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Bajo por las escaleras y justo en ese momento el timbre suena, veo a todos lados y nadie parece haber oído el timbre, yo ni loco abriré la puerta.

Subo las escaleras de nuevo y llego hasta mi habitación, alguien abre la puerta y miro para ver quien ha venido.

—¡Buenos tardes, enfermera Kinney! —añade Isabel, saludándola de beso.

—Buenas tardes Isabel, como lo prometí, aquí estoy para la sesión de Daniel —la enfermera Kinney fija su mirada en las escaleras, donde yo me encuentro.

Si no voy a saludarla pensara que he cambiado de actitud, así que bajo las escaleras de prisa y llego hasta ella.

—¡Hola! —añado sonriendo.

—Que gusto verte Daniel, ¿Listo para la sesión de hoy? —pregunta ella, dándome un abrazo.

Niego con la cabeza, agacho mi mirada, para causar un poco de lastima en ella.

—Bueno, vamos a la sesión —la enfermera me toma del brazo y me hace caminar hacia las escaleras.

Los dos entramos a mi habitación y tomamos asiento en el sofá, ella saca una pequeña libreta de su bolso.

—¿Cómo estás hoy? —pregunta ella, emocionada.

—Bien, algo aburrido, pero bien —le digo angustiado.

Ella asiente y anota algo en su libreta, yo comienzo a cansarme, tengo tantas ganas de ver a alguien sufriendo, que estoy pensando seriamente en hacer sufrir a la enfermera Kinney.

—¿Falta mucho? —le pregunto angustiado.

Ella niega con la cabeza, luego me mira a los ojos, yo rápido desvío la mirada a otro lado.

—¿Extrañas a Milena, Evelyn y Marcos? —me pregunta.

Yo niego con la cabeza, pues es obvio que no extraño a esas personas, mucho menos a Marcos.

—¿Por qué?

—Porque Marcos mató a Nadia, Evelyn ni siquiera me recuerda y Milena, jamás me cayó bien.

Me pongo de pie y me muevo de un lado a otro, algo que llama la atención de la enfermera Kinney, así que tomo asiento nuevamente en el sofá.

—Te noto diferente, ¿Estás bien? —la enfermera Kinney frunce el ceño y me mira.

—Claro que estoy bien, estoy en mi casa, con mi familia y por desgracia con mis amigos —comento en voz baja.

—¿Por desgracia?

—Lo siento, quise decir suerte —le digo sonriendo, falsamente.

Ella anota algunas cosas en su libreta, yo respiro hondo y la miro fijamente.

—Bueno Daniel, creo que será todo por hoy, te veo algo distraído y diferente, será mejor que regrese otro día —menciona ella y se pone de pie.

—Nos vemos luego enfermera —agrego emocionado.

Ella sale de mi habitación y yo la sigo, me detengo en las escaleras y la sigo con la mirada hasta la puerta, donde se despide de Isabel.

—¿Tan pronto termino tu sesión? —pregunta Tony junto a mí.

Asiento con la cabeza, volteo a verlo y camino detrás de él hasta su habitación.

Allí se encuentra Pablo, Ángel y Omar, los miro a todos y sonrió, puedo notar que Omar siente miedo, por mi presencia.

No mires bajo tu cama 3 - Posesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora