Narra Isaac.
Observo fijamente a Isabel, quien tan sólo se encuentra llorando en el sofá, mientras abraza sus rodillas, la entiendo perfecto, ella fue débil ante la voz de Daniel, incluso yo lo hubiera hecho.
Martha y el sacerdote Ted toman asiento junto a Isabel, quien continúa llorando sin parar, pues se siente estúpida por lo que hizo.
—Isabel —menciona Martha, intentando llamar su atención.
Ella levanta la mirada, luego toca su cuello, donde unas notorias marcas hacen presencia, hago gestos al verlas, incluso puedo imaginar lo que duelen.
—Si van a decirme que estuvo mal lo que hice, lo sé perfectamente, así que cierren la boca y terminen con esto —dice ella, para luego ponerse de pie.
—Isabel —le digo, mientras intento tomarla de los hombros.
Ella voltea a verme con enojo y se aleja hacia su habitación, creo que haber estado a punto de morir, le ha causado una gran furia.
—¿Qué haremos ahora? —pregunta Martha confundida.
—El exorcismo, eso lo debimos empezar desde hace días —menciono, algo molesto.
El sacerdote Ted me mira por algunos segundos, luego camina a la cocina, yo miro a Martha quien me indica que la siga hacia la puerta principal, la cual abre y sale por el ella.
—¿Qué pasa?, ¿Por qué me has traído aquí? —le pregunto preocupado.
Ella ve por la ventana y respira hondo, luego se acerca a mí y me toma de los hombros.
—¿Qué tan bien conoces a Ted? —me pregunta angustiada.
—Carlos y yo lo conocimos, desde el primer día él está dispuesto a ayudarnos —añado confundido.
—¿Entonces, por qué no comienza el exorcismo? —Martha me observa preocupada.
Me quedo pensativo por algunos segundos, estoy por responder, sólo que ver la puerta abrirse, ocasiona que mejor guarde silencio.
—¿Están listos? Vamos a empezar ya —dice el sacerdote Ted mirándonos desde la puerta.
Martha y yo caminamos hacia la puerta, luego detrás del sacerdote Ted, quien sube las escaleras y llega hasta la habitación de Daniel.
—Se que es una locura, pero tengo miedo —susurra el sacerdote Ted asustado.
—¿Qué?, ¿Por qué usted tendría miedo? —le preguntó angustiado.
Él nos indica que lo sigamos hasta la habitación de Tony, donde los tres entramos y él cierra la puerta, para que nadie nos escuche.
—Sólo una vez he estado presente en un exorcismo y las cosas no terminaron bien —agrega el sacerdote preocupado.
Martha y yo nos miramos por algunos segundos, luego regresamos nuestras miradas hacia el sacerdote, quien nos observa confundido.
—¿Cómo terminaron las cosas? —pregunta Martha intrigada.
—Logramos sacar al demonio de la pequeña niña, pero fue demasiado tarde o que se yo, la niña no pudo despertar y murió —el sacerdote menciona angustiado.
Abro los ojos al recordar ese caso, yo lo investigué y todo lo que ha dicho el sacerdote Ted es verdad, incluso esa historia se la conté a Carlos, cuando recién comenzaba a intentar ayudar a Daniel.
—Es una tragedia, eso no puede ocurrirle a Daniel —menciona Martha asustada.
—Eso espero.
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No mires bajo tu cama 3 - Posesión.
Gizem / GerilimTERCERA PARTE DE NO MIRES BAJO TU CAMA, NO LEER SIN HABER LEÍDO LAS DOS PARTES ANTERIORES, CONTIENE EXCESO DE SPOILER. Progenito en el cuerpo de Daniel, intentará por todos los medios salir del centro de rehabilitación, pues él desea una nueva vida...