Capítulo 17

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Ya se imaginarán como estaban mis nervios. Exacto. De puntas.

Volvimos a la azotea y había una trampillas. Pietro puso su mano y esta se iluminó. Al pasar por una escalera terminamos entrando de forma horizontal a la gran sala.

Sólo habían algunas chicas con vendas y puntos en su rostro. Moldeaban y horneaban vasijas de distintos tamaños, reparando bancas,uniendo collares de cuentas blancas y quitando palmas de la pared.

Recién me di cuenta que estas estaban resecas, de un color mostaza marchito.

-¿Qué les pasó a las hojas?-dije mientras caminaba al lado de Pietro.

-Sirven para proteger de los demonios-miraba las paredes desnudas-al entrar estas fueron corrompidas y murieron-

Entendía que todo lo que escuchaba en la escuela era todo en el sentido literal. Las cuentas eran rosarios y la arcilla. Como fue creada la humanidad.

-chicas-dijo Pietro llamando la atención de todas

Se acercaron con paso firme y apresurado.

Una chicas de cabello castaño, tez clara, cejas finas, mirada profunda, ojos oscuros y llevaba puesto una camiseta felposa gris(por las cenizas me imagino), tejanos negros y zapatillas del mismo color.

-Kelsey-la saludó-reporte

Agachó la cabeza en forma de saludo y me dedicó una mirada firme

-Pietro, los enfermos ya han sido atendidos, se encuentran descansando-

Seguía mirándome tratando de atravesarme con sus ojos.

-Es Hansel, descendiente de Rafael-me presentó

Imité el saludo y la miré. Me extendió su mano y la estreché.

-Kelsey Fortune, hija de Barakiel-separó su mano cálida-Pietro debemos hablar en privado-

-Kelsey, llama a todas-

-pero-

-es necesario-

Suspiró y se fue al grupo de chica dando órdenes de levantarse.

Cuando todas se sentaron en media luna Pietro habló.

-No es necesario que las barreras que nos protegían se han debilitado, en términos simples este asunto ha pasado a mayores-se detuvo-dentro de cinco meses llegará el momento-

Todas comenzaron a moverse y murmurar alteradas.

-calma, calma-levantó las manos-¿nos hemos preparado para esto?,¿no?-

-¡Si!-afirmaron todas

-Pietro, pero como ¿estás seguro?-dijo una chica de cabello negro, ojos celestes y de tez pálida. Llevaba una chaqueta celeste, una falda negra rasgada y estaba descalza.

-debo contarle que he escuchado profecías-confesó

-¡la zarza se recuperó!-dijo una

-¡es perfecto!-comentó otra

-no exactamente como lo esperamos-hizo una mueca-Hansel, cuéntales lo que escuchaste-

Perfecto, yo tengo memoria de pez.

Entre nosotros yo tenía que prepararme semanas antes de una exposición porque no recuerdo nada. Pero por primera vez lo tenía claro.

-La pereza encarnada se convertirá en un nuevo volcán, los enemigos de los inicios volverán a enfrentarse como en los días de la creación y la soberbia revivirá de su caída-me detuve para tragar saliva-El hijo de la ira y el amor detendrá su alzamiento. Cuídate corazón de piedra, encontrarás una nueva armadura, la hija de las profundidades tendrá su propia batalla y el príncipe siseará por el rey-

Quería morderme la lengua para detenerme, pero la hostia me hacía seguir hablando.

-y ¿Qué significa?-dijo una chica de cabello rubio recogido en una cola alta, ojos café, tez morena, contextura fibrosa y alta. Me miró mientras pulía su abalarda con un retazo de su camiseta guinda.

-debemos descifrarla-me miró con un sentimiento de preocupación

-la pereza encarnada-dijo la chica pelinegra con ojos celeste- Belfe, claro, tiene que ser él-

Kelsey se levantó empuñando una lanza romana

-Será el apocalipsis-resumió-y es tú culpa-

Si me preguntan cómo salvé mis sesos de ser atravesado por una lanza, no lo hice. Pietro puso su brazo y esta al chocar soltó chispazos de fuego.

Su brazo se había agrietado pero volvió a cerrarse.

-tranquila Kel-la fulminó con la mirada

-Él es el hijo de la ira, huelo a Am a tu alrededor-tomó un saco de monedas, vaciándolas en sus manos-debes morir, demonio-

Las monedas levitaron y se convirtieron en espadas cortas de oro. Quedaron suspendidas en el aire antes de arremeter contra mí.

Había un telar cercano. Lo hice volar hacia las espadas las cuales chocaron como si fuera hecho de acero.

-¡Basta!-ordenó Pietro

Algunas ya estaban apuntándome con sus arcos y los bajaron.

-es cierto, se trata sobre Hansel, él será unos de los que detendrá el apocalipsis-explicó

-¿hay más?-siseó la rubia de la abalarda

-son cuatro-prosiguió

Esta vez Pietro recitó la profecía:

-La codicia carcome la humanidad desde tiempo inmemorables, el cofre de todas la ambiciones está bajo en las garras de su encarnación, será hurtado por cuatro pertenecientes de Juventas, será la primera barrera que detendrá el Apocalipsis-

-Juventas-dijo Kelsey-¿no es la diosa de la juventud?

-así es-afirmó él-quiere decir que son adolescentes-me miró

-la codicia es Mam-agregó la rubia

-¿sabes quienes son?-me miraron todas

En todo el rato me había mantenido callado, ahora me tocaba hablar.

-no lo sé-dije cabizbajo

-tranquilo-Dijo Pietro rodeándome con un brazo-pero lo sabremos con el catalizador celeste-

Dirigió su mano al techo y este comenzó a desmoronarse. Del agujero descendió un pergamino enrollado.

Noche Roja: ColisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora