Ya estábamos por acabar el año escolar, exactamente hoy era 31 de octubre mi cumpleaños ¿y si se preguntan cómo la paso? Atendiendo la puerta si algún niño viene a pedir dulces que por cierto ya caducaron hace dos años. Ojalá les de una indigestión a los condenados. Esperaba sentado en un sillón con la única compañía del recipiente de dulces.
En vista que nadie tocaba la puerta entré a la cocina y comencé a sacar: la harina, huevos, leche, mantequilla, azúcar, polvo para hornear, leche, esencias de vainilla, cuchara, tazas, la batidora y el molde de aluminio.
Al momento de meterla en el horno y cerrarlo.
*RING RING*
- ¿enserio? -suspiré estresado, pero ya era costumbre así que se me pasó
Salí de la cocina con paredes de tono amarillo patito y me dirigí en el laberinto de muebles, llamada sala hasta la puerta. Giré la oxidada perilla.
- ¡trick or treat!-dijo entusiasmada una niña rubia vestida de esqueleto, con sombras negras alrededor de los ojos
- ¡por fin una niña sin vómito rosa! -pensé muy entusiasmado
-habla en español Emily-
Al fijarme de quien era la voz tan grave, pensé que era de un papá, pero no lo era.
Un chico robusto, pero de esos que se matan toda su vida en el gimnasio, rubio por si no fuera poco, ojos de color gris cómo el acero pulido, de tez clara, llevaba puesto una chaqueta de cuero,botas militares, unos tejanos negros y una camiseta sin mangas del mismo color. Que típico. Sonreí internamente.
-disculpa a mi hermana-rió
Respondí con una risa tonta y le puse los dulces en su calabaza.
-gracias-dijo la niña calavera moviendo su recipiente en forma de calabaza
¿que acabo de hacer?
- ¡espera! -dije exaltado
- ¿si? -dijeron los dos
-esos dulces son hace de dos años o más, te daré los que están buenos...
Enserio...
- ¿pensabas intoxicar a mi hermana? -dijo el rubio totalmente molesto, su cara se puso como un tomate
-no, bueno sí, pero a ella no-me disculpé de la manera más ridícula y estúpida posible
-¡ven para darte una paliza!-
De lo poco que ya estaban en la acera vino con una velocidad de la cual no pude cerrar la puerta para resguardarme.
Después de verlo en 1 segundo frente a mí sentí un dolor abrumador, mi vista se puso borrosa, luego sentí patadas en mi estómago y gritos de la niña. Todo era cada vez más borroso.
Al recobrar la conciencia estaba dentro de un caos terrible.
El chico rubio de tez clara ahora estaba morado y su hermanita gritaba por auxilio.
-tr...trae...un...cuchillo-gemía
Tardé un momento en reaccionar, fui corriendo por un cuchillo serrado a la cocina sin percatarme de la torta.
Al llevárselo comenzó a cortar el cuello de su camiseta. Que yo recuerde era holgada, ahora parecía 10 tallas menos.
-vámonos Em-se incorporó tosiendo
Me miró con recelo y se fue, dejando el cuchillo en el piso, la puerta abierta y mi estupefacción permanente.
Cerré la puerta y al mirarme al espejo tenía un hematoma en mi mejilla
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Noche Roja: Colisión
Ficción GeneralHansel, un adolescente hijo de uno de los príncipes del infierno se convierte en el objetivo de la élite demoníaca ante los disturbios provocados por Belfegor, quien desea invadir el plano terrenal con sus legiones, pero que causó este cambio repent...