-¡¡vete ya!!-gritó mi padre
Con un movimiento de mano me alejó de ahí. Al chocar contra un árbol escuché mis costillas crujir, traté de levantarme, pero era un dolor punzante haciéndome caer de nuevo.
Había una mancha negra en el cielo teñido de naranja por el atardecer, al principio pensé que era una ave pero era mucho más grande
-¡¡voy por ti Hansel Acosta!!-graznó
Sería asesinado por una pajarraca, estoy muy asustado, ni cerca de estar asustado. Estaba horrorizado y estupefacto, quiero que todo esto acabe.
Sólo se me ocurrió algo: Correr.
Me incorporé a duras penas y comencé a cojear en zigzag entre los árboles.
-la perdí-suspiré
En eso una pata de gallo verrugas salió entre el follaje de un árbol. Sus garras estaban a escasos centímetros de mi rostro, retrocedí instintivamente.
A lo lejos veía la carretera, sólo tenía que cruzar las vallas.
Quise saltarlas, pero sólo conseguí romper las vallas y caer de bruces en el verde pasto.
Escuchaba un estruendoso aleteo acercarse cada vez más.
-¡¡ya te tengo!!-chilló
Tomé una valla rota y astillada, cerré los ojos.Sentí la valla atravesar algo y luego un líquido caliente recorrer mi pecho, al abrirlos tenía su rostro horripilante gimiendo enseguida se petrificó y luego se hizo cenizas.
Me quedé observando cómo las cenizas eran dispersadas por el viento. Al regresar la vista en el suelo se encontraba una pluma negra y la nudillera de mi madre. Comenzaron a brillar intensamente y al volverse más tenue observé que había una espada con forma de pluma de guarda delgada y elegante, empuñadura de cuero y pomo redondo. Acerqué mi mano y se encogió tomando forma de una pulsera de lana gris trenzada con una pequeña pluma del mismo color en medio.
Lo más extraño que ridículamente suene esque no tenía miedo sino coraje, satisfacción y quien sabe que más.
-impresionante-dijo una voz familiar
Al observar de donde venía la voz estaba recostado en un poste el rubio que me había dado la tunda de antes.
-¿Qué haces acá?-dije con la voz ronca
-vamos, te llevaré a la catedral-
-¡¿Qué?!,¡no!-exclamé
Del bolsillo de su chaqueta sacó un pincel de punta ancha y gastada con un mango de madera con rasguños y hollín.
-¿Qué haces?-
Pero reaccioné muy tarde, había puesto el pincel en mi frente y vi todo borroso.
Comenzaba a despertar y escuchaba unas voces.
-¿que percibes?-preguntó el rubio supuse por su voz grave
-a Rafael y a...algo más oscuro-respondió una voz más grave casi cavernosa
-lo dices ¿por lo castaño? o ¿por el aura? -dijo el rubio
-las dos-dijo la otra voz
Al abrir los ojos observé mi alrededor en lo que parecía un sótano excepto por una cristalera que se hallaba al fondo. Palpé lo que me sostenía y era suave pero algo rasposo. Un colchón.
-despertó-
Al seguir la voz me encontré con el rubio y a su lado estaba una gárgola, así es, esas cosas que ponen en los techos de las iglesias.
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Noche Roja: Colisión
Ficción GeneralHansel, un adolescente hijo de uno de los príncipes del infierno se convierte en el objetivo de la élite demoníaca ante los disturbios provocados por Belfegor, quien desea invadir el plano terrenal con sus legiones, pero que causó este cambio repent...