La miraba embelesado, como cuando alguien aprecia una genuina obra de arte. No podía despegar sus ojos de aquel cuerpo inerte, cubierto con un viejo cobertor que a penas y la protegía del frío de aquel húmedo lugar.
Los cabellos rubios en forma de cascada se extendían por toda la almohada. Pudo olfatear el rico aroma a frutas. Observó su delicado rostro; algunos moretones manchaban su piel de porcelana y aun así pensó que era lo más hermoso que vio en toda su vida.
Su cuerpo se había quedado estático ante ella, podía mover los músculos, quiso dar un paso, pero sus extremidades no respondían. Deseó decir algo, mas las palabras se le quedaron atascadas en la garganta.
Entró en trance y anheló correr, pero no podía hacerlo porque una fuerza mayor se apoderó de su cuerpo y su alma.
Sabía que no era correcto lo que hacía. No obstante, lo incorrecto se sintió tan bien. Supo en ese momento que su vida no sería igual y aun así decidió continuar y no retroceder.
Entendió por qué su hermano había caído en tan bendita tentación. Comprendió sus palabras y engulló tantas cosas en ese segundo, que quedó sin palabras ante semejante belleza.
Sabía que ella podía llegar a ser la perdición de cualquier hombre que no tuviese la suficiente fuerza de voluntad, entonces captó por qué algunos caían rendidos ante el pecado.
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Maldito Infierno +18 (COMPLETO, SIN EDITAR)
Romance"Enamorarse de ella fue su mayor pecado. Esa fue su condena al infierno" Primer libro de la Trilogía Inferno.