Narra Progenito.
Camino de un lado a otro en está habitación, tengo que escapar e irme lejos de aquí, lo más lejos posible de estas personas, pero, ¿Cómo? Respiro hondo intentando encontrar una manera. Camino hacia la ventana, veo por ella un momento, la abro e intento inútilmente quitar la protección que me impide salir.
—¿Daniel? —escucho la voz de Tony al otro lado de la puerta.
Me dirijo a la puerta en pasos lentos, llegó hasta ella y coloco mi oreja en la puerta, deseando escuchar de nuevo la voz Tony, en estos momentos es el único que puede ayudarme.
—¿Daniel? —escucho nuevamente la voz.
Una sonrisa se dibuja en mi rostro, mientras finjo tristeza y preocupación, tengo que darle lastima a Tony, para que me ayude a salir.
—Tony, tienes que ayudarme, por favor —susurro en voz baja.
Pego de nuevo mi oreja a la puerta, ya no escucho la voz de Tony, no puede ser, tal vez ya lo descubrieron hablando conmigo y se lo han llevado. Me separo de la puerta al escuchar pasos acercándose, luego veo que la manija se mueve y la puerta se abre lentamente dejando una salida frente a mí.
Observo a Tony con emoción, luego miro su mano, en ellas tiene la llave de mi habitación. Respiro hondo y corro hasta él. Lo tomo del cuello y lo hago caminar hacia las escaleras, pues tengo que salir de aquí cuanto antes, no me importa quien salga dañado en el intento.
—¿Qué haces, Daniel? —pregunta Tony asustado.
—Cállate, tú me ayudarás a salir de aquí, si cooperas, tal vez no tendré que matarte —le digo sonriendo.
Tony se queda en silencio, mientras comenzamos a bajar las escaleras de prisa, pues no hay nadie a la vista.
—Mamá —menciona Tony asustado.
Abro los ojos del asombro al ver a Martha, Isabel, Isaac y el sacerdote Ted salir de la cocina y mirarme con enojo en sus rostros.
—¡Tony! —grita Isabel preocupada, luego intenta correr hacia mí.
Martha e Isaac intenta detenerla, hacen lo correcto, no quisiera matar a Tony en estos momentos.
—Déjenme ir y no dañare al chico, eso es todo lo que tiene que hacer —sonrió caminando hacia la puerta.
Los cuatro se quedan en silencio, no dicen nada, tan sólo retroceden un poco de mí, así me gusta que cooperen conmigo y nadie saldrá herido. Suelto a Tony y le indico que se quede junto a mí, tomo la manija de la puerta y le doy vuelta, la abro completamente y veo a Jazmín frente a mí.
—Hola Daniel, ¿Vas a algún lado? —me pregunta mostrando una jeringa.
Abro los ojos del asombro, me dispongo a correr dentro de la casa nuevamente, pero Jazmín me toma del brazo y me inyecta esa cosa.
—¿Qué es? —pregunto asustado, pues me siento cansado y débil.
—Es un sedante, eso te enseñara a no querer irte de casa —sonríe Jazmín entrando a la casa.
Intento caminar hacia la puerta, pero no lo logro, caigo al suelo de golpe y mis ojos se cierran lentamente, sin yo poder evitarlo.
***
Narra Isaac.Veo como Progenito intenta caminar a la puerta, por suerte el cae al suelo de golpe y cierra los ojos, indicando que el sedante que trajo Jazmín funciono perfectamente.
—¡Tony! —grita Isabel corriendo hacia él.
Los dos se dan un gran abrazo. Tony observa con confusión a Isabel, pues él no entiende que es lo que paso con Daniel.
—¿Por qué sedaron a Daniel, mamá? —pregunta Tony confundido.
—Es una larga historia cariño, luego te la cuento —Isabel le da otro abrazo a Tony y los dos caminan a la cocina.
El sacerdote Ted y yo tomamos a Daniel, mientras Martha le explica todo lo sucedido a Jazmín con Daniel.
Subimos las escaleras de prisa, pues tenemos que preparar todo para el exorcismo, que el sacerdote Ted realizará cuanto antes. Colocamos a Daniel en su cama, lo atamos a los extremos de la cama, así no podrá moverse y causar problemas como hace un momento.
—¿Estás bien? —me pregunta el sacerdote preocupado.
—Si, estoy bien, sólo sigo traumado por el cuerpo de la enfermera Kinney, pero ya se me pasará —añado frunciendo el ceño.
—Ya se te pasará —dice el sacerdote, saliendo de la habitación.
Observo fijamente a Progenito, por un momento puedo imaginármelo matando a Carlos y a la enfermera Kinney.
Doy vuelta y camino a la puerta, salgo y bajo las escaleras rápidamente, pues escucho que alguien habla. Abro los ojos del asombro al ver un oficial de policía en la sala de Isabel, volteo a todos lados y sólo logro ver a Isabel y Martha sentadas en el sofá frente al policía.
—Estoy aquí, investigando el asesinato de Diana Kinney —agrega el policía colocando unas fotos en la mesa.
Martha evita ver las fotos, en cambio Isabel las toma con sorpresa y las observa fijamente, no puedo creer que ella está muerta.
—¿Diana está muerta?, pero ¿Cómo? —pregunta Isabel preocupada.
El policía comienza a explicarles todo sobre su muerte, yo camino a la cocina. Entro rápidamente y veo a Jazmín, Tony y el sacerdote Ted alrededor de la mesa.
—¿Qué es lo que quiere ese policía? —pregunta Jazmín confundida.
—Al parecer asesinaron a la enfermera Kinney, vienen a ser unas preguntas de rutina —añado en voz baja.
—¿La asesinaron? —pregunta Tony sorprendido.
Yo le indico que guarde silencio, pues podríamos llamar la atención del policía, veo que el sacerdote Ted observa por la puerta y nos indica que se ha ido. Todos salimos de la cocina y nos acercamos a Isabel y Martha, quienes están muy preocupadas.
—Jazmín, agradecemos mucho que hayas llegado en el momento justo, ahora te quisiera pedir otro favor —Isabel frunce el ceño apenada.
—Claro Isabel, dime —sonríe Jazmín emocionada.
—¿Podría Tony quedarse unos días en tu casa?, tengo que arreglar algo —Isabel sonríe un poco apenada.
Jazmín asiente con la cabeza emocionada, luego observa a Tony con emoción y le da un fuerte abrazo.
—Te gustará estar conmigo, te divertirás un montón —Jazmín le dice a Tony.
Tony asiente con la cabeza, Jazmín lo toma de la mano y los dos salen de la casa, creo que es lo mejor, Tony no debe ver todo lo que pasará con Daniel.
—¿Daniel mató a Diana? —Isabel nos observa a todos.
—Daniel no Isabel, fue Progenito, él demonio que lo posee —añade el sacerdote Ted angustiado.
Isabel tapa su boca del asombro, toma asiento en el sofá y comienza a llorar, puedo escuchar sus silenciosos sollozos desde aquí.
—Isabel tranquila, todo saldrá bien —le digo tomándola del hombro.
Ella voltea a verme enojada, limpia sus lágrimas que resbalan por sus mejillas sin dejar de mirarme.
—¿Cómo crees que todo va a estar bien? Estamos hablando de personas muertas, nada estará bien Isaac, esas personas no van a revivir con tal sólo decir eso —Isabel dice enojada.
Se pone de pie, entra a la cocina y cierra la puerta de golpe, nosotros nos observamos entre sí, pues Isabel tiene razón, nada está bien en estos momentos, pero yo creo que puede mejorar.
—¿Cuándo empezará con el exorcismo? —pregunta Martha al sacerdote.
—Necesito algunas cosas, luego podré comenzar, aunque lo más importante ya está listo, el demonio atado sin posibilidad de escape —el sacerdote sonríe y toma asiento en el sofá.
Martha y yo nos miramos entre sí, pues se comienzan a escuchar gritos de Progenito, maldiciéndonos y deseándonos la muerte.
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No mires bajo tu cama 3 - Posesión.
Mystery / ThrillerTERCERA PARTE DE NO MIRES BAJO TU CAMA, NO LEER SIN HABER LEÍDO LAS DOS PARTES ANTERIORES, CONTIENE EXCESO DE SPOILER. Progenito en el cuerpo de Daniel, intentará por todos los medios salir del centro de rehabilitación, pues él desea una nueva vida...