Entré al servicio y apoyé mis manos sobre el lavabo para contar no hasta diez, sino hasta treinta. Cerré los ojos e imaginé el fin de esa horrible fiesta. No habían pasado más de dos horas desde que el cumpleaños había empezado. Según Mats aún quedaba una tarta y una sorpresa para Neuer por suceder en esa noche.
Me apoyé sobre la pared y consulté un par de cosas en mi móvil, entre ellas, la hora. Ni siquiera habían pasado cinco minutos de la última vez que lo hice.
Decidí retocar mi maquillaje gracias al neceser que le había pedido a Anna y poco tiempo después, volví a salir del baño, subir las eternas escaleras y busqué a Mats con la mirada. Mientras hacía esto, visualicé a Joshua, mi dolor de cabeza esa noche.
Estaba sentado en un sillón cerca de la barra y, a su lado... ¿hacía falta nombrarla? Rodé los ojos y continué buscando a Mats. Al no encontrarlo, me acerqué a Anna y Robert, quienes ahora charlaban tranquilamente, entre ellos, junto con una pareja desconocida para mí.
-¿Mats? -Vocalicé a la polaca junto a un gesto-
Anna me entendió al instante y señaló la puerta. Fruncí el ceño y asentí, Anna me hizo otro gesto para que me acercara a ellos.
-Gracias. -Le agradecí a la polaca devolviéndole su neceser de maquillaje-
-De nada. -Respondió con una sonrisa- Mats ha salido fuera, al parecer era el único que no había visto el nuevo coche de Manuel.
Asentí a sus palabras con un rostro bastante serio y acerqué una silla para sentarme al lado de Robert, que consultaba su móvil.
-¿Y a ti qué te pasa? -Susurró guardando su móvil-
Lo miré extrañada y negué con la cabeza para esbozar una sonrisa de lo más falsa.
-Nada, ¿por qué?
El polaco arqueó una ceja. Me reafirmé en mi posición y reí mientras fingía sorprenderme por su pregunta.
-¿Te han contado ya el show que se ha formado antes?
Asentí con la cabeza y entonces, me puse seria.
-He tenido que llevarla hasta su casa para que luego me dijera que estaba bien y que quería volver.
Asentí sin más, Robert pasó su brazo por mi espalda para abrazarme.
-Y para colmo, el chico tiene toda la pinta que se va a liar con ella, ¿no crees?
-No. -Respondí al instante-
-¿No? -Preguntó- Yo diría que sí.
Acto seguido, alzó sus cejas y los miré. La rubia susurraba algo en el oído de Josh y este reía. ¿Estás de broma, Joshua Kimmich?
Bufé y Robert chasqueó la lengua.
Los miré unos segundos más asegurándome de que ellos no me veían.
-Es gilipollas. -Susurré-
Robert me miró y yo lo repetí.
-¿No se da cuenta?
-Parece ser que no. -Respondió-
-Lo está utilizando para... darme celos y no se da ni cuenta.
Robert volvió a chasquear la lengua y besó mi frente.
La rubia se levantó, para contonearse frente los ojos de Joshua y se dirigió a las escaleras que daban al baño. Expectante por ver si Josh la seguía o no, clavé mis ojos en él y, al ver cómo Cathy desaparecía, me levanté. Justo en ese momento, Mats y un par de jugadores más cruzaron la puerta. Saludé al moreno y él a mí para luego señalar las ya famosas escaleras. Supe al instante que iba a servicio, por lo que aproveché para levantarme al verlo también desaparecer.
-¿Dónde vas? -Preguntó Robert-
-A abrirle los ojos. -Respondí-
Caminé con paso firme hasta que el jugador me vio, bebió de su copa sin apartar sus ojos de mí.
-¿Vienes un momento fuera?
El chico se levantó al instante, algo asustado y pronto ambos nos encontrábamos en el exterior del local y apartados de la puerta lo más posible.
-¿De verdad te vas a liar con Cathy?
Josh frunció el ceño y me miró sorprendido. En ese momento, me di cuenta de que no había hecho la mejor pregunta.
-¿No ves que te está utilizando?
El chico comenzó a reír y yo me crucé de brazos.
-Kate, no eres la más indicada para hablar de esto... ¿no crees?
Rodé los ojos. Josh aprovechó para dar otro trago a su copa.
-No quiero que te haga daño, Joshua.
El chico acarició mi mejilla y negó con la cabeza. Aparté su mano y lo repetí.
-No quiero que te haga daño.
-Nadie me va a hacer daño, Kate.
Lo miré directamente a los ojos y pude ver seguridad en ellos.
-No soy tonto. -Susurró tras un largo silencio-
De nuevo, nos quedamos callados, yo pensando en esa última frase y Joshua a punto de decir algo.
-Creo que deberías volver a dentro, Mats y Cathy han ido al mismo sitio...
Chasqueé la lengua al escuchar aquello y traté de tranquilizarme, hasta que Joshua volvió a abrir la boca.
-Ambos sabemos el peligro que tiene Mats ahí, en una fiesta y con una tía de por medio.
Supe al instante a lo que se refería y, sin más, volví a la fiesta, dejándolo ahí, callado y apoyado ahora sobre uno de los coches del párking.
A pocos metros de la puerta, esta se abrió, dejando paso a una Cathy algo nerviosa.
-¡Estás aquí! Te estaba buscando.
Soporté aquellos gritos en mi oido y la rubia pasó, sin más, dirigiéndose a Joshua. Antes de salir, eché una mirada atrás. Mientras Cathy trataba de besar a Josh, el chico apartaba su cara repetidas veces haciendo no una, sino dos cobras a la rubia. No lo pude evitar y solté una carcajada para desaparecer de allí.
Ya dentro, Nina y un par de jugadores más, entre los que se encontraba Mats, conducía una enorme tarta hacia el centro de la fiesta mientras Manuel se acercaba asombrado y agradecía a su mujer con un beso.
Me acerqué a Mats y el moreno, sonriente, me dio un beso para más tarde rodearme con sus brazos de lo más cariñoso.
Juntos, disfrutamos viendo cómo Manuel miraba sorprendido su tarta de cumpleaños y todos le cantábamos el cumpleaños feliz.
Mientras deseaba que ese momento, abrazada por Mats y recibiendo sus besos en mi mejilla, no acabara nunca, deseaba con todas mis fuerzas que esa fiesta y todo lo malo que ella había traído, acabaran cuanto antes.