Capítulo 9

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-¿Qué fue lo que me pusiste?- dije para cortar la tensión de acero del ambiente

-Claridad, lo hice con mi dibuja-curas-sabía que seguía tan avergonzado como yo por la temblorosa voz con la que me contestó

Mis nervios se desataron, las cortinas comenzaron a descocerse y las sábanas se agitaban.

-Hansel, cálmate...

El sonido de las sirenas se hizo presente a unas cuadras lejanas.

-Tenemos que salir de aquí-se incorpora y se da cuenta de Laila recostada en la otra cama- ¿Quién es ella?- la apuntó con su pincel

-¿Qué vas a hacer chico?,¿pintarme una réplica de la bóveda de la capilla sixtina en el rostro?-se burló Laila mientras iba abriendo sus párpados, presentía que se había hecho la dormida.

-Hansel, ¿Quién es?-estaba muy alarmado

Es cierto, los encuentros familiares pueden ser muy caóticos, al menos las cortinas y las sábanas estaban quietas

-es mi media hermana-dije algo inseguro-o eso se supone-

-Somos hijas de Amon y por lo tanto, sí, somos tus medias hermanas-explicó muy segura

-¿hermanas?-enarcó una ceja-¿hay alguien más?-

El sonido de la policía se hacía más cercano cada vez, había cometido un error en llamar a la policía.

-Parece que alguien tuvo una visita de Ose-rió

-Hansel, amárrala-me susurró

Estaba nervioso por: el ruido estridente de las sirenas, Laila muy cortante y Kayle dándome órdenes.

Amarré a Laila con las sábanas, dejándola inmóvil.

-¡Suéltame!-gritó antes de convertirse en una Taesib completa.

Con una fuerza literalmente demoníaca se liberó, antes que volviera a hacer su rugido y me orinara de nuevo le tapé el hocico con un montón de trozos de sábanas desgarradas pero eso sólo hizo enfurecerla más.

Saqué mi espada-pluma listo para defenderme y Kayle la miraba muy serio.

-¿Qué le pasa?-dije asustado

-es Ose, demonio de la locura-me explicó sin mirarme algo que me molestó mucho a pesar de estar en esta situación.

-¿un demonio puede poseer a otro?-

Laila-Amok cargó contra mí algo parecido a la peleas de hermanos que me contaban mis amigos de secundaria, pero no imagino que sus hermanos o hermanas tuvieran cabeza de serpiente y de cintura para abajo fuera de león.

Por primera vez diría que estaba agradecido con un profesor, el de educación física. Las clases de volantines en la colchoneta me sirvieron para esquivar la tacleada. Kayle hizo lo mismo pero con más profesionalismo pero me miró sorprendido, ¿esperaba que muriera?. Laila intentó morder a Kayle pero instintivamente le di un tajo en su pata derecha lo cual hizo que girara a verme con sus ojos inyectados de sangre como si sus iris fueran arterias. La furia que me transmitió fue como si rebotara, lo que me hizo recordar cuando tenía 13 años y me metí en una burbuja flotante. Muy tarde fue mi reacción, me puso una pata encima, aprisionándome contra el suelo. Sentía mis costillas como estaban a punto de romperse. Kayle puso su dibuja-curas en la cabeza y dibujó algo rápidamente.

-¡ríndete Hansel Acosta, nunca detendrás el ascenso de Belfegor!-dio un alarido antes que de su garganta saliera una niebla roja y se esfumara

Laila cayó rendida en su forma de Taesib.

Escuchaba unos pasos de varias personas corriendo hacia nosotros y luego varios golpes secos. La puerta fue derribada de una patada.

Entró mi hermana y hasta este momento no sabía su nombre, que patético me sentía.

-tenemos que salir de...¡¡LAILA!!-gritó y corrió hasta ella-¿Qué le pasó?- mas que una pregunta parecía mas una orden

-Amok la poseyó-

-Tenemos que salir de aquí, al parecer alguien llamó a la policía, los he dejado inconscientes-se me erizaron los vellos de la nuca-pero despertaran muy pronto

-¿Qué tan pronto?-dije

-dentro de un minuto- dijo suspirando- me han dejado vacía de energías y mantener esta forma es muy difícil...

Se convirtió en un Taesib.

-vámonos ya!-dijo Kayle

Ahora entiendo cuando dicen que miedo puede dar una hermana, de un gruñido comparado al rugido de Laila hizo añicos la ventana de la habitación.

Tomé las mochilas antes de ser cargado por Kayle en sus brazos de mármol y salir de ahí. Laila era cargada por mi hermana que bajaba de balcones hasta llegar al primer piso y comenzar a trotar.

-¿puedes hacerla despertar?-

-si quieres que despierte antes de que la incinere-dijo con su voz rocosa-son curas sagradas

-entonces puedes darle energías a mi hermana, ella tiene parte de ángel-

-podría, pero sería riesgoso-murmuró mientras cortaba el viento con sus alas de platino.

Kayle había escogido una ruta entre callejones para que no nos vieran, aunque ya estaba oscureciendo.

-Hansel, además ya estamos cerca de la catedral-me avisó Kayle

Cierto, si iba mañana sería mi juicio donde decidirían si vivía o no, pero si iba con mis hermanas sólo vería el mundo caer desde una silla. Ninguna parecía ser mejor que la otra, en una tiraría todos mis esfuerzos por la borda de sobrevivir y encargar mi vida a unos ancianos, la otra parecía la más cómoda, pero no soportaría ver el caos y no hacer nada desde otro lado.

Una sombra se cernía sobre nosotros. Primero pensé que era una nube pero las nubes no tenían sombra de cuernos y...alas.

-Kayle hay algo arriba...-dije tartamudo

Murmuró algo-sabía que no sería buena idea volar, saca la herradura y dispárale-sentía su temblor

De la mochila llena de tantas cosas saqué la herradura de madera que se convirtió en un arco y el anillo de púas transformándose en un carcaj lleno de flechas.

Si me había quejado de los horrendos que eran los Vrórdes, esto los dejaba atrás.

Su cabeza era de un conejo, pero como si lo hubieran pasado por agua caliente. Cabeza calva y rosada, ojos rojos, dientes salidos terminando en punta y cuerpo de buitre.

Me dieron ganas de vomitar, pero me lo pasé, apunté y disparé.

Falle.

Volví a cargar otra flecha y esta acertó en su ¿pecho?,¿buche?, lo que fuese. Chilló y de su boca salió una nube negra hasta que me di cuenta que eran langostas. Volví a arremeter contra ese demonio y a la décima flecha que cayó en su pecho hizo que se volatizara. Algo fue descendiendo hasta mi mano, un collar de cadena negra con una langosta de ónix, algo aterradora.

-langosta...plagas-se estremeció-no me digas que lo de arriba era...

Una grieta se trazó por su cadera pero no le dije nada.

-cabeza de conejo hervido y cuerpo de buitre-

-Fumus...-se quedó paralizado aleteando-las plaga de las langostas-

Noche Roja: ColisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora