Capítulo 23

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Cruzamos miradas y volvió a su forma de humano, la imagen del pasillo parpadeo y estábamos en un almacén, recogí las gemas. Al salir era todo más pequeño y cruzamos des puertas saliendo de la represa de una vez por todas.

-lo que pasó ahí era...

-un laberinto, estábamos bajos sus efectos-miró la represa con el ceño fruncido

-está amaneciendo-dije al mirar el cielo teñido de un naranja azulado

-una buena señal-suspiró con una sonrisa de alivio

Por lo que había entendido, la noche era donde los demonios se hacían más fuertes y el amanecer ponía fin.

Tenía mucho sentido si lo veía desde ahora.

Kayle sacó el mapa y comenzó a caminar, quise devolverle su teléfono y de casualidad presioné el botón de encender, al mirar era la foto cuando enfrentamos al Kléfur.

-pensé que la había borrado-susurré sorprendido

-acelera el paso Hansel o llegaremos mañana-dijo Kayle sin mirarme

Enseguida apagué el teléfono y corrí para seguir los largos pasos que daba, al estar a la orilla del río sentía el aire húmedo y frío. Estaba sediento y hambriento, pero no quería quejarme así que limité a acariciar mi vientre tratando de calmar a mi estómago.

Los pájaros comenzaban a cantar y otros animales anunciaban que ya estaban despiertos, de vez en cuando se me daba por irme volando, lo de los cuervos me afectaba bastante.

Habíamos avanzado bastante sin darme cuenta, ya nos faltaba unos 70 metros para llegar al puente escuchamos unos crujidos. Kayle me detuvo y me hizo un gesto que guardara silencio, sacó su pincel y de su mochila extrajo un frasco con pintura azul. Sacudió el pincel y de las cerdas salpicó algo rojo que tiño el césped.

Tomó una hoja seca y dibujó un pentágono invertido con un círculo en medio sobre ella, tomó aire y sopló sobre esta que salió volando hasta los arbustos y al caer disolvió la imagen. Una chica de cabello castaño en varias trenzas, ojos negros con ojeras, labios resecos, tez pálida y llevaba puesto un vestido de novia sucio y desgarrado. Nos estaba mirando y susurraba algo.

-¡corre!-fue lo último que escuché antes de que una serpiente de fuego saliera de su boca y nos persiguiera, Kayle me jalaba mientras corría

-¿Qué es?-dije entre jaleos

-¡una bruja!-llegamos hasta un tronco y nos escondimos detrás él.

-espera...no me dijiste que habían brujas-lo miré serio

-pues ahora lo sabes, son muy peligrosas y poderosas-miró con cautela si nos seguían- ni siquiera sé a que tipo de bruja pertenece-

Nunca lo había visto tan preocupado y aterrado, sólo la vez cuando le mencioné el demonio de la plaga.

-pero la venceremos Kayle-seguía mirando a un punto sin prestarme atención-¿no?-

-ah? Que?-dijo regresando a la realidad-claro, sólo debemos encontrar su...¡agáchate!

Se tiró encima de mí antes de que el árbol se cayera a un lado de nosotros.

-el hijo de Amon como lo dijo mi señor-siseó la chica-le entregaré tu corazón gustosa-

La serpiente apareció a su lado y se dispersó haciendo una nube de fuego se lanzara hasta donde nos encontrábamos.

Kayle se tiró al suelo y dio un grito, la tierra comenzó a removerse hasta la bruja tirándola y haciendo que la nube perdiera la dirección. Había hecho un petramensaje.

No podía quedarme ahí observando sin hacer nada, concentré mi mirada en el vestido de la bruja y comenzó a rasgarse hasta dejarla en su ropa interior, traté de darle forma algo que me costó bastante pero terminó en un cuervo blanco. La bruja no se quedó atrás, la nube volvió a tomar forma de serpiente y atacó a mi cuervo, de un batir de alas formó una corriente lo suficientemente fuerte que tiró a la serpiente y a la bruja.

-su sangre correrá por el río-sacó un cuchillo bastante antiguo y se dio una tajada en cada muñeca, la serpiente ígnea se bañó en la sangre tomando mayor tamaño e intensidad de las llamas. Controlaba cada movimiento de mi creación, pero me estaba agotando cada vez más, debía acabar esto rápido sino quería ser desayuno de serpiente. El cuervo daba picotazos pero sólo conseguía prenderse, piensa Hansel, piensa.

Kayle sacó la alabarda y daba estocadas haciéndola retroceder, la bruja estaba sudando excesivamente, ¡eso es!. Debía acabar con ella. Hice elevar al cuervo blanco cuanto mas pude y se lanzó de picada plegando las alas y apuntando a la bruja hasta que la atravesó y esta dio un alarido antes de explotar en fuego, al igual la serpiente se esfumó.

Kayle estaba tan atónito que sólo parpadeo y miró las cenizas y luego a mi.

-¿Qué pasa?-dije con la respiración entre cortada

-nada, avancemos-se levantó y sacó nuevamente el mapa alejándose más y más rápido.

El cuervo se acercó a mi hasta cubrirme en forma de una camiseta holgada que abrigaba muy bien el pecho.

Cruzamos el puente y encontramos un taxi, Kayle pidió que nos llevara a la plaza y así fue. No recuerdo la última vez que subí a un taxi fue en diciembre del año pasado, mis padres me enseñaron a caminar largas distancias y además la escuela no estaba tan lejos aparte que no tenía amigos con quien salir a altas horas de la noche como veía por mi ventana.

Nos detuvimos en la plaza y Kayle pagó, bajamos y caminamos hasta un café que recién estaba abriendo. Al entrar los meseros nos quedaron viendo por algunos rasguños que teníamos en los brazos y tierra. Un chico se nos acercó aún con sueño, tenía el cabello teñido de blanco, cejas negras y gruesas, tez clara, ojos verdes y labios delgados.

-que desean-dijo bostezando y entregándonos la carta de desayunos. Al parecer su cansancio se le quitó al ver a Kayle tan concentrado en su elección de que comer. Se peinó "discretamente" y se olió el aliento.

-¿Qué vas a pedir?-fijó sus ojos de acero en mí, crucé la mirada con el chico que apretaba la mandíbula al verme

-avena y huevos revueltos con hot dogs-hice una mueca

Miró al chico sin ninguna expresión y repitió mi orden-y yo quiero cereal con yogurt y un vaso con jugo de naranja-

El chico anotó en su libreta y tomó la carta, rozando a propósito los dedos de Kayle. Ridículo.

Noche Roja: ColisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora