Conseguí deshacerme de los chicos por un rato. Mientras ellos se quedarían estrenando la provisional cancha de baloncesto que Mats había instalado en el jardín, yo me dirigía a casa de Anna y Robert, donde el polaco no tardaría mucho en regresar.
Agarré mis deportivas y unos pantalones cómodos y salía en camino a ver a Anna, a quien le debía una explicación del extraño mensaje que le había enviado hacía unas horas.
Llamé a la puerta y, para sorpresa, Robert abrió.
-¡Hola, Kate! -Saludó al verme-
-¿Qué tal, Robert? ¿Está Anna?
El polaco asintió con la cabeza y se abrió a un lado. Antes de que cruzara la puerta, apareció Anna, con el bolso colgado al hombro y sus gafas de sol.
-¿No os quedáis? -Preguntó Robert al ver a Anna-
-¿Aquí, contigo? ¡No! -Respondió su mujer entre risas-
Me encogí de hombros y Anna salió para ponerse a mi lado y saludarme con un abrazo.
-Oye, Kate... -me llamó Robert- Joshua, ¿está mejor?
Tragué saliva y pude notar la mirada de Anna clavada en mí.
-Sí... está mejor. -Sonreí-
Robert respondió con una sonrisa y se despidió de nosotras no sin antes decir algo.
-Creo que luego me pasaré por su casa para hablar con él.
No supe qué responder, así que asentí con la cabeza. Luego, el polaco se despidió de nosotras con la mano y Anna me montó, literalmente, en su coche, aparcado en la puerta.
-¿Qué ha pasado y por qué Robert no me quiere contar nada? -Susurró nada más agarrar el volante-
La miré preocupada y la pedí que arrancara el coche.
Durante el camino, le expliqué a Anna lo sucedido. La polaca atendía totalmente sorprendida a los hechos que la narraba con toda la intensidad con la que lo recordaba, incluso trataba de influir en mis decisiones a la vez que se lo contaba.
-¿!Ha sido Robert!? -Preguntó cuando llegué a esa parte-
Me encogí de hombros, y entonces continué relatando el momento en que Mats entraba a aquella sala y nos explicaba que Robert, con quien acababa de hablar, no había tenido nada que ver.
La polaca asintió, como dándole la razón, y entonces la pedí una opinión.
Una vez salimos del coche y nos sentamos en la cafetería para pedirnos ambas un café, Anna me contó lo que sabía.
-Ni siquiera me había contado lo del gimnasio, ni sabía nada sobre la pelea de hoy. -Dijo totalmente indignada-
Acaricié su brazo y le resté importancia.
-Tampoco ha sido para tanto. -Mentí- Además, es normal que no quiera hablar de ello.
Anna negó con la cabeza, ahora algo enfadada y me preguntó lo que yo iba a preguntarle a ella.
-¿Crees que Robert ha traicionado, por decirlo así, a Joshua?
Me encogí de hombros y Anna bufó.
-¿Lo crees tú?
Anna lo pensó unos segundos.
-Si no ha sido Mats, y Manuel... Manuel ni siquiera pasa por la cabeza de Kimmich... Entonces, quizás Robert se haya ido de la lengua...
Ahora fui yo quien bufó y ambas bebimos un largo trago de nuestro café. Pensativas, no quedamos unos minutos en silencio. Hasta que una llamada nos interrumpió. Mats llamaba al móvil, pero... no precisamente al mío.
-Cógelo. -Le ordené a Anna-
La polaca asintió e hizo lo propio.
La sorpresa llegó cuando fue Robert y no Mats quien respondió a la llamada. La cara de Anna, un auténtico cuadro. La mía, igual.
-¿Que si he quedado con Kate para hablar sobre la pelea? -Preguntó en voz alta, a propósito y mientras me miraba-
Tapé mi cara al escucharlo y comencé a reír de los nervios.
-No te enfades, Robert. -Pidió Anna- He quedado con Kate para hablar de todo, como siempre hacemos, ¡no expresamente para hablar de vosotros!
La conversación acabó rápido. Robert cortó la llamada y Anna la conversación con un escueto "luego hablamos".
La miré y ella a mí y ambas terminamos riendo.
-¿Qué ha sido esto? -Preguntó- ¿Acaso ahora hablan entre ellos sobre esto?
La polaca se llevó la manos a la cabeza.
-¡Lo que me faltaba! -Rió- ¿Te lo imaginas, los tres, prestándose los móviles y creando este tipo de cosas?
Reí y pensé en aquello. ¿Imaginarme a los tres, juntos en ese momento?
-Lo que me sorprende es que, si Joshua estaba tan enfadado con Robert... y ahora están los tres en casa... ¿se habrán perdonado, o...?
Anna abrió los ojos como platos y agarré mi móvil para hablar con Mats, pero me eché atrás en el momento en que pensé que quizás no era él quien poseía su móvil en ese momento. Reflexioné sobre la idea que acababa de pasar por mi cabeza y Anna, tras beberse lo restante de su café, también.
-¿Vamos? -Preguntó agarrando su bolso-
-¿Tú crees que...?
-Vamos.
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Hola! Justo el viernes pasado me pregunté por qué no dedicaba unas líneas a esto que suelo hacer de agradeceros el apoyo y hablar un poco con vosotras últimamente, y realmente no se por qué lo había dejado tanto!! Así que aprovecho hoy, que os he dejado un capítulo más corto para agradeceros el apoyo que dejáis con los votos y los comentarios, que a veces me arrepiento de no contestarlos al instante, por que luego siempre se me olvida! Pero que sepáis que los leo siempre con una sonrisa y que ayudáis muchísimo a seguir aquí.
Aun que ya va quedando menos de novela, espero que os esté gustando y que la estéis disfrutando mucho mucho :)
Mil gracias por todo lo que hacéis, como siempre os digo y nos veo el viernes! Perdón por no haber dedicado más episodios a este tipo de "comentarios después del capítulo" pero hay veces que acabas el episodio y te olvidas totalmente. Os mando un abrazo muy fuerte y espero que os esté yendo todo genial. Os quierooo!!