39 [FINAL]

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Isabel me da un fuerte abrazo, luego de pronto la puerta de la habitación se abre completamente, dejándonos ver a Progenito sufrir debido al exorcismo.

—¡No podrán conmigo! —grita Progenito, para luego liberarse de una cadena.

Abro los ojos del asombro, al ver que Progenito se libera ahora de la otra cadena, Isabel intenta jalarme y huir de aquí, pero no puedo dejar de mirar. Un sacerdote sale volando por la puerta y termina totalmente golpeado en la puerta de la habitación de Tony, la cual se abre. Martha y Tony observan con angustia al sacerdote.

—¿Cómo está el sacerdote José? —pregunta el sacerdote Ted desde dentro de la habitación de Progenito.

Martha se agacha y toca el cuello del sacerdote, puedo ver angustia en su mirada, mientras se pone de pie.

—Está muerto —susurra ella, para luego entrar a la habitación con Tony.

Regreso mi mirada a la habitación, puedo ver que Progenito intenta elevar a otro sacerdote, lo cual tenemos que impedir.

Entre todos lo toman de los pies y manos, evitando que se levanta del suelo, yo corro velozmente hasta la mesita de noche junto a la cama. Tomo una botella de agua bendita y se la lanzo a Progenito, el cual comienza a gritar del dolor y suelta al sacerdote.

—¿Está bien sacerdote Jesús? —pregunta el sacerdote Ted, ayudándolo a levantarse.

—Muy bien Ted —añade el sacerdote Jesús sonriendo.

—¡No podrán contra mí! —grita Progenito enojado.

Todos fijamos nuestras miradas en él, ya que intenta inultamente zafarse de las cadenas que atan sus pies a la cama.

—Deja de intentarlo, tan sólo dañas a Daniel —Isabel le dice, mientras se acerca a él.

El sacerdote Ted intenta detenerla, pero Isabel se niega a detenerse y camina hasta Progenito, quien la lanza hasta el armario.

—¡Isabel! —corro hasta ella.

La ayudo a levantarse, mientras los sacerdotes comienzan de nuevo el exorcismo, ella y yo intentamos salir de la habitación, sólo que antes de llegar a la salida, la puerta se cierra de golpe.

—Todos han puesto de su parte, ahora quiero poner de la mía —menciona Progenito sonriendo.

Él se eleva, no mucho ya que sus pies aún están atados a la cama, nos mira fijamente a todos en la habitación y mueve su mano, un crucificó se eleva de la mano del sacerdote Jesús y llega hasta las manos de Progenito.

—¿Que pretendes hacer con eso? —pregunta el sacerdote Ted angustiado.

—Déjenme mostrarles lo que puedo hacer con esto —dice Progenito mostrando el crucificó.

Todos nos quedamos atentos, observándolo con temor de lo que pueda hacer con un crucificó en las manos.

—Sacerdote Julio y Juan, ya saben que hacer —menciona el sacerdote Jesús sonriendo.

Los dos sacerdotes empiezan a caminar hacía Progenito, quien comienza a reír fuertemente, al ver al sacerdote Julio intentar quitarle el crucificó.

—¡Eso no se hace! —grita Progenito y apuñala al sacerdote en la garganta.

Él cae al suelo sangrando, Isabel rápido corre a auxiliarlo, pero por desgracia ya no hay nada que podamos hacer por él. Progenito ríe un poco y sostiene con fuerza el crucificó, pasa el lado filoso del crucificó por el brazo de Daniel, el cual comienza a sangrar rápidamente.

No mires bajo tu cama 3 - Posesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora