Miro fijamente por la ventana de mi salón, ya quiero salir de este lugar, desde que tome posesión del cuerpo de Daniel, esto es lo que más he odiado estando aquí.
Venir a la escuela es una pérdida de tiempo, al menos para mí lo es, ver todos esos rostros de chicos felices, me hace querer asesinarlos a todos, no puedo creer que ellos amen la escuela.
Observo a Beth, quien pone tanta atención a lo que explica la maestra frente al pizarrón, simplemente no puedo creer que les guste esto.
—¿Te sientes bien, Daniel? —pregunta la maestra acercándose a mí.
—Claro, me siento muy bien —le digo, fingiendo felicidad.
Vuelvo a fijar mi mirada en la ventana, puedo ver a Carlos e Isaac caminar a la biblioteca, después de todo lo que ha pasado, con la muerte de Ángel y eso, ya no he podido concretar mi plan para terminar con ellos.
Creo que ese plan debe esperar el momento indicado, no quisiera meterme en problemas por culpa de la muerte de Carlos, o de Isaac.
El timbre que indica el receso suena y yo rápido me pongo de pie, veo a la maestra frente a mí, la cual me impide que salga del salón.
—¿Qué pasa? —le pregunto confundido.
Ella toma mi libreta en la cual no hay nada, de lo que se suponía que debía anotar del pizarrón.
—No hiciste nada Daniel, sé que estas triste por el trágico suceso que le paso a Ángel, pero no debes dejar los estudios a un lado, estos podrían ser tu salvación de una depresión.
Asiento con la cabeza y ella se mueve para que yo pase, salgo del salón y miro todo a mi alrededor, fijo mi mirada en Omar, como lo he hecho desde que Ángel murió.
Molestarlo es increíble, pronto lo mandare a un centro psiquiátrico de lo loco que quedara.
Apresuro el paso y llego hasta él, me recargo en su hombro y el voltea a verme con confusión en el rostro.
—Hola Daniel —susurra él, para luego alejarse.
Yo lo sigo, veo que entra a la biblioteca y yo también entro allí, veo que camina por un estante, cuando intento seguirlo me doy cuenta que ya no está.
—¿Omar? —agrego, mirando todo mi alrededor.
Doy media vuelta y veo a Carlos e Isaac, ellos me miran fijamente, me toman de los brazos y me arrastran hacia el fondo de la biblioteca.
—Ustedes no pueden contra mí, necesitan algo más que un frasco de agua bendita —les digo enojado.
Carlos e Isaac se miran entre sí, luego sacan un frasco de agua bendita y me lo lanzan, siento ardor en todo el cuerpo, pero debo aparentar que no me pasa nada frente a ellos.
—¿Ya terminaron? Es que debo ir a molestar a Omar —comento y comienzo a alejarme.
—No funcionó —añade Carlos angustiado.
Salgo de la biblioteca, me acerco a la banca donde siempre toman asiento los amigos de Tony, puedo verlos desde aquí.
Carmen, Pablo, Tony, Beth y Omar, puedo ver que han dejado un lugar solo, donde solía sentarse Ángel.
Llego y tomo asiento donde solía sentarse Ángel, lo que ocasiona que todos se enojen y me griten que allí no puedo sentarme.
—Ese lugar es de Ángel, no tuyo —dice Pablo frunciendo el ceño.
—Está bien, me sentare junto a Omar —les digo y tomo asiento junto a él.
Fijo mi mirada en Omar, quien molesto se levanta de la banca y se aleja, yo también me levanto y camino detrás de él, volteo brevemente hacia atrás, veo que Tony también se ha levantado.
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No mires bajo tu cama 3 - Posesión.
Mystery / ThrillerTERCERA PARTE DE NO MIRES BAJO TU CAMA, NO LEER SIN HABER LEÍDO LAS DOS PARTES ANTERIORES, CONTIENE EXCESO DE SPOILER. Progenito en el cuerpo de Daniel, intentará por todos los medios salir del centro de rehabilitación, pues él desea una nueva vida...