Capítulo 6

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Nos detuvimos en un puesto de hamburguesas debido al hambre que teníamos. Por suerte el padre de Kayle nos había dado dinero y esperaba que no fueran de las limosnas.

Compramos cuatro cada uno para guardarlos de suministros.

-¿estas mochilas son mágicas?-pregunté

-si te refieres a esas mochilas que su espacio es ilimitado y no pesan casi nada, no, no tenemos de esas chucherías para niñitos de kínder-gruñó

-está bien, sólo preguntaba-suspiré

Cruzamos la pista en diagonal a la izquierda. Al parecer íbamos demasiado tranquilos.

Kayle giró hacia atrás cómo si se quedara viendo un aviso pegado en un poste de luz

-Hansel, has visto que hay un chico que nos lleva siguiendo desde que compramos las hamburguesas

Giré mi cuello para ver a quien se dirigía

-¡gira disimulado!-me reprendió

Volví a mirar hacia adelante.

-espera-

De su bolsillo sacó un teléfono, esperen, ¿tenía un teléfono?

-aparenta cómo si nos tomáramos una foto, sonríe-me susurró

Enseguida levantó el teléfono y tomó dos fotos.

Me lo acercó y me señaló a un chico de tez clara, ojos marrones de mirada juguetona, labios gruesos, nariz recta larga, alto y de contextura gruesa. Llevaba puesto un beanie gris, tejanos azules, una polera azul marino y botas militares.

-por aquí-lo jalé de la mano hacia un callejón

-espero lo hayamos perdido-

Al voltear tenía la mano en su nariz y estaba totalmente rojo.

-¿Qué te …

-¡nada!-gritó

-¿Qué tenemos aquí?-dijo un siseo

Al girar nos encontramos con el chico que sólo se veían sus manos y su rostro.

Enseguida se arrancó las prendas y me quedé sorprendido, Tenía el tronco y piernas emplumados, cola de mono y su cabellera hechas de monedas de oro.

-un Kléfur-tragó saliva Kayle-hijos de Mammon

Me di cuenta que al quitarse las manos tenía un hilo rojo cayendo desde su nariz

-te está sangran…

-no es tiempo de respuestas estúpidas-me dijo

Enseguida se convirtió en una gárgola y se lanzó a por el demonio y pasó algo extraño. El kléfur lo interceptó en el aire con sus brazos de humano, ¿cómo es posible que pueda atrapar a una gárgola?

-maldición-gruñó Kayle con su voz áspera

El kléfur lo lanzó hacia unos tachos de basura cómo si fueran pinos y Kayle la bola haciendo una media chuza.

-¡muévete Hansel!-vociferó Kayle

-faltabas tú-siseó el demonio

Miré la ropa desgarrada, si en verdad pude ahorcar a Kayle algo podía hacer, comencé a concentrarme.

La polera se deslizó cómo una serpiente hasta la pierna del demonio y atando sus dos piernas haciéndolo caer estruendosamente.

-¿Qué es esto?-dijo extrañado el kléfur

Ordené a los jeans reptar hasta su cuello comenzándolo a ahorcar.

Estaba fuera de mí, lleno de ira porque cada demonio me recordaba a las Episkbravit cómo mataron a mis “padres” sin piedad.

Noche Roja: ColisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora