Me encontraba en mi habitación de hotel, eligiendo el vestido que me pondría esa noche. A mi espalda, y a poco más de un metro, Mats. Tumbado en mi cama y vestido con unos jeans negros y una camisa blanca, jugaba con su móvil.
-¿Piensas elegir vestido hoy?
Lo miré, desesperada y el moreno abrió los brazos mientras me miraba.
-¡No lo sé! ¡No sé que ponerme!
Mats soltó una carcajada y se levantó para situarse a mi espalda y mirar al interior de mi maleta, al igual que yo.
-Pues... ese mismo, ¿no?
Lo miré ofendida.
-¿Ese? ¡No me gusta! No sé ni por qué lo sigo teniendo... ¡No me gustanese vestido!
Mats se encogió de hombros y bufó.
-¿Vamos a tu casa? -Preguntó-
Lo miré extrañada. ¿Acaso había decidido cancelar la cena... e irnos a mi casa? No sabía exactamente por qué, pero esa idea me gustaba. Lo miré algo incrédula y comencé a ponerme nerviosa, algo que Mats notó.
-... a por otro vestido. -Añadió-
-¡Ah! No, no hace falta. -Reí avergonzada-
Mats arqueó una ceja mientras yo reía y me tapaba mis mejillas sonrojadas. A punto de decir algo, comenzó a reír y dio media vuelta para ir hacia la puerta.
-Bajo a la recepción, a esta habitación casi no llega Wi-fi.
Lo miré sorprendida y al escuchar la puerta cerrarse, no pude hacer más que seguir riendo. ¡Ese hombre! ¿Por qué me hacía pasarlo tan mal?
* * * *
Salí del ascensor y lo busqué. Había pasado una hora desde que había salido de la habitacion en busca de internet para su teléfono móvil, tiempo que había invertido yo en buscar el vestido adecuado y arreglarme para una cena junto a Mats horas después de que él me propusiera vivir juntos.
Al verme, comenzó a aplaudir, sin hacer mucho ruido, y yo reí completamente roja de la vergüenza. Si algo no podía evitar hacer cada vez que estaba con él, a parte de quedarme mirándolo embelesada, era reír, algo que no todo el mundo sabía hacer y que Mats conseguía casi sin esfuerzo.
-¿Nos vamos? -Pregunté con una sonrisa-
Mientras el moreno continuaba analizando mi vestido, se levantó.
-Pero... ¿no decía que no te gustaba? -Preguntó confuso mientras me miraba-
-Sí, pero... ¡No sé! Tú lo elegiste, así que... ¿Qué pasa? ¿No me queda bien? ¿Subo y me cambio? Puedo ponerm...
-¡No, no, no! -Negó agarrando mi brazo- Ni hablar, vámonos ya o llegaremos tarde.
Accedí a sus palabras y enlacé mi mano con la suya mientras ambos nos mirábamos con una enorme sonrisa.
-En realidad, no me gusta. -Insistí-
Mats rodó los ojos y yo continué mirándome a mí misma mientras andábamos.
-Se supone que a las modelos nos queda todo bien y toda la ropa cara nos gusta y...
Hice una pausa y suspiré unos segundos. Mats me miraba con el ceño fruncido y yo hice lo mismo. La verdad era que todo lo que estaba relacionado con la moda y mi trabajo me traía completamente de la cabeza.
-Estás loca. -Susurró Mats-
Reí para luego asentir con la cabeza y guardarme un par de respuestas que conseguirían avergonzar a Mats en mitad de la calle.
-Tú también, ¿o es que no te acuerdas de quién ha pedido "eso" a quién?
El moreno rodó los ojos y abrió el coche para ambos entrar en él. Tras cerrar la puerta, Mats insertó la llave y encendió el motor para más tarde salir del aparcamiento y conducir hasta el restaurante. Mientras tanto, saqué mi móvil del bolso y aproveché para tomarle una foto al moreno mientras conducía de lo más serio al volante que no tardé en subir a las redes.
Al rato, recibí un mensaje de Joshua. En ese momento, recordé que me quedaba un tema pendiente que tratar con el chico, pues ni siquiera había tenido el valor de responder a sus últimos mensajes, en los que me proponía, por segunda vez, el no vender la casa que manteníamos entre los dos y vivir "juntos" en ella hasta que reunieramos el dinero suficiente para comprarnos una individual cerca de nuestros intereses.
"Kate, puedes darme una respuesta, por favor??"
Tragué saliva y pulsé sobre el mensaje emergente. Sin pensármelo dos veces, respondí.
"Perdona... por mi parte, podemos ir mañana a hablar con la agencia, ya he mirado una casa cerca y creo que la compraré" "Tu idea.. bueno, prefiero que vivamos separados, espero que lo entiendas"
Lo envié, sin ni siquiera repasar lo que había escrito y Josh lo leyó al instante. Pero Joshua no respondió hasta pasados unos minutos.
"Ok, entiendo"
Respiré hondo al leer esas dos palabras que el chico se había pensado tanto tiempo. "¿He sido muy brusca?" pensé.
-Por cierto, Kate. -Exclamó Mats, de repente- He estado pensando, si la venta de la casa se pospone... yo podría...
-No se va a posponer. -Le corté, y me arrpentí al instante-
Mats me miró por un segundo.
-No, ya... quiero decir si ocurriera, por algún casual... que yo puedo hablar con la agencia de nuestra casa y pedir que nos den unas semanas más, ¿te parece?
Mi cabeza repetió un par de veces aquellas dos palabras juntas, "nuestra casa" y no pude evitar sonreír de la manera más dulce que pude.
-Sí, claro. Pero espero que no haya ningún problema.
El moreno asintió y esbozó una sonrisa, para volver a mirarme por un segundo.
-Estoy deseando ir a verla. -Dije emocionada-
-Yo también. -Respondió Mats- He estado echándole un vistazo antes a la tercera planta de la casa, viene sin amueblar, he pensado muchas cosas que podríamos poner ahí. ¿Qué te parece un gimnasio?
Lo escuchaba hablar mirándole sonriente, podía ver la emoción en sus ojos y en sus gestos aunques estuviera fijo en la carretera y tenso frente al volante.
-Un gimnasio me parece bien, perfecto. -Sonreí-
Mats hizo lo mismo y ambos aprovechamos que el moreno había terminado de aparcar el coche para darnos un beso que sellamos con un "te quiero" de lo más sentido y en voz baja.
Salí del coche mientras el moreno terminaba de recoger sus pertenencias en el interior de su coche y consulté si había recibido algún mensaje más. Y así fue, Josh me mandaba un mensaje que no pude visualizar por completo hasta que no desbloqueé mi móvil.
"Se me olvidó contarte sobre lo que Cathy me dijo sobre recuperar a su marido, en la fiesta. Se ve que su "planazo" hoy ha empezado fuerte"
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