Para mi sorpresa, todo el mundo se encontraba ya bailando, bebiendo y pasándoselo bien. Incluido Josh, quien se encontraba hablando con un par de jugadores a un lado del enorme local.
Al entrar, pude notar cómo todo el mundo nos miró, observó nuestras sonrisas y nuestras manos agarradas a la vez que se acercaban a nosotros para saludarnos.
A un lado, Joshua y los chicos en la barra, al otro lado, las parejas de estos y en el fondo, en la bolera, la mayoría de jugadores y algunas de sus parejas jugando por grupos a los bolos.
Al saludar a Anna, la pareja de Lewandowski, me abrazó con fuerza tal y como yo hice con ella para darla un beso en la mejilla. Noté en ella sus ganas de que yo llegara, de verme y de abrazarme.
-¿Qué tal va la fiesta?
La polaca torció el gesto y rodó los ojos. Fruncí el ceño y la miré a los ojos.
-¿Vamos a felicitar al cumpleañero? -Interrumpió Mats-
Asentí a su propuesta y evité que detectara que algo malo pasaba. Me alejé de Anna y anduve junto a Mats hacia la parte de la bolera.
Manuel se encontraba con los chicos, ahora haciendo un pleno con una bola roja y blanca que incluía su nombre y su dorsal. Supe entonces que aquel era el regalo del que Mats me había estado hablando.
Tras felicitarle el cumpleaños y saludar a casi todo el mundo, me dirigí a Anna dejando a Mats con los chicos. Como en la mayoría de eventos, ella y yo nos sentamos en una parte de la fiesta, apartada de la mayoría y hablando entre nosotras.
-¿Qué te pasa? -Pregunté al sentarme a su lado-
La polaca negó con la cabeza y bebió un trago de su vaso de agua.
-¿Qué tal la fiesta? -Volví a preguntar-
-¿No echas en falta alguien? -Preguntó entonces-
-A Robert. -Respondí de inmediato-
Anna asintió con la cabeza.
-¿Dónde está?
Anna calló de nuevo. Chasqueé la lengua y volví a insistir, por lo que la polaca volvió a negarse a hablar.
-¿Y Cathy? -Pregunté- También faltan Nina y... -pensé- Nadie más, ¿no?
Anna asintió con la cabeza. Me levanté de la silla y localicé a Mats, ahora uniéndose a la partida de bolos y a Josh, quien ahora me hacía un gesto de acercarse. Fruncí el ceño y miré a Anna, quien, también con otro gesto, me dijo que fuera con él.
¿Qué tipo de fiesta de cumpleaños era esta? ¡Si nada más entrar ya había problemas! ¿Dónde estaba Robert, y la mujer de Manuel? ¿Y dónde estaba Cathy y por qué Mats no se había percatado?
Me acerqué a Josh y este salió del pequeño grupo de jugadores para unirnos a pocos centímetros de este.
-¿Te ha contado Anna?
Negué con la cabeza y volví a fijar mis ojos en Mats, quien parecía no darse cuenta de nada.
-Según me ha contado Franck, la mujer de Mats la ha liado.
-¿Que la ha liado? ¿El qué ha liado? -Pregunté nerviosa-
¿A qué se refería Joshua y por qué todo el mundo hablaba en clave?
El chico miró a un lado y a otro para acercarse a mi oído.
-Ha bebido de más y se ha puesto a llorar y gritar que una... zorra le ha quitado a su marido.
Abrí la boca, asombrada y Josh se encogió de hombros para acercarse de nuevo a mi oído.
-Robert y Nina han tenido que llevársela fuera. Cuando he entrado yo, me he cruzado con ellos.
Asentí a sus palabras y pensé en aquello. En Robert y Nina los papeles que les había tocado. Y en Mats. Mats no podía enterarse.
Me despedí de Josh y volví a mi sitio, con Anna, quien seguía molesta y con un rostro de lo más serio.
-Está loca. -Exclamé, refiriéndome a Cathy-
Anna negó con la cabeza de lo más enfadada.
-He estado a punto de levantarme y decirla cuatro cosas...
-Ni se te ocurra. -La corté-
Anna bufó y tapó su cara unos segundos.
-No te preocupes por nada.
Ambas mirábamos al frente, fijas en un punto fijo y sumergidas en nuestros pensamientos.
-No sé qué te ha dicho Josh, pero ni siquiera había llegado todo el mundo. No la había dado tiempo ni a tomarse tres copas.
Bufé y comencé a ponerme de lo más nerviosa.
-¿Sólo me ha llamado zorra? -Pregunté en voz baja-
Anna me miró a los ojos.
-Kate, tú no eres ninguna zorra.
-No, solo dime, ¿me ha llamado... algo más, más cosas?
La polaca asintió con la cabeza y yo asentí para beber un largo trago de mi copa.
Pasamos unos minutos más observando a los chicos y cómo Thomas fallaba la mayoría de sus tiros y los demás se reían de aquello. Miraba a Mats con una sonrisa. Ahora el moreno se había quitado la americana y... aquella camisa blanca no podía quedarle mejor.
-Tengo que decirte algo más. -Exclamó Anna de repente-
La miré al momento y ella apartó la mirada de mis ojos.
-No quiero que ocurra nada más esta noche, pero creo que debes enterarte de todo.
Asentí a sus palabras y respiré hondo.
-Cathy ha dicho... que va a recuperar a "su marido". Cueste lo que le cueste.
Mordí mi labio inferior y asentí con la cabeza.
-Que lo intente. -Dije yo, ahora enfadada-
Anna puso su mano en mi brazo y lo acarició. La miré, bebí un trago de mi copa y volví a mirar al frente, evitando mirar unos metros a mi derecha, donde se encontraba la puerta que daba a la calle y la cual Robert, Nina y Cathy cruzarían cuando menos me lo esperara.
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