Capítulo 20

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Estaba harto de quedarme inconsciente, quería despertarme, pero todo era oscuridad y luego me encontraba en la avenida principal. De ella avanzaba un ejército de Kléfur y Vrórdes, en el cielo sobrevolaban Episkbravit y en tres serpientes del grosor de un bus y largo de un tren. Al pasar cerca de un humano o automóvil , lo traspasaban como si no existieran...

-¿Lo ves no?- dijo una risa detrás de mí

Al girarme estaba un hombre con una corona, nariz larga y afilada, tez mostaza, barba negra y greñuda, tenía unos ojos llenos de ambición. Como si comenzara a darle un valor a la ciudad.

-Mam-suspuse

-y tu destructor-rió

-¿Qué son esas cosas?-demandé una explicación señalando con mi dedo a todo el batallón.-Nada fuera de lo normal, un regalo de cortesía por Belfegor-van por ti-

-no puedes, estoy protegido-formé una sonrisa en mis labios

-¿eso crees?-se echó a reír con fuerza-si un demonio está dentro de un lugar sagrado este pierde el poder de sus barrera dejando sólo las físicas-me explicó

-significa que...-

-abriste la puerta e invadiremos la iglesia-levantó una ceja

-no,no,no-comencé a negar con la cabeza asustado

-así niño estúpido-apareció detrás mío-vendiste a todos esos chicos-

La escena cambió y me encontré en una choza por así decirlo. Piso de tablas crujientes, techo de paja y paredes de arcilla. Agujeros por ventanas. Las tablas comenzaron a zumbar hasta romperse, una bandada de cuervos salieron volando hasta dejar una cabeza de un cuervo con cuerpo de hombre.

Mi padre.

-¿otra casa prestada?-pregunté

Sus ojos de zafiro brillaron.

-no recibo buenos lugares de invocación, cada vez hay menos brujas-graznó-pero eso no importa-

-he visto a Mam-me estremecí al ver la cantidad de demonios que habían. Eran demasiados, apenas nos habíamos recuperado del otro ataque.

-tiene razón Hansel-miró hacia abajo- esos demonios fueron invocados para perseguirte solamente a ti, cualquier obstáculo lo destruirán-

-que reconfortante-suspiré-¿Por qué ahora la llamada?-

-Noa te manda saludos-recordó-

bueno no te llame de la nada-se encogió en hombros-

Una pared cercana se desmoronó hasta dejar un huevo de color verde agua moteado. Este comenzó a agrietarse, de este salió un cuervo volando. Mi padre lo detuvo en pleno vuelo con su mano, dio un giro y este se volvió solo una silueta negra suspendida.

-Un regalo de mi parte-

Dirigió la silueta hasta mí, se pegó en mi pecho. Nunca me había hecho un tatuaje, pero esto era peor que la experiencias que había escuchado. Sentía como mil agujas clavarse hasta mi hipodermis me tiré al suelo gritando de dolor, quería que parara y parecía nunca iba detenerse este martirio. El dolor cesó y tomé una bocanada de aire con la cual me tragué mis lágrimas tosiendo.

-¿Qué te pasa?-lo miré más que dolido obviamente lo miré confundido y molesto

-para conseguir algo te debe costar-se cruza de brazos-sudor o sangre-se encoge en hombros

Todo se comenzó a oscurecer, mi padre se iba perdiendo en las tinieblas dejando solo sus dos ojos de luces.

Me desperté de golpe chocando mi cabeza contra la de Kayle. Una descarga eléctrica pasó en todo mi cráneo.

Noche Roja: ColisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora