Una colosal serpiente estaba frente a nosotros, soltó un siseo parecido a la campana del recreo.
Antes de que Madison pudiera dar una bocanada de aire recibió un latigazo de la serpiente enviándola a parar con las cenizas de sus víctimas y dejándola tosiendo.
El chico que debía llamarse Aryan supuse por como lo llamó el hombre...bueno ahora es una serpiente gigante, tocó las cenizas y las partículas se unieron formando un tipo de hombre gris que le asestó un puñetazo en todo el hocico.
-¡corran!-gritó Aryan haciendo movimientos con las manos, manipulando al hombre gris
De una de las puertas oscuras salió Kayle volando, se quedo aleteando al ver la batalla colosal. Al vernos se acercó a nosotros.
-¿que esperan?, una invitación?-nos tomó de las muñecas arrastrándonos hacia un tragaluz cubierto por una ventana y de un cabezazo la rompió, sin embargo nos detuvimos al escuchar alguien que nos llamaba y era Aryan, sus ojos estaban llenos de desesperación, tanto así que pude percibir como nosotros era esa luz de esperanza que se iba volando.
-¿que quiere el bicho?- dijo Kayle que ascendía
-¡me lo prometiste!-miré a Madison
-ella, pero no yo-respondió Kayle-no traigo a demonios-
Escuche esas palabras de manera lenta y penetrante en mi mente. Era como si sus palabras cortaran mi piel, como si sus palabras me ahorcaran tanto que no podía respirar, me sentí avergonzado y traicionado.
Kayle subió, pero unos hilos de mi camiseta tomaron por los hombros a Aryan llevándolo con nosotros. Durante el viaje estaba viendo el suelo y yo, yo estaba viendo al frente y a veces intercambiaba miradas con Madison de culpa, aún seguía sintiendo culpa, pero no hablaba de ello, me distraía, pero ahora que estábamos volando solo pude pensar en como se sentía ella, ser sacada de su familia, a pesar que los dos somos demonios, las situaciones parecieran muy similares no lo eran, nosotros fuimos quienes la sacaron, quienes le contaron y quienes hicimos que sonara ese radar que atrajera los monstruos, yo...lo mío fue por mi cuenta.
Al llegar fue donde Kayle percibió a Aryan al descender cerca de un río en un bosque lejano de la ciudad, abriendo la boca y emitiendo muchas groserías, pero no las escuchaba, escuchaba un sonido metálico y luego un gatillo.
-¡Agáchense!-advertí
Me tiré al suelo para ver como las balas impactaban contra las ramas de un árbol, cayendo una lluvia de astillas.
-¿De dónde vienen?- preguntó Madison antes de que más balas atravesaran los arbustos, una rozó la oreja de Madison, que poco a poco comenzó a brotar sangre. Aryan tomó las astillas e hizo muchas arañas pequeñas que se dividieron por distintos lados.
-Debemos irnos-Dijo Kayle juntando sus puños, como si se preparara para transformarse en Gárgola
-No, si volamos nos dispararán desde abajo, no sabemos de que están hechos sus proyectiles o balas, lo que sea, podría ser fatal-Respondió rápidamente Aryan-lo mejor sería movernos por tierra y cubrirnos-
-Parece como si lo hubieras planeado, como si nos retrasaras-Dijo Kayle molesto, acercándose a él
-Los tenemos-Escuché un susurro detrás de Madison, pude ver como se acercaba la figura hasta mostrarse por completo, era un ¿hombre? no sabría si lo era, pero parecía uno por la postura, tenía el rostro de un un chico y el de un hombre adulto, mitad de ambos y un ojo en medio, soy pésimo describiendo cuando me pongo nervioso, tenía la cara en dos mitades de rostros con un ojo rojo de reptil en medio, el cuerpo ancho y alto, cargaba muchos pelajes de color marrón y negro como si fueran de lobos u osos, sus piernas eran patas de oso y llevaba una armadura como una faja de metal negro, de su capa sacó sus dos brazos anchos que cargaba cada uno un arco de madera negro, en seguida salieron unos brazos más humanos pero muy musculosos que ambos hacían girar unas flechas con ojos. A este punto tenía más miedo, los disparos sonaban como disparos de una escopeta, pero eran flechas, con ¿Cuánta fuerza las lanzaba para que rompiera las ramas?
