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Narra Isaac.

Abro los ojos lentamente, pues escucho mucho relajo en mis alrededores, cuando todo se hace claro, puedo ver a Progenito intentando librarse de las cadenas.

—¡Libérame! —grita una y otra vez.

Frunzo el ceño al ver los brazos de Daniel muy lastimados, incluso sangran un montón, volteo y veo a Martha, ella me ayuda a levantarme.

—¿Qué ha pasado? —pregunto confundido.

—Progenito es muy fuerte, es difícil sacarlo de Daniel —menciona Martha, ayudándome a llegar hasta la puerta.

El sacerdote lanza agua bendita, Progenito tan sólo grita del dolor, pero no veo que haga nada más que eso.

—¡Vamos, salgan! —grita el sacerdote empujándonos fuera de la habitación.

Él cierra la puerta fuertemente, puedo notar lo asustado que esta, en ese mismo momento, Isabel abre la puerta de su habitación.

—¿Lo han logrado? —pregunta ella angustiada.

Todos negamos con la cabeza, ella se recarga en la pared y cae al suelo lentamente tapando su rostro con las manos, se perfecto que está llorando.

—Tenemos que ayudarlo, él está sufriendo mucho —añade mirándonos brevemente.

Observo a Martha y al sacerdote, luego gritos provenientes de la habitación de Daniel comienzan a escucharse, él quiere que creamos que es Daniel, pero no lo es.

Cierro los ojos un momento, intentando aguantar el dolor de cabeza que siento, debido al golpe que me hice con la lámpara que lanzó Progenito.

—¡El timbre! —grita Isabel asustada.

Ella rápido se pone de pie y baja las escaleras de prisa, nosotros tan sólo la observamos hasta que llega a la puerta y la abre.

—¿Chicos que hacen aquí? —pregunta Isabel asustada.

Martha, el sacerdote Ted y yo nos miramos entre sí, luego bajamos las escaleras para ver a Tony y sus amigos entrar por la puerta principal.

—¿Que hacen ellos aquí?, no pueden estar aquí —comenta el sacerdote enojado.

—¡Basta, todos guarden silencio! —grita Tony enojado.

Abro los ojos del asombro, no puedo creer que haya gritado de esa manera, todos lo observamos con angustia.

—¿Qué pasa cariño? —le pregunta Isabel, dándole un abrazo.

—Algo pasa con Daniel y no quieres decírmelo —susurra Tony frunciendo el ceño.

Beth, Milena, Pablo y Omar caminan y toman asiento en el sofá, para luego prender el televisor, al menos ellos no hacen relajo como Tony.

—¡Tony! —escucho la voz de Daniel.

Volteo y veo a todos, Tony se separa de Isabel y corre a las escaleras, todos sus amigos lo siguen.

—¡Esperen chicos! —grito fuertemente, colocándome frente a la puerta para impedirlos entrar.

—Quítate Isaac, sólo quítate —agrega Pablo enojado.

Yo niego con la cabeza hasta que Martha, Isabel y el sacerdote llegan aquí e intentan alejar a todos los chicos de la habitación.

—¿Por qué no quieres que veamos a Daniel, mamá? —Tony observa a Isabel con furia.

Isabel tan sólo desvía su mirada de Tony, quien no deja de mirarla con furia en el rostro, incluso todos sus amigos lo siguen.

No mires bajo tu cama 3 - Posesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora