras un gesto de dolor. Pensativa, me senté frente a ella.

-He estado hablado con él en el vestuario.

Anna me miró interesada.

-Me ha dicho que... no quiere que volvamos a estar tan distanciados.

La polaca esbozó una sonrisa y yo hice lo mismo. Con aquello, todo estaba dicho.

-Vi a Robert entrar en el túnel para llamar a Mats, ¿interrumpió algo? -Preguntó entre risas-

Algo sonrojada, negué con la cabeza.

-¿No? -Preguntó a la vez que miraba-

-Dos minutos antes, quizás...

Anna soltó una carcajada y yo reí.

-Siempre tan oportuno. -Exclamó-

Asentí a sus palabras. No era la primera vez que ocurría algo de ese estilo en lo que yo y Robert estábamos involucrados.

Tras unos minutos, el camarero nos trajo dos zumos y algo de picar.

-¿Y con Joshua...?

-Muy bien. -Respondí al instante-

Anna volvió a sonreír. Y con esa simple sonrisa supe que aquello estaba siendo correcto. Valoraba la opinión de Anna más que la de cualquier persona.

-Muchos creen que habéis vuelto.

Asentí a aquello y no supe bien qué responder, pero sí sabía a quien Anna se refería.

-Queremos tener buena relación y... nada más.

Bebí un trago de mi zumo y Anna hizo lo mismo.

-Es lo mejor que podrías hacer.

-Lo sé, Joshua es demasiado bueno y no se merece nada de lo que ha pasado estos días. -Añadí decidida-

Anna asentía a la vez que alternaba su mirada entre la puerta de entrada, a mi espalda, y mis ojos.

-Además, hoy hemos estado...

Con un movimiento de cejas, supe que debía dejar de hablar. Volví a beber otro trago y Anna agarró su móvil. Pocos segundos después, Cathy pasó por nuestro lado.

Mordí mi labio inferior evitando reírme y Anna me miró.

-¿No tiene nada mejor que hacer? -Susurré entre risas-

-Divorciarse de su marido. -Respondió Anna-

-Y vender su casa. -Añadí yo-

Ahora Anna y yo reíamos mientras la poca gente que estaba a nuestro al rededor nos miraba y Cathy hablaba con la camarera.

Al rato, la rubia volvió sobre sus pasos con un café en sus manos y sin dirigir una mirada a nuestra mesa, pese a pasar por al lado de nosotras.

Lo que necesitas (Mats Hummels)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora