Una gran sonrisa se marca en mi rostro, mientras miro fijamente por la ventana de mi habitación, veo un niño pequeño pasar, así que tomo una pequeña piedra y la lanzó.
El tonto niño pequeño comienza a llorar, rápidamente yo cierro la ventana, para que nadie sospeche de mí.
Me recuesto sobre la cama, miro el techo y pienso en todo lo que le haré a Carlos e Isaac, ellos me retaron, ellos perderán.
La puerta de mi habitación se abre de golpe, por ella entra Isabel emocionada, yo la observo confundido, aun mas cuando veo que en sus manos trae un pastel de cumpleaños.
—¡Feliz cumpleaños a ti! —grita Isabel dándome un fuerte y caluroso abrazo.
Fijo mi mirada en la puerta, ahora Tony entra con un gran regalo en sus manos, se acerca a mí y me da un fuerte abrazo.
Finjo sonreír, cuando por dentro estoy muy confundido, no sabía que hoy es el cumpleaños de Daniel.
—Gracias —añado fingiendo felicidad.
Isabel y Tony salen de la habitación, yo tan sólo veo fijamente el pastel y el regalo que me han traído.
No entiendo porque celebran los cumpleaños, es sólo un día, lo único que yo celebrare será cuando cumpla años de molestar a Daniel, de hecho, creo que ya van dos años.
***
Ir en el camión escolar en el día de cumpleaños de Daniel, es una tortura, todos se encuentran cantando las mañanitas, algo que ya me tiene harto, ya no aguantó esa música tan fea.
—¡Feliz cumpleaños Daniel! —gritan todos dentro del camión.
Yo finjo sonreír, ya que en estos momentos lo único que siento es odio hacia todos, quisiera que el camión escolar se volteara y todos murieran.
Después de algunos minutos infinitos dentro del camión, éste se estaciona fuera de la escuela, todos comienzan a bajar, yo incluido.
Veo a Martha de reojo, intento ignorarla y correr hacia la escuela, pero ella me gana y se coloca frente a mí.
—¿Quién cumple 14 años hoy? —pregunta Martha fingiendo confusión.
Ruedo los ojos y veo a Martha, respiro hondo y me señalo con la mano.
—¡Exacto, tu Daniel! —grita Martha emocionada.
Ella me da un fuerte abrazo, respiro hondo e intento alejarme de ella, no me gustan los abrazos, al parecer es lo único que recibiré hoy.
—Invite a Isabel a cenar, por tu cumpleaños, así que hoy vendrás a mi casa —menciona Martha sonriendo.
Mis ojos se iluminan al escuchar esas palabras, "Hoy vendrás a mi casa" eso sí que me gusta, Carlos hoy será tu fin.
—Espero con ansias el anochecer —susurro en voz baja.
Camino hacia la puerta de la escuela, la directora y maestra me saludan, felicitan y por supuesto, me abrazan.
Camino enfurecido al salón de clases, no sin antes ver que Carlos e Isaac caminan a la biblioteca. Cambio mi rumbo y me dirijo a ellos, ellos voltean a verme y comienzan a correr lejos de mí.
—¿Estás bien? —me pregunta Ángel detrás de mí.
Volteo a verlo y asiento con la cabeza, luego me alejo de él rápidamente. Entro al salón, veo a todos sentados en sus respectivos lugares y a la maestra comenzando su clase.
—Sólo porque es tu cumpleaños te dejaré pasar, pero ya sabes que no debes llegar tarde al salón —dice la maestra sonriendo.
Asiento con la cabeza y camino a mi lugar, en ese momento veo que todos los alumnos presentes se ponen de pie y corren a abrazarme.
—¡No! —grito en voz baja.
—Feliz cumple Daniel —añade Beth, regresando a su asiento.
Las horas pasan y el timbre que indica el receso suena, yo rápido salgo del salón de clases y camino a la banca donde todos mis amigos se reúnen.
—¡Hola chicos! —menciono, acercándome a ellos.
Todos me regresan el saludo, yo tomo asiento en la banca y comienzo a mirarlos a todos, tarde que temprano mi mirada les incomodara.
—¿Qué haces? —pregunta Pablo enojado.
—Te miro, ¿Algún problema? —le pregunto, comenzando a reír.
Él asiente con la cabeza, luego se aleja enojado de la banca, así pasa también con Beth y Carmen. Observo a Tony, Ángel y Omar fijamente, ellos parecen ser fuertes, pero yo sé que les ganaré.
—Me voy —susurra Ángel poniéndose de pie.
—¿Ustedes no? —pregunto a Omar y Tony.
Ellos niegan con la cabeza, así que yo me pongo de pie y camino sin rumbo fijo, a lo lejos puedo ver a Carlos e Isaac acercándose a mí, algo que me confunde totalmente.
—¿Qué quieren? —les pregunto enojado.
—Quiero felicitar a Daniel, sino lo hago, todos tendrán preguntas de porque no felicite a mi hermano en su cumpleaños —veo que Carlos sonríe, para luego darme un abrazo.
Siento un gran dolor en toda mi espalda, más cuando Carlos comienza a dar pequeñas palmadas.
—Feliz cumple Daniel —añade Carlos sonriendo.
—Gracias, ahora vete antes de que te maté —le digo enojado.
Ellos dan media vuelta y se alejan de mí, yo camino al baño, pues siento un poco de ardor en mis manos.
Abro la llave del lavamanos y enjuago mis manos una y otra vez, hasta que dejan de arder.
—Esos malditos me las pagarán, todo lo que me están haciendo se les regresará —me digo a mi mismo.
Suspiro profundamente y salgo del baño, dirigiéndome al salón de clases.
***
Veo fijamente mi armario, no logro encontrar la ropa correcta para esta ocasión especial, no siempre tienes la suerte de acabar con la vida de tu hermano ficticio.
Tomo un pantalón negro y una camisa del mismo color, un suéter y unos zapatos negros.
—Feo, pero elegante para la ocasión —sonrió levemente.
Comienzo a cambiarme, me coloco la fea ropa y tomo mi mochila, allí se encuentra el cuchillo que tome el otro día de la cocina, tal vez tenga que usarlo para cortar carne.
Me coloco la mochila y salgo de mi habitación, Tony ya se encuentra bajando las escaleras, así que lo sigo.
—¡Tony, Daniel, vámonos! —grita Isabel desde la sala.
Tony y yo apresuramos el paso, nos dirigimos a la puerta y cuando Isabel la abre, la enfermera Kinney aparece allí.
—¿Enfermera Kinney?, ¿Qué hace aquí? —pregunta Isabel confundida.
—Ayer que traje a Daniel, te dije que hoy vendría, ¿Por lo que veo van de salida? —la enfermera nos observa fijo.
Isabel asiente con la cabeza y nos indica que tomemos asiento en el sofá.
—Bueno será rápido, no quiero quitarles tiempo —menciona la enfermera Kinney.
Isabel y la enfermera entran a la cocina, yo veo fijamente hacia allá, deseando poder escuchar su conversación.
Minutos después salen de la cocina, por el rostro de Isabel, puedo averiguar que hablaron de Marcos.
—¡Nos vemos luego chicos! —añade la enfermera, para luego salir de la casa.
Isabel toma asiento junto a mí, yo la observo confundido.
—¿Estás bien?, ¿Seguro que quieres ir? —pregunta ella preocupada.
Asiento con la cabeza, Isabel me mira y me da un abrazo, luego todos salimos de la casa y subimos al auto.
ESTÁS LEYENDO
No mires bajo tu cama 3 - Posesión.
Mystery / ThrillerTERCERA PARTE DE NO MIRES BAJO TU CAMA, NO LEER SIN HABER LEÍDO LAS DOS PARTES ANTERIORES, CONTIENE EXCESO DE SPOILER. Progenito en el cuerpo de Daniel, intentará por todos los medios salir del centro de rehabilitación, pues él desea una nueva vida...