Agarré mi móvil por incontable vez esa noche y conecté mis auriculares de nuevo. Ni siquiera podía cerrar los ojos sin que miles de imágenes me vinieran a la cabeza. Joshua llorando, destrozado, y Mats besándome, despreocupado.
Me levanté de la cama y miré por la ventana, por fin estaba amaneciendo, y yo me encontraba sola, en una habitación de hotel y sin nadie a quien abrazar en ese momento. Imaginaba a Joshua, en nuestra habitación y de la misma manera que yo, llorando desconsoladamente.
Volví a tumbarme en la cama y pensé una vez en alguien: Mats Hummels, quien seguramente en ese momento se encontraba durmiendo, abrazado a su mujer. Y es que, ¿qué posibilidades había de que ese hombre, "felizmente" casado, dejara a su mujer para... venir conmigo? Y la respuesta, en mi cabeza, estaba clara. Pese a no cruzar su mirada conmigo minutos después de lo sucedido, lo que ocurrió allí dentro dijo mucho más de lo que seguramente se viera fuera.
* * * *
Pocos minutos después, conseguí cerrar los ojos, y pocas horas más tarde, abrirlos de nuevo.
Estaba cansada, agotada de llorar y pensar para seguir llorando después.
No quería volver con Joshua, ni él conmigo, no si nuestra relación iba a seguir siendo la misma, no después de haberme besado con otro y no para casarme con él.
Desbloqueé mi móvil y varios mensajes me llegaron. Entre ellos, uno de Anna. La polaca, simplemente, me enviaba una fotografía acompañado de varios emoticonos de sorpresa.
Era una portada de una revista del corazón, la más famosa de Alemania, donde en la parte superior aparecían dos noticias encabezado por un único título:
"Crisis en el Bayern Múnich
Kate Kirch y Joshua Kimmich rompen, la misma noche en que Mats Hummels y Cathy Fischer terminan con su matrimonio"Acompañado del titular, una foto de Joshua y yo, felices, y una de Mats y su mujer de la misma manera.
Leí varias veces más aquello y no dudé en buscar aquello en redes sociales. No podía ser real.
La foto de Kimmich caminando calle abajo después de lanzar el anillo a la carretera mientras yo lo miraba de brazos cruzados después de haber corrido detrás de él unos metros ya estaba por todos lados.
Por otra parte, una imagen de Mats y Cathy discutiendo en plena calle mientras ella lloraba y parecía lanzar algo contra el suelo. ¿Su anillo? Él, por lo contrario, la miraba apoyado en un coche y, pese a la mala calidad, podía ver sus ojos brillantes por las lágrimas. Lo miré boquiabierta y seguí leyendo.
Al parecer, la ruptura de ellos dos había impactado más que la mía con Joshua, que al parecer, la mayoría de personas lo esperaban y no era ninguna sorpresa.
"Demasiado aburrido para ella"
"Demasiado mujer para él"
"Demasiado caballero para ella"Reí al leer todos aquellos comentarios. ¿Desde cuándo la gente sabía más de mi relación que yo misma?
Caminé unos pasos por la habitación mientras trataba de entender aquello.
Mats y su mujer lo habían dejado por razones desconocidas por el momento, la misma noche en que Joshua me pedía matrimonio y yo le rechazaba para más tarde contarle que lo había engañado la noche anterior. ¿Quería decir eso algo? ¿Quería decir la imagen de Cathy y Mats que él le había contado algo a ella? ¿Algo relacionado... conmigo?
Bufé y caminé de un lado a otro. Necesitaba hablar con él. ¿Debía hacerlo? ¿Y si lo de Mats y Cathy había sido, simplemente, casualidad? ¿Y si lo suyo no tenía nada que ver conmigo?
Llevé mis manos a la cabeza y pronto recibí otro mensaje. La polaca me enviaba otra fotografía acompañado de tres palabras: "acabo de leerlo". Esta parecía una conversación vía WhatsApp que confirmé al abrirla.
Era un único mensaje, enviado por "Mats Hummels", así guardado en el teléfono de Anna y que pedía por favor el número de Kate. Pidiendo mi número. A las cinco y diez de la mañana. Automáticamente, respondí.
"Tengo que hablar con él"
Anna respondió al instante.
"¿Estás bien? ¿Quieres que hablemos? Puedo ir a tu casa ahora mismo"
Negué inmediatamente.
"Estoy bien. Joshua y yo lo dejamos anoche después de contarle todo. Ahora necesito hablar con Mats"
Pude ver cómo la polaca miraba la pantalla de su móvil preocupada mientras que yo hacía lo mismo aún pensando en el mensaje anterior.
Mats quería hablar conmigo, y yo quería hablar con él. ¿Con qué intenciones? Ni yo misma sabía las mías. ¿Y si Mats quería echarme la culpa de haber roto su matrimonio? ¡Ni hablar! ¿Y si solo era para olvidar lo sucedido e ir cada uno por su lado?
La verdad es que no dejaba de pensar en ese hombre sonriéndome de nuevo y mirándome a los ojos mientras hablaba conmigo.
¿Era aquella escena la que ambos deseábamos volver a repetir? Algo me decía que lo iba a descubrir pronto. Concretamente, un número desconocido llamando a mi teléfono.