-es un oni-dijo casi tartamudeando Aryan
-Yo los atrapo-dijo el mismo susurro de antes y nos rodeó algo viscoso, cada vez se hacía menos transparente hasta ver que era una cola que al seguirla con la mirada vi que venía de una túnica naranja, de una chica. La chica llevaba una túnica como un tipo de kimono naranja con unas hojas verdes encima, de sus mangas salían unas manos negras y grandes, parecían las patas de un sapo y su rostro era muy bonito, tenía el cabello recogido en un moño alto con una peineta de metal con forma de lagartija sujetándolo, sus ojos de color naranja y sus labios rosados como aquellos tulipanes que vi en una jardinería.
-Debemos llevarlos con vida-Dijo el hombre mientras apuntaba al mismo tiempo
-¿Entonces por qué los apuntas?-preguntó en un susurro la chica
-Con que respiren es suficiente, no quiero que intenten nada-respondió mirándola con el ojo de en medio, los otros ojos miraban a Kayle y Aryan.
Debía hacer algo, pero cualquier intento haría que los disparen, a menos que, activé la espada y creció cortando la cola, mi camiseta se hizo pedazos y rapidamente hizo la forma de una bufanda que los cubriera, de un árbol saltaron las arañas de Aryan que se clavaron en la nuca del tipo, pero para esto ya había soltado las flechas que impactaron contra los brazos de Kayle, había sido una finta lo que había visto. El grito de Kayle fue suficiente para mirar a la chica y usa la ropa de su traje para que la asfixiara, usé la parte baja para ajustarla con extrema fuerza que cortó su cola liberándonos, Aryan juntó sus palmas y del lago salió un torrente que nos tomó a todos y nos llevó por el lago hasta cruzarlo. Tal vez fueron segundos, pero el aire se me estaba acabando, al girar observé a Madison ayudando a Kayle a cargarlo en su espalda, recién me percataba de que Madison tenía bastante fuerza física, Aryan estaba en el suelo tosiendo y tratando de levantarse, del cielo caen las flechas en el lago que parecían cohetes, al caer explotaban. Estábamos corriendo a un ritmo bastante lento, era más difícil con Kayle herido, no podía convertirse en Gárgola y Aryan se esforzaba en hacer ciervos de hojas secas con tierras y ramas que recibían las flechas que venían contra nosotros.
-¿que son ellos?-preguntó Madison entre jadeos
-Los onis son un tipo de yokai o demonios para nosotros, pero son demonios muy fuertes-Explicó Aryan con voz exhausta
Esto iba de mal en peor, en algún momento nos alcanzarán y será el fin, Kayle no podía curarse usando su pincel porque sus brazos estaban heridos, Aryan no estaba en disposición de dar un combate, yo, yo no podría hacerle frente con mi espada a un tipo que lanza misiles y alguien que se hace invisible.
-me quedé sin ciervos, ya, ya no puedo-dijo Aryan cansado
Creí que podíamos escapar, pero en frente de nosotros, se hizo visible la chica que en seguida sacó su cola llena de baba o moco.
-No hay a donde huir- dijo antes de soltar una llamarada por su boca y toda su cola se envolvió en llamas, la movía de un lado para el otro para acorralarnos, mientras las flechas llovían detrás de nosotros, hasta que cesaron y solo escuché un silbido, era una flecha diferente, se veía con una punta más redonda, de ella se abrió y cayeron 4 ¿bebés? tenían en cuerpo de bebés pero con cabezas muy raras, de tetera, taza, cuchara y plato de porcelana, los 4 bajaron con una red con la que nos atraparon.
-Son yokai, pero parecen más débiles que el oni-comentó Aryan como pudo
-Ahora, nada de trucos, dijo el hombre desde atrás mientras nos apuntaba con sus flechas.
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Noche Roja: Colisión
General FictionHansel, un adolescente hijo de uno de los príncipes del infierno se convierte en el objetivo de la élite demoníaca ante los disturbios provocados por Belfegor, quien desea invadir el plano terrenal con sus legiones, pero que causó este cambio repent...