Camino de un lado a otro en esta horrible habitación, no puedo creer que por fin tengo el cuerpo de Daniel y no lo puedo usar, como quisiera.
Me acerco a la puerta y veo por la pequeña ventanita que esta tiene, miro fijamente la habitación de Marcos, al recordar que todos creen que él asesinó a Nadia, comienzo a reír sin parar.
Rápido dejo de reír, al recordar que necesito salir de este lugar, comenzar la diversión con mi nuevo cuerpo.
Tomo asiento en la orilla de la cama, pienso en las posibilidades que tengo para salir de aquí, Isabel me ingresó aquí, ella puede sacarme.
Tan sólo necesito obligarla, pero ¿Cómo? Tal vez tenga que escapar, eso sería muy difícil, rápidamente me encontrarían.
—¿Qué hago? —me pregunto a mí mismo en voz baja.
—Dejarme morir —escucho la voz de Daniel, salir de la que ahora es mi boca.
Evito las enormes ganas que tengo de reír, sólo porque estoy en apuros, tengo que hallar la forma de salir, sino me quedaré aquí sin posibilidades de nada.
—Daniel, vengo a darte tu medicina, la enfermera Kinney está ocupada atendiendo otros asuntos, por eso he venido yo —añade una joven, la cual debe ser practicante de este centro.
Ella abre la puerta y entra, yo rápido me pongo de pie y me acerco a ella, me da las pastillas y un vaso de agua.
Las tomo y ella me sonríe, por unos momentos pienso en asesinarla, pero no puedo, quiero disfrutar la vida con este nuevo cuerpo, no puedo arruinarla con un asesinato más a mi lista.
—¡Gracias! —le digo y le doy un abrazo.
Ella sonríe y se aleja hasta la puerta, yo camino lentamente a esta y veo por la pequeña ventanita.
—¿Sabes Daniel? En estos momentos me gustaría estar molestándote, pero pues ahora tengo tu cuerpo.
No recibo contestación alguna, me recuesto sobre el suelo, miro detenidamente mi nuevo cuerpo.
Veo mis nuevos brazos, dos cicatrices hacen presencia, yo se las hice a Daniel, ahora me pertenecen.
Toco una cicatriz y recuerdo el momento en que la hice, fue cuando Daniel iba a dejar el orfanato, la otra la hice cuando Carlos salió del centro.
Camino hasta la cama y me recuesto, miro el techo y comienzo a recordar todas y cada una de mis víctimas.
Obviamente tuve muchas antes de conocer a Daniel, conociéndolo, la primera víctima que tuve fue Luis, su pequeño mejor amigo, disfruté mucho su muerte.
Después de Luis fue Adam, a él no tenía planes de matarlo, pero le hice un favor, nadie lo quería, para que seguir viviendo.
Jack fue mi siguiente víctima, él me descubrió y a mí no me gusta que nadie me descubra, así que terminó muerto.
Diego, el señor Foster, la abuela Foster, la señora Foster y Flor fueron mis siguientes víctimas, disfrute la muerte de cada uno de ellos.
Hay dos muertes que no tienen importancia para mí, una es el compañero de orfanato de Daniel, al cual lance por las escaleras y la Sra. Silvia, la cual murió incendiada en el incendio que yo provoque, en el cual, también murieron varios niños.
Luego fue el turno de Sam, ella estaba tan obsesionada investigándome en internet, a veces hasta yo le temía, no entiendo muy bien eso del internet.
La enfermera escolar y Grace fueron los siguientes, a la enfermera la asesiné por diversión, lo de Grace fue más personal, ella estaba por descubrirme, no iba a permitir que lo hiciera.
A Mauricio, el padre adoptivo de Daniel lo maté porque quería separarlo de la familia Suarez y lo logré, pero por eso Daniel termino aquí.
Luego siguió el sacerdote, el cual Carlos busco para terminar conmigo, pero no lo lograron, yo soy más fuerte que ellos.
A Nadia la maté por la única y sencilla razón de que era lo único que necesitaba para poner triste a Daniel y así lograr que él me regalé su alma.
Es bueno recordar a tus víctimas, pero es mejor esperar con ansias la llegada de nuevas víctimas.
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No mires bajo tu cama 3 - Posesión.
Mystery / ThrillerTERCERA PARTE DE NO MIRES BAJO TU CAMA, NO LEER SIN HABER LEÍDO LAS DOS PARTES ANTERIORES, CONTIENE EXCESO DE SPOILER. Progenito en el cuerpo de Daniel, intentará por todos los medios salir del centro de rehabilitación, pues él desea una nueva vida...