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Narra Progenito.

La enfermera Kinney me observa con miedo, luego Jazmín rápido me quita la navaja y comienza a limpiarme las manos.

—¿Qué es lo que hizo? —pregunta Jazmín asustada.

La miro sin responderle nada, luego veo a la enfermera Kinney correr por la puerta, en dirección a la habitación de Marcos.

—Estate aquí —menciona Jazmín, también saliendo por la puerta.

Una gran sonrisa se forma en mi rostro, claro que no voy a quedarme aquí, tengo que ver el rostro de todos al ver el cuerpo de Marcos.

Salgo de la enfermería y lo primero que veo es a Evelyn confundida, al ver llorar a Milena.

—¿Te pasa algo?, ¿Por qué lloras? —pregunta Evelyn confundida.

Milena corre hasta a mí y me da un fuerte abrazo, yo intento separarme de ella, pero no puedo.

—Tranquila Milena, al menos ahora Marcos está en paz —le susurro en el oído.

Ella se separa de mí y me ve fijamente, yo sonrió un poco y desvío mi mirada hasta la habitación de Marcos.

—¡Todos los niños a sus habitaciones! —grita un policía.

Veo que todos los niños comienzan a correr hacia nosotros, tomo la mano de Milena y la lanzó a la habitación donde solía dormir.

—¡Evelyn! —grita Milena al ver que todos los niños comienzan a pasar por encima de ella.

Abro los ojos del asombro, una increíble sensación recorre mi cuerpo al ver el sufrimiento de Evelyn al ser aplastada por todos los niños. Cuando los niños terminan de pasar, Milena corre hacia Evelyn, quien está inconsciente.

Corro a la habitación de Marcos y lo veo en su cama, justo en ese momento Jazmín coloca una manta encima de su cuerpo.

—¿Murió? —pregunto confundido.

Nadie me contesta, la enfermera Kinney me toma del brazo y me aleja de la habitación. Un doctor corre por el pasillo, veo que lleva una camilla, sonrió levemente al ver todo lo que he ocasionado.

—Te llevaré a casa, siento haberte traído en un mal momento —agrega la enfermera preocupada.

—Tranquila, no me molesta ver un cadáver —sonrío levemente.

La enfermera Kinney me observa con confusión en el rostro, luego los dos salimos por la puerta por la que entramos y subimos a su auto.

—¡Lo siento tanto Daniel! —vuelve a comentar la enfermera.

Miro por la ventana, para que la enfermera Kinney no vea mi rostro de felicidad, ya que por fin pude matar mi primera vez con este nuevo e increíble cuerpo.

—Nunca creí que Marcos sería capaz de eso, él estaba deprimido, pero yo le veía ganas de vivir.

Cierro los ojos y recuerdo el momento en que corte los brazos de Marcos, al sentir su sangre fue una sensación increíble, luego ver a Evelyn aplastada, fue una sensación aún más increíble.

—¿Evelyn murió? —le pregunto a la enfermera Kinney.

—¿Lo dices por que la aplastaron? No, ella está bien, sólo tiene que descansar —menciona la enfermera Kinney estacionándose fuera de mi hogar.

Abro la puerta del auto y salgo, camino a mi hogar y veo fijamente hasta la ventana de mi habitación.

—¡Vamos, toca! —menciona la enfermera.

No mires bajo tu cama 3 - Posesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora