Me encontraba en un lugar desconocido, nunca lo había visto.
Una mansión comenzaba a caerse en pedazos y varias gárgolas comenzaban a irse.
Al mirar al cielo este estaba oscuro, negro. Lo único que lo iluminaba era una lluvia de bolas de fuego.
A mi lado estaba un niño de cabello negro despeinado y algunos mechones quemados, su tez sería pálida si quitaran la gran capa de hollín que la cubría y su ropa rasgada.
-Pietro, debemos irnos ya-gritó una mujer de tez pálida, cabello ámbar y ojos grises con un vestido que debía haberse visto hermoso, pero ahora sólo eran jirones azulinos.
-mamá no podemos dejar la iglesia-dijo el niño gritando de desesperación
-bien, pues quédate a morir- pronunció la última palabra antes de convertirse en una ¿mujer-gárgola?
Lo admito, me parecía mucho más estilizada que el de los hombres.
Su cuerpo esbelto estaba hecho de ónix y sus alas hechas de láminas de obsidiana. Levantó vuelo y se perdió en la lluvia ardiente.
-hey-lo llamé pero no respondió
Intenté tocarlo, pero mi mano traspasó su cuerpo.
Como si fuera ¿invisible?
Hansel, nadie puede vernos. Al girarme para buscar de dónde provenía la voz era de...¿Pietro?
Un chico de contextura delgada pero trabajada, cabello negro rizado rapado a los lados, ojos rasgados, tez morena y de ojos grises. Llevaba puesto una túnica blanca romana dejando ver sus brazos y su pecho.
-son mis recuerdos Hansel-dijo serio
-¿Qué pasó aquí?-dije preocupado
-¿conoces la historia de Sodoma y Gomorra?-
-¿los pueblos castigados?-
-esos mismos-
-que tienen que ver-
-yo nací en Sodoma- seguía con su tono frío-mira
Con su mano retiró escombros.
Podía ver el pueblo en llamas. Mujeres desnudas correr por sus vidas con el cabello ardiendo. Los gritos de desesperación de niños y hombres siendo incinerados. Casas sepultando hombres, personas tan desfiguradas que no sabía definir si era un hombre o una mujer y miembros tirados por el piso ardiente.
Me tiré al piso quedando estupefacto.
-este recuerdo es el que me atormenta- se sentó a mi lado
-¿duermes reviviendo este recuerdo?, ¿Cómo puedes dormir?-las lágrimas se escaparon de mis ojos
-no puedo, por eso camino por toda la catedral-puso su mano encima de la mía-
Apreté su mano.
-Pietro, no lo sabía-
-no necesitabas saberlo Hansel, pero igual que tú también soy un demonio por nacimiento-hizo una mueca
-he aprendido que tú eliges cuál parte de ti seguir-lo miré con lágrimas
-gracias por el consejo, me he pasado mi vida enseñando sobre la benevolencia, pero ¿yo soy bueno? -
-eres una gárgola buena que ha pasado por momentos malos-
-Hansel...-susurró-debes volver, estás muriendo-
Enseguida todo fue perdiendo color y volviéndose lento, cada vez mas lento.
Me desperté con dolores en mi espalda y brazos.
Al mirar a otro lado estaba Kayle en una silla cubierto con una sábana.
No quería despertarlo pero levantó la cabeza como si llevara un rato haciendo eso y dudo dos veces antes de saltar y correr hasta mí.
-maldición Hansel-dijo asustado
Me percaté que el también había sido atacado, sus brazos estaban vendado y tenía tres puntos en una ceja.
-nos...
-atacaron, no sé cómo pero se infiltraron-apretó la mandíbula
-y Pietros, ¿Cómo se encuentra?-intenté levantarme
-quédate quieto-me dio un pequeño golpe en la frente haciéndome recostar-él también fue atacado-
-¿lo escuchaste?-lo miré
-¿que cosa?-me miró confundido
-lo del eclipse-
-debemos hablar cuando se recupere-
-no podemos esperar-
Me concentré intentado que las sábanas me saquen pero sólo me dio un dolor de cabeza.
-cuando se recupere, que terco eres Hansel-puso los ojos en blanco
-bien-dije sin ánimos
-¿sigues molesto?-se sentó en su silla mirándome
-por supuesto que sí-bufé
-entiende que era por seguridad-se excusó
-no te bastó con que te haya protegido, si te hubiera querido muerto ya lo estarías hace mucho-
-sabes que Hansel, me hartas- se levantó y se fue del cuarto pintado de un amarillo vomito.
Quería decirle que se quede, que la discusión había terminado. Pero se fue, sin más.
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Noche Roja: Colisión
General FictionHansel, un adolescente hijo de uno de los príncipes del infierno se convierte en el objetivo de la élite demoníaca ante los disturbios provocados por Belfegor, quien desea invadir el plano terrenal con sus legiones, pero que causó este cambio repent...