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Narra Progenito.

Me encuentro recostado en mi cama, observo fijamente el armario, ¿Cómo se supone que me librare del cuerpo de Carlos? Me pongo de pie y camino lentamente al armario, lo abro un poco y veo a Carlos allí dentro, sin vida, eso es increíble.

—Al fin me libre de ti, no sabes las ganas que tenia de matarte y al fin lo logre —susurro hacia el armario.

Una gran sonrisa se forma en mi rostro al ver el gran corte en el cuello de Carlos, no tenía planeado hacerle eso, pero fue increíble. Cierro el armario y camino hacia la ventana, pues escucho que un auto se detiene fuera.

—¿La enfermera Kinney? —me preguntó a mí mismo.

Ella no puede darme la sesión aquí, no con Carlos en el armario, respiro hondo y corro hacia la puerta, la abro y salgo dirigiéndome a las escaleras.

—Buenos días Isabel —añade la enfermera Kinney sonriendo.

Veo que Isabel le regresa el saludo, mi respiración se acelera al ver a la enfermera mirar hacia acá.

—¡Hola Daniel! —menciona fuertemente.

—Enfermera Kinney, ha venido —le digo, mientras bajo las escaleras.

Ella sonríe y se acerca a darme un abrazo, luego voltea hacia las escaleras, donde se dispone a caminar.

—Anda Daniel, tenemos una sesión pendiente —me dice, para comenzar a subir las escaleras.

Observó a Isabel, ella sonríe, para luego caminar hacia la cocina, fijo mi mirada en la sala. Tony se encuentra mirando televisión.

—¡Daniel, rápido! —grita la enfermera Kinney desde el barandal.

En ese momento logro recordar a Jack caer por allí, también logro visualizar a Flor cayendo por las escaleras hacia su muerte. Agito mi cabeza un poco y comienzo a subir las escaleras, la enfermera me indica que entre a mi habitación y yo así lo hago.

—¡Sam! —escucho la voz de Daniel retumbar en mi cabeza, mientras me visualizó lanzándola por la ventana.

—¿Estás bien? —me pregunta la enfermera Kinney angustiada.

Asiento con la cabeza y tomo asiento en la orilla de mi cama, la enfermera acerca una silla y toma asiento en ella.

—¿Podemos comenzar? —pregunta la enfermera preocupada.

—Claro, comience cuando quiera —sonrió un poco.

Ella asiente con la cabeza, saca de su bolso su típica pequeña libreta y su pluma donde anota lo que yo le digo.

—¿Tienes a la mano la imagen que te deje anteriormente?

Volteo hacia mis alrededores, donde deje esa fea imagen, donde se suponía que tenía que ver un hermoso paisaje y lo único que yo podía ver era una calavera.

No tengo ni idea de donde esta, volteo a ver mi mesita de noche, estoy más que seguro que la deje allí, pero ya no está. Cierro los ojos intentando recordar, creo que la metí en el armario, oh no, esto no puede pasar en este momento. Fijo mi mirada en el armario recordando que allí esta esa fea imagen.

—¿Está en el armario? Yo puedo ayudarte a sacarla —añade la enfermera acercándose al armario.

Me pongo de pie rápidamente y me coloco frente a ella, impidiendo que abra el armario.

—¿Qué pasa Daniel? —pregunta ella, realmente confundida.

Respiro hondo una y otra vez, miro mi armario y pienso en que decirle, maldición, ¿Por qué me pasa esto a mí?

No mires bajo tu cama 3 - Posesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora