Me desperté en la cama, junto a Mats y la sonrisa me salió sola.
Al abrir los ojos lo vi tumbado a mi lado, con su pecho rodeado por las sábanas blancas del hotel y mirando al frente con su cabeza apoyada sobre su brazo derecho.
-¿Qué piensas? -Pregunté con una voz suave-
Me miró y esbozó una de esas sonrisas que tanto amaba ver en su rostro. Se encogió de hombros respondiendo a mi pregunta y me miró a los ojos.
Yo hice lo mismo y alcé mis cejas a la vez que me tapaba mi cara, aún con maquillaje de la noche anterior, con la almohada.
-¿Piensas en... anoche? -Insistí-
Mats negó con la cabeza y se volvió a encoger de hombros.
Me giré para agarrar mi móvil de la mesilla y leí los mensajes que me habían llegado. Anna, Manuel agradeciendo nuestra presencia en su fiesta de cumpleaños y Joshua.
Leí los mensajes de este último en segundo lugar.
"Han llamado los de la inmobiliaria, quieren la casa y la quieren ya" "Qué hacemos?"
Chasqueé la lengua de manera involuntaria y Mats me miró. ¿Cuánto tiempo más iba a estar viviendo en el hotel y por qué ni siquiera me había preocupado en buscar una casa donde vivir?
Escribí una respuesta para Josh bajo la atenta mirada de Mats, a mi lado. El moreno llamó mi atención tocando mi mejilla, acariciándola con su dedo pulgar.
"Has encontrado casa? Dónde vas a vivir si la vendemos ya?"
Lo miré y lo encontré haciendo lo mismo. Levantó sus cejas esperando a que dijera algo.
-La agencia, quieren comprar la casa cuanto antes.
Mats lo pensó por unos segundos y asintió.
-¿Ya... tienes casa?
Negué con la cabeza y el móvil, en mis manos, vibró. Leí el nuevo mensaje de Josh.
"No, no tengo casa"
-No, no tengo casa. -Respondí-
Mats chasqueó la lengua y alborotó su cabello con su mano. Concentrada en la conversación con Josh, ignoré cómo Mats echaba mano a su móvil y buscaba algo en él con interés.
"Qué hacemos?" le pregunté.
"Eso mismo te he preguntado yo.." "El dinero que me pertenece me vendría muy bien para meterme en una nueva y comprarla"
"A mí también, para hacer lo mismo. No hay otra opción.."
"Bueno, sí hay otra opción..."
-No tenía pensado decirte esto tan pronto, pero...
Miré a Mats y fruncí el ceño, pues aún continuaba mirando la pantalla de su móvil mientras parecía pasar fotos con su dedo índice.
-¿El qué? -Le pregunté-
El moreno volvió a pasar su mano por su cabello, despeinándolo cada vez más. Así que ese era Mats Hummels cuando estaba nervioso. Mordía su labio inferior, evitaba mirarme a la cara, reía a cada palabra que salía de su boca y, sí, despeinaba su cabello a cada segundo que pasaba.
Sonreí al ver todos esos movimientos y me contuve a besarlo. Podía pasarme así toda la vida entera, mirándolo y analizando cada gesto que el defensa hacía... me encantaba, cada vez más, y era maravilloso descubrirlo poco a poco, sin prisa.
"Cuál es la segunda opción, Josh, espero que no sea la que estoy pensando.."
-¿Qué tienes que decirme? -Le insistí al moreno-
Llevé mi mano a su cara, toqué su nariz y luego imité uno de sus gestos y hundí mis dedos en su cabello negro. Ahora, Mats me miró y esbozó de nuevo una sonrisa. Me mostró la pantalla de su móvil, la miré e inmediatamente, habló.
-Es una casa, cerca del Allianz Arena y del estudio que me comentaste, es un poco caro, bastante, pero pensé que... entre tú y yo...
Mientras Mats trataba de hacer ese momento algo de lo más normal, yo, emocionada, no pude evitar sonreír mostrando toda la alegría que sus palabras me habían causado. ¿Era yo, o Mats Hummels me estaba proponiendo vivir juntos?
-Sé que me vas a decir que estoy loco y que es muy pronto, demasiado pronto. -Intentó decir, serio- Pero...
Esperaba a que terminara de hablar, fija en sus ojos, pero el moreno no supo como hacerlo y empezó a reír, como pudo, siguió hablando:
-¡No sé! ¿Lo piensas o no? ¿Crees que estoy loco? -Dijo entre risas y de lo más nervioso-
-¡Sí, estás loco! -Respondí entre risas-
-¡Ya lo sé!
Tapé mi boca, Mats frotó sus ojos y continuamos riendo, de lo más felices y sin saber qué decir. Poco después, la habitación se quedó en silencio y noté que era el momento de darle una respuesta.
-¿Cuándo vamos a verla?
El moreno me miró algo sorprendido, mordió su labio evitando reír y, una vez fue consciente de que había aceptado su loca propuesta, habló.
-Cuando quieras.
Ahora, lo abracé para luego besarnos.
-¿Tan loca estás para aceptar? -Preguntó a pocos centímetros de mí-
-¿Y tú te extrañas? ¡Si fuiste tú quien me volvió loca!
Volvimos a besarnos y entonces me di cuenta de que despertar todas las mañanas al lado de ese hombre era la mejor decisión que podía tomar.
-Voy a ser lo primero que veas todos los días cuando te despiertes. -Exclamó, como leyéndome la mente-
-Es verdad, qué sufrimiento tan grande... -Respondí irónica y fingiendo un desmayo sobre su pecho- Lo peor va a ser cuando seas tú el primero en despertarse y seas tú el que me vea a mí.
Ahora el moreno mojó sus labios y comenzó a jugar con mi cabello, con rostro serio.
-No imagino algo mejor, que seas tú lo primero que vea al abrir los ojos cada mañana.
Me sonrojé. Mats se fijó y volvió a darme un beso, esta vez más largo que todos los anteriores y que seguí encantada.
De repente, el servicio del hotel y lo que supuse que era el desayuno, llamó a la puerta. Mats rodó los ojos y maldijo en ese momento para levantarse, y abrir. Mientras tanto, cogí de nuevo mi móvil para avisar a Josh de que mi problema, estaba solucionado. Pero antes, leí los mensajes que él me había mandado, sin ni siquiera desbloquear mi móvil.
"Qué es lo que estás pensando? A mi solo se me ocurre la opción de quedarnos con la casa y volver a vivir juntos" "Recuerda la última vez que te lo propuse, a ninguno de los dos nos pareció mala idea.."
Tragué saliva y tal como lo encendí, lo volví a apagar. El rostro de Mats, apoyado en la puerta y vestido con unos pantalones de pijama y una camiseta blanca, me devolvieron mis pensamientos. Una vez la mesa fue puesta y llenada de un completo desayuno, cerró la puerta y agarró su café.
-Necesitaremos a alguien que nos traiga el desayuno a la cama... No creo que vaya a ser capaz de irme de tu lado ni un segundo.