Capítulo 3

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-si lo dices así suena dramático-Kayle suspiró cómo si lo hubiera escuchado tantas veces.

-¿enserio?, parece como si para ti fuera común-lo miré con recelo

-ya te lo dije, vienen a menudo los hijos de ángeles-puso los ojos en blanco

-eres bastante impaciente-

En un momento la cristalera se hizo añicos.

Dos Episkbravit chillaron:

-¡¡lo encontramos!!-chilló una

-¡cruaa!-graznó la otra-¡Bélfegor nos recompensará!

En un instante se lanzaron hacia nosotros.

-¡Quédate atrás!-me dijo Kayle

-¿y tu acaso los podrás...

Su piel fue cubriéndose de mármol blanco, de sus omoplatos comenzaron comenzaron a formarse unas amplias y majestuosas alas hechas de platino, su rostro no cambió tanto cómo el de su padre pero sus facciones se marcaron aún más.

Kayle-gárgola se elevo interceptando a las dos Episkbravit, tomó la cabeza de una con su mano y la otra también.

-¡suéltanos!-sisearon

Kayle chocó sus dos cabezas que enseguida se hicieron cenizas.

-eso fue muy sádico-dije con las rodillas temblando

Fue bajando lentamente hasta tocar el suelo y su cuerpo emitió un pequeño brillo que desapareció

-se llama asegurarse-usó un tono petulante

-conseguí unas deliciosas porciones de pie de manzana, no saben la cola que había...

Las bolsas cayeron al suelo

-¿Qué pasó?-dijo el señor Grand alarmado

-nos atacaron padre-esta vez Kayle no lo dijo en forma sarcástica-se supone que aquí no pueden entrar-

Su tono de voz se escuchaba ahora preocupado

-padre que haremos si dos ...

-será mejor que vayan a dormir, ¿Hansel debes estar cansado?-dijo Grand

-la verdad esque sí, este día ha sido demasiado-suspiré

-Vamos-dijo a regañadientes

Bajamos por la trampilla y podía escuchar la misa unos piso más abajo

-sígueme-me indicó Kayle

Abrió una puerta y al pasar no encontrábamos fuera de la catedral ¿cómo es eso posible?

-es una llevapuerta, un portal en palabras sencillas-metió sus manos a sus bolsillos

Caminamos por un callejón y podía escuchar la música de las fiestas de Halloween, yo podía estar en mi casa viendo el especial de películas de terror, ¿El extraño mundo de Jack?sí, pude haberlo visto si esto no hubiera pasado

-si preguntas a donde vamos...

-no pregunté eso-respondí viendo la acera negra

-¿no?-giró para verme y pestañear-bueno te digo que vamos a mi apartamento para que descanses y supongo que mañana partir y dejarte en la catedral San Pedro-

Cruzamos una pista y no encontrábamos al frente de un apartamento de color naranja y blanco con rejas negras oxidadas.

Sacó un llavero con muchas llaves, incluso habían unas cuantas de esas antiguas.

El candado hizo un "click" y las rejas rechinaron.

-ábrete sésamo -sonrió Kayle

Subimos hasta el tercer piso y nos dirigimos al final del pasillo. Abrió la puerta y me dejó pasar a su apartamento que parecía el de un maniático de la limpieza: un sofá gris para tres personas y un sillón negro algo descolorido, una mesa de madera simple con dos sillas de madera simples y unas lámparas en el techo de luz amarilla parpadeante. Detrás quedaba la cocina: estantes naranjas con puerta corrediza, una cocina de cuatro hornillas cubiertas de grasa, cacerolas algo quemadas y encima de un trapo blanco estaban unos vasos volteados con estampado de hojas.

-El baño esta ahí para que te duches-señaló un puerta al final del mini pasillo-te paso la ropa-

-gracias-dije caminando

Al abrir la puerta indicada soltó un rechinar, me encontraba en un baño de paredes compuestas por losetas blancas algo sucias, el piso era de losetas blancas amarillentas, el lavabo estaba al lado del váter con una toalla encima y siguiente estaba la ducha.

Cerré la puerta con pestillo y me despojé de mis prendas ensangrentadas y rasgadas.

Después de bañarme tomé la toalla que estaba encima del váter y me sequé.

Tocaron la puerta, era la voz de Kayle.

-te traje la ropa-

Enrollé la toalla alrededor de mi cintura y abrí la puerta rechinante.

Tomé la ropa y volví a cerrar la puerta, al ver la que me habían traído me sonroje: Una polera celeste que me quedaba como una capa en mi flacucho cuerpo, un jogger negro que la palabra holgado quedaba corta y unas medias con un par de mocasines negros que parecían aletas de buceo.

Al salir me encontré con Kayle mordiéndose el puño.

-esto es tú culpa-hice énfasis en la palabra tu porque era verdad-¿no tenías ropa más...

-¿más para enclenques?-comenzó a reírse-por lo menos ahora pareces tener un poco más de masa-

-ja,ja,ja que gracioso...

Enseguida la ropa comenzó a encogerse hasta tomar mi talla. Me miré asustado.

-¿Qué ha sido eso?-

-una vez es coincidencia, pero ahora que lo veo, tienes el poder de manejar la ropa -me miró sorprendido

-no es gracioso Kayle-lo miré serio

-no es broma Hansel-dijo por primera vez mi nombre-si te lo pones a pensar tienes una ventaja muy grande-tenía los ojos muy abiertos

-¿Qué ventaja?,¿Qué toda la ropa me quede?-levanté una ceja

-no, cabeza de Goliat, si lo piensas mejor todos usamos ropa-dijo sonriendo frenético-la otra vez casi me ahorcas-

-oye eso no es algo que alardear-

-si pudiste hacer eso podrás volver a hacerlo pero contra tus enemigos-

-y ¿Quiénes son mis enemigos?-

-buena pregunta, pero en tu caso no tengo la respuesta-jugaba con sus dedos

-que satisfactorio-sonreí

Llegamos a su cuarto que no quiero comentar cómo era porque era demasiado ordenado para describirlo.

Pero sólo había una cama.

-¡sólo tienes una cama!-exclamé

-sí, el último era bisnieto del arcángel Miguel y quemó la cama con su fuego del fervor-se encogió en hombros-el fuego es el elemento divino e infernal, es dual, el fuego purifica pero también es usado para escocer y torturar con ardor.-así que....¿cuchara o espalda?-levantó las dos cejas

-por supuesto que espalda-siseé

Al principio me pareció incómodo, pero luego los párpados comenzaron a pesarme, los ojos se me llenaban de lágrimas, por recordar ver como morían mis padres, pero lo hacía en silencio, solo era un cuerpo arropado con ojos botando lágrimas en la silenciosa noche como de un día cualquiera y por fin logré dormir.

Noche Roja: ColisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